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El sobrediagnóstico del TDAH y sus efectos negativos para los niños y las familias

Efectos negativos del sobrediagnóstico del TDAH
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
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Fecha de actualización: 29.06.23

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad afecta a millones de personas en todo el mundo, aunque sus efectos pueden controlarse y minimizarse si se detecta a tiempo. Según Feaadah, la federación española de asociaciones de ayuda a pacientes con esta afección, un 5,9 % de niños y adolescentes la sufre. Para determinar su existencia, no existe una prueba única, sino un conjunto de procedimientos que sirven como guía para los especialistas. No obstante, existe la posibilidad de que, por error, se caiga en el sobrediagnóstico del TDAH, un escenario que puede resultar muy perjudicial para los menores y sus familias.

Cuáles son los principales síntomas

Además de la hiperactividad, los síntomas más característicos son la impulsividad y la falta de atención. En ocasiones, el grado en el que pueden presentarse varía considerablemente tanto en intensidad como en frecuencia, incluso en menores de la misma edad. En esta publicación, los expertos de la AEP explican cómo puede manifestarse cada uno de los mismos:

1. Hiperactividad

Exceso de movimientos en situaciones, pertenecientes a diferentes ámbitos, en las que resulta inadecuado hacerlo. Se perciben grandes dificultades para permanecer quietos cuando los escenarios tranquilos que así lo requieren, en los que llegan a hablar en exceso y a generar demasiado ruido. Además, los niños suelen levantarse de su asiento y nos pueden evitar tocarlo todo.

2. Impulsividad

Marcada por la impaciencia y la dificultad a la hora de aplazar respuestas o esperar su turno. A menudo, llevan a cabo interrupciones y dan respuestas precipitadas antes de que las preguntas hayan sido completadas. En general, se suceden los actos no meditados y no se evalúan las consecuencias de la conducta. Los afectados con TDAH, como consecuencia, acostumbran a tener problemas para controlar su comportamiento y ajustarse a las normas, encontrando por ese motivo dificultades para la adaptación familiar, académica o social.

3. Déficit de atención

Incapacidad para mantener la atención en tareas que suponen un esfuerzo mental sostenido. A menudo parecen no escuchar, les cuesta seguir órdenes e instrucciones y tienen dificultades para organizar tareas y actividades, con tendencia a los olvidos y a perder objetos. Tienden a distraerse con facilidad ante estímulos irrelevantes. Dicha tendencia a descentrarse aparece más frecuentemente durante la etapa escolar, cuando aumenta la exigencia académica.

Síntomas del TDAH
A los niños con TDAH les suele costar mantener la atención | Fuente: Canva

El sobrediagnóstico del TDAH y sus perjuicios para los niños

Analizando la sintomatología, parece complicado discernir si hablamos de niños con esta afección o de otros que, fruto de su inexperiencia y su poco autocontrol, protagonizan comportamientos alejados de la ejemplaridad. Especialmente en casos en los que las mencionadas conductas se suceden con una intensidad leve y una frecuencia intermitente.

Esa fina línea puede derivar en un sobrediagnóstico del TDAH. Una posibilidad muy real, tal y como demuestra este estudio de 2021 liderado por la investigadora australiana Luise Kazda. Tras indagar en centenares de trabajos académicos relacionados, detectaron pruebas de la atribución errónea del trastorno en muchos menores, así como de la aplicación de tratamientos que no deberían haberse iniciado.

Además de la terapia psicológica, en algunos casos pueden prescribirse fármacos con sus correspondientes efectos adversos, aspecto especialmente preocupante cuando se suministran a niños sanos. A estos perjuicios físicos llegan a sumarse otros de carácter emocional, académico y social que terminan afectando, tarde o temprano, a todo el entorno familiar.

Cuáles son las principales dificultades para determinar si existe o no el trastorno

Desde el punto de vista teórico, tal y como explican los expertos de la Clínica Mayo, un paciente no debe ser diagnosticado con TDAH a menos que los síntomas comiencen antes de los 12 años y generen problemas significativos en el hogar y en la escuela de manera continuada. Sin embargo, existen tres aspectos que complican las labores de detección y obligan a los especialistas a extremar las precauciones al respecto:

1. Inexistencia de una prueba específica para diagnosticarlo

No se dispone de una prueba específica e inequívoca para determinar su presencia, si bien suelen emplearse los siguientes métodos:

  • Examen médico para ayudar a descartar otras posibles causas de los síntomas.
  • Recopilación de información del historial clínico, familiar y académico.
  • Entrevistas o cuestionarios a padres, profesores y otras personas del entorno.
  • Consulta del manual diagnóstico DSM-5, publicado por la American Psychiatric Association.
  • Escalas de calificación del TDAH para ayudar a recopilar y evaluar la información del caso concreto.
    Causas del sobrediagnóstico del TDAH
    Las dificultades para detectarlo, llevan a veces a un sobrediagnóstico del TDAH | Fuente: Canva

2. Edad temprana de los pacientes

Durante los primeros años de la infancia resulta más complicado emitir una resolución. A estas alturas, es posible confundir el trastorno con comportamientos propios de la edad o con otros problemas del desarrollo como los retrasos del lenguaje. Para minimizar los errores, suele requerirse la evaluación independiente de profesionales como los psicólogos, los psiquiatras, los patólogos del habla o los pediatras.

3. Similitud de los síntomas con los de otras afecciones

Además, existen otras afecciones que pueden llevar a un error diagnóstico, al exteriorizarse de manera similar al TDAH. Entre ellas, destacan:

  • Aquellas relacionadas con el estado de ánimo, como la depresión o la ansiedad
  • Los trastornos convulsivos
  • Las carencias en la visión o en la audición
  • El autismo y otros cuadros similares
  • Los problemas médicos o la toma de fármacos que afectan el pensamiento o la conducta
  • Las alteraciones del sueño
  • Las lesiones cerebrales

La prudencia de los especialistas, una solución momentánea para evitar el sobrediagnóstico del TDAH

Según las conclusiones de la iniciativa encabezada por Luise Kazda, siguen existiendo lagunas a la hora de detectar y tratar esta afección en niños con síntomas leves. Para resolver las dudas, afirma, se necesita más investigación, concretamente en lo relativo a los beneficios y daños que puede provocarles a largo plazo el sobrediagnóstico del TDAH. Hasta que eso ocurra, insta a los profesionales a extremar la prudencia y tener bien presente esa falta de conocimiento, especialmente a la hora de identificar a estos individuos en los que no está tan clara la presencia del trastorno.