Cerca del primer año de vida, los bebés suelen ponerse de pie sosteniéndose en los muebles y algunos comienzan incluso a dar sus primeros pasos. En esta etapa, se puede favorecer su desarrollo motor a través de distintos juegos y elementos que los ayuden a sentirse más cómodos y seguros en el proceso de caminar, como los correpasillos. Se trata de juguetes con los que pueden desplazarse apoyando sus pies en el suelo.
Es importante saber que no es un juguete para que los bebés aprendan a andar, sino para que perfeccionen las habilidades que les permitirán dar sus primeros pasos. En este sentido, hay tres tipos: los andadores (desde los 9 meses, con cuatro ruedas y un asidero para que el bebé se aferre), los correpasillos propiamente dichos (desde los 12 meses, con dos o cuatro ruedas, en los que el niño se desplaza con sus piernas) y los multifunción (que integran ambos modelos).
Cuáles son los beneficios de los correpasillos
Están pensados para potenciar el desarrollo de las habilidades naturales del bebé, ya que les permiten apoyarse sobre sus pies y distribuir el peso sobre sus piernas. Además, fortalecen sus músculos y su zona lumbar, y favorecen la coordinación motora, el equilibrio y la estabilidad. Con este tipo de juguetes, al niño le resulta mucho más fácil moverse de un sitio a otro, por lo que desarrolla una mayor autonomía y confianza en sí mismo.
Por otro lado, aprende a tomar decisiones respecto de hacia dónde quiere ir, perfecciona su postura y comienza a comprender las primeras nociones de distancia, dirección y desplazamiento.
