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Salud Infantil

¿Cómo debemos proceder para prevenir y tratar las quemaduras en niños?

¿Cómo debemos proceder para prevenir y tratar las quemaduras en niños?
Fuente: Pxfuel
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 19.07.21

Las quemaduras en niños por contacto directo o indirecto con una fuente de calor son más frecuentes entre los 12 y los 24 meses de edad. Es una etapa durante la que ya se desplazan gateando o caminando, pero en la que aún no son conscientes de las repercusiones que pueden tener sus acciones. Las lesiones más frecuentes son las escaldaduras, producidas por un líquido caliente y el entorno más propicio para estos de percances es el doméstico donde, según la Asociación Española de Pediatría, tienen lugar en torno al 90 % del total de accidentes de esta índole.

Qué tipos de lesiones pueden producir

El menor grosor de la piel durante la infancia provoca que los daños sean mayores con temperaturas menos altas, con las que un adulto no se vería tan afectado. En función de la profundidad ocasionada en el área del cuerpo en cuestión, podemos observar tres tipos:

  1. Primer grado, si solo se ha lastimado la epidermis, la capa más superficial de la piel. Pueden ser dolorosas pero no dejan secuelas estéticas.
  2. Segundo grado, si se ha dañado también el siguiente estrato, la dermis. Además de doler, suelen salir ampollas.
  3. Tercer grado, si afecta a todo el espesor de la piel, destruyendo incluso las terminaciones nerviosas, lo que hace que no duelan pese a su gravedad.

Por otra parte, según la extensión de las quemaduras en niños, factor que podemos calcular aproximadamente con la palma de su mano y que equivaldría en torno al 1% de su superficie corporal, pueden clasificarse en:

  1. Leves, que se extienden por menos del 10% del organismo y se pueden tratar en casa.
  2. Graves, cuyas lesiones ocupan entre el 10% y el 30% del cuerpo y requieren normalmente de un ingreso hospitalario.
  3. Muy graves, que afectan a más del 30% de la superficie corporal y han de ser atendidas en una unidad de cuidados intensivos.
    Lesiones por quemaduras en niños
    Es importante valorar el alcance de las lesiones producidas por quemaduras en niños | Fuente: Pxfuel

Cómo podemos tratarlas en casa cuando son leves

En primer lugar, si observamos alguna llama sobre la ropa del niño, debemos reaccionar rápidamente cubriendo la zona con una manta para liberarla del oxígeno ambiental y, por tanto, sofocar la combustión. Si no tenemos ninguna a mano, podemos hacer rodar a nuestro hijo por el suelo, que hará las funciones de elemento aislante. Acto seguido, es conveniente retirar las prendas del cuerpo siempre, eso sí, que no estén pegadas a la piel.

Para tratar la superficie afectada, lo mejor es enfriarla con agua fresca durante un intervalo comprendido entre los 10 y los 20 minutos. Cuando la lesión sea pequeña y de carácter superficial, algo que podremos detectar si el único síntoma es la rojez de la epidermis, la AEP recomienda aplicar una crema hidratante y mantenernos alerta ante la aparición de cambios. En cuanto al dolor, es posible atenuarlo con paracetamol o ibuprofeno.

Existen, por otra parte, acciones totalmente contraindicadas para tratar las quemaduras en niños, puesto que con ellas solo conseguiremos empeorar las consecuencias del accidente. Las conductas a evitar más frecuentes son:

  • Utilizar hielo para enfriar la zona.
  • Frotar el área afectada.
  • Romper las ampollas. Si, por cualquier causa, se han reventado, lo más recomendable es lavarlas con agua y jabón y cubrirlas con un apósito estéril, dejándolo suelto para que transpire la herida.
  • Retirar, como avisábamos antes, la ropa que esté pegada a la piel.
  • Aplicar pomadas, pasta dentífrica o mantequilla, que en lugar de mejorar los desperfectos contribuirán a agravarlos.
    Métodos no recomendados para curar las quemaduras en niños
    No se debe usar pasta de dientes para curar las quemaduras en niños | Fuente: Publicdomainpictures

Conductas preventivas para evitar las quemaduras en niños

Antes de que tenga lugar el acontecimiento indeseado en cuestión, podemos ayudar a minimizar su irrupción si tomamos por costumbre llevar a cabo diversas acciones preventivas como:

  • Tener cuidado cuando haya en las proximidades líquidos calientes, como café, té, caldo o alguna salsa, entre otros.
  • Mantener a los niños lejos de los radiadores, las planchas, los mecheros y las cerillas.
  • Comprobar la temperatura del agua antes de meter al niños en la bañera.
  • Colocar, como elemento preventivo adicional, un extintor en la cocina.
  • Revisar las baterías del detector de humos, al menos, una vez al mes.
  • No permitir que los niños pequeños estén en la cocina mientras estamos cocinando.

Cuándo debemos acudir al médico

A pesar de que los escenarios más leves pueden ser tratados en casa sin mayores complicaciones, existen otros ante los que no nos quedará más remedio que solicitar asistencia sanitaria. Los signos en los que debemos fijarnos para dar tal paso se pueden resumir en los siguientes:

  • Si una lesión pequeña y superficial se vuelve cada vez más roja e inflamada, puesto que puede ser señal de que se haya infectado.
  • Si de la quemadura sale líquido, supuesto en el que debemos cubrirla con una gasa estéril, o una sábana o toalla limpias, en su defecto, sin apretarla para que no se pegue a la piel. Una vez aislada la zona, es esencial acudir en ayuda médica lo antes posible.
  • Si la lesión es profunda, algo que podremos determinar si no le duele al niño, si tiene muchas ampollas o si estas son de gran tamaño.
  • Si los daños han afectado a una parte extensa del cuerpo o a zonas como las maños, el cuello, las articulaciones, los genitales o las plantas de los pies.