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Técnicas de primeros auxilios para salvar la vida de tu hijo si deja de respirar

Deja de respirar primeros auxilios
Conocer la técnica del RCP y aplicarla bien puede salvar la vida de tu hijo
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 18.07.21

Es importante que todos aprendamos las técnicas de primeros auxilios para que sepamos cómo actuar ante una emergencia. Existen ejercicios de reanimación que te podrían ayudar a salvar la vida de tu hijo si deja de respirar o si su corazón cesa de latir. También debemos enseñarles a los niños los métodos básicos de asistencia urgente, y para ello existen juegos y actividades que les permitirán aprender los procedimientos más esenciales de forma entretenida.

Por qué un niño puede dejar de respirar

Ante todo, veamos los diferentes factores que podrían afectar a las funciones respiratorias de tu hijo y poner en grave peligro su vida:

1. Ahogamiento

El ahogamiento ocurre cuando el niño no es capaz de respirar debido a que su cabeza está sumergida en el agua. Este tipo de accidentes son más frecuentes en verano, durante las visitas a la piscina, los pantanos, los ríos o la playa.

También es posible que se produzca en casa, en la bañera o el jacuzzi. Basta con que el agua supere la altura de la nariz del niño para que su vida corra peligro. Por eso debemos vigilar a nuestros hijos en todo momento.

2. Atragantamiento

El atragantamiento se ocasiona por un alimento o un objeto pequeño que obstruye las vías respiratorias altas o medias. Con frecuencia lo provoca algún trozo de comida muy grande que el niño no ha podido masticar bien o ha tragado sin querer. Podrían ser pedazos de carne, fruta, verdura o cualquier otra cosa.

Para evitar que esto ocurra, hay que cortar los alimentos en trocitos pequeños o triturarlos en puré. Los productos de consistencia pastosa como los chiles o las gominolas también causan atragantamientos a menudo.

Dejar de respirar niños
Es necesario cortar los alimentos en trozos pequeños para evitar que los niños se atraganten | Fuente: Canva

3. Neumonía

Una gripe mal curada puede derivar en una inflamación aguda de los espacios alveolares de uno o ambos pulmones, es decir, una neumonía. Se trata de una enfermedad potencialmente grave que produce dolor en el pecho, fiebre, fatiga, mareos y dificultad para respirar.

Cuando se inflama el sistema respiratorio inferior, se intensifican los problemas para inhalar y exhalar, poniendo en riesgo la vida del niño. Para evitar males mayores, el pediatra recetará inhaladores broncodilatadores que facilitarán el paso del oxígeno y antibióticos para erradicar la infección.

4. Bronquitis

Surge por la inflamación de las vías respiratorias bajas. Específicamente se produce cuando los bronquios se hinchan por una infección. Los primeros síntomas se sienten en la garganta y la nariz, pero después el niño comienza a tener problemas para respirar. Al igual que con la neumonía, esta afección se trata con broncodilatadores y antibióticos.

5. Broncoespasmos

Cuando se contrae la musculatura de los bronquios se produce un angostamiento de la luz bronquial, lo que ocasiona problemas para respirar. Si tu hijo comienza a presentar signos de ahogamiento, debes llevarlo de inmediato a urgencias para que reciba oxigenoterapia y otros tratamientos correspondientes.

6. Bronquiolitis

Ocurre por la acumulación de mucosidad en las vías respiratorias altas, lo que produce una tos crónica. Cuando nuestro hijo no ha sido capaz de expulsar los moquitos correctamente, se obstruyen las vías respiratorias bajas y aparece la inflamación. Los lavados nasales frecuentes son el principal método preventivo para la bronquiolitis.

Deja de respirar consejos
Si tu hijo tiene problemas para respirar, quizás necesite recibir nebulizaciones | Fuente: Canva

Qué debo hacer si un niño deja de respirar

Estas son las instrucciones de la Cruz Roja británica para atender a un niño de 1 año en adelante que ha dejado de respirar y no responde a ningún estímulo:

1. Verifica su respiración

Comprueba su respiración inclinando su cabeza hacia atrás. Intenta observar, escuchar o sentir cualquier señal de inhalación. No hay que tardar más de 10 segundos en hacer esta verificación. Si no está respirando, su pecho y estómago no se moverán, y tampoco podrás escuchar nada cuando acerques tu oído a su nariz.

Seguidamente, revisa que la lengua no se le haya ido hacia atrás. De ser así, mete tu mano en su boca y ponle la lengua en posición normal.

2. Llama al 112

Después de haber pasado un minuto dándole respiraciones de rescate y compresiones en el pecho, llama al 112. Si estás acompañado por otro adulto, quédate con el niño mientras la otra persona se comunica con emergencias.

3. Respiraciones de rescate

Hazle cinco respiraciones boca a boca. Inclina su cabeza hacia atrás, cubre toda la boca del niño y pellizca su nariz. Sopla cinco veces de forma profunda. Al espirar estarás aumentando los niveles de oxígeno en su sangre, lo que permitirá que los órganos se mantengan con vida.

4. Compresiones en el pecho

Manteniendo un ritmo rápido y continuo, realiza 30 compresiones en el pecho con una mano. La palma debe estar firme y ubicada en la zona media del torso.

Con este procedimiento, estarás imitando la función del corazón al bombear sangre por todo el cuerpo. Así ayudarás a mantener activos los órganos vitales, incluido el cerebro. Si se trata de un niño grande, es posible que debas usar ambas manos.

5. Espera a los médicos, sin detenerte

Mientras llegan los servicios de asistencia médica de urgencias, continúa realizando ciclos de 30 compresiones torácicas y dos respiraciones de rescate. Si el niño recobra la conciencia, pídele que permanezca acostado hasta que le puedan atender los sanitarios.

Deja de respirar técnica de reanimación cardiopulmonar
Es importante enseñarles las técnicas de primeros auxilios a nuestros hijos | Fuente: Canva

Técnicas de primeros auxilios

Existen procedimientos esenciales de socorro que te sirven para salvar la vida de un niño si deja de respirar:

1. Maniobra de Heimlich

Se utiliza para auxiliar a una persona que se está ahogando por causa de un trozo de alimento o un objeto obstruido en la garganta y ayuda a que lo expulse. El peligro en estos casos radica en que, si las vías respiratorias permanecen bloqueadas durante cinco minutos, el cerebro puede sufrir daños irreversibles.

Para realizar la maniobra de Heimlich debes hacer lo siguiente:

  • Cierra el puño de una mano, coloca el pulgar debajo de la parrilla costal y por encima del ombligo de la persona afectada.
  • A continuación, sujeta el puño con la otra mano y presiona en la zona con un movimiento rápido hacia arriba.

2. Reanimación cardiopulmonar

La RCP se emplea cuando la persona ya no respira y el corazón ha dejado de latir. Se deben realizar 120 compresiones por minuto en el pecho, combinando esta práctica con la respiración boca a boca. La técnica de reanimación debe continuar hasta que llegue la asistencia médica o la persona recupere la conciencia.

“La reanimación cardiopulmonar puede mantener la circulación de la sangre oxigenada hacia el cerebro y otros órganos vitales hasta que un tratamiento médico pueda restablecer el ritmo cardíaco normal. Cuando el corazón se detiene, la falta de sangre oxigenada puede causar daño cerebral en solo unos minutos. Una persona puede morir en 8 o 10 minutos”, aseguran los expertos de Mayo Clinic.