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Salud Infantil

Por qué es importante evitar la práctica deportiva con una zapatilla “casual”

niños zapatillas
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 11.09.20

Las autoridades sanitarias recomiendan que los niños con edades comprendidas entre los 5 a 17 años, realicen al menos 60 minutos de actividad física al día. Para la compra del material necesario, los padres buscamos unas zapatillas de deporte que cumplan con el objetivo mínimo de la especialidad deportiva. Sin embargo, el mercado del calzado es prácticamente infinito y no todos los modelos cuentan con las características mínimas que aseguren que nuestros hijos realizarán deporte con un calzado adecuado. 

La elección de un calzado apropiado para hacer deporte es la asignatura pendiente de muchos padres de cara al comienzo del nuevo curso

Es de suma importancia conocer y saber que el calzado deportivo debe utilizarse principalmente para hacer ejercicio físico, limitando su uso de forma diaria fuera de este ámbito. La finalidad es controlar la aparición de dolores o lesiones musculoesqueléticas y garantizar un adecuado desarrollo de la extremidad inferior del niño. Debemos seleccionar y adaptar el tipo de calzado deportivo a los diferentes tipos de deporte, por ejemplo, zapatilla de running para correr o atletismo y zapatilla de futbol o futbol sala para dicho deporte.

Según la experiencia en el ámbito deportivo del Podólogo y Profesor, Dr. Francisco Monzó, Asesor Científico y Director de Fixtoe Company y el Podólogo y Deportista de Alto Nivel Hipólito Montesinos, Fundador de FeetMedic, “la elección del modelo por parte del niño, las tendencias, el desconocimiento de las características del calzado idóneo y la escasez del producto en ciertas edades, provoca que nos inclinemos por una zapatilla que quizá no sea la más adecuada para el desarrollo de la actividad deportiva pudiendo producir lesiones y dolencias en los pies de los niños”.

Por tanto, he aquí la pregunta ¿qué tipo de zapatillas compramos a nuestros hijos para hacer deporte? Una “casual” está creada para calzar el pie cumpliendo un objetivo básico, pero no es la más apropiada para la realización de cualquier tipo de deporte. ¿Por qué?

todos los zapatos
No todos los zapatos valen para hacer deporte, depende del pie | Fuente: FeetMedic

Cómo identificar un calzado “casual”

1. Suela plana

Una suela plana, sin ningún tipo de drop (diferencia de altura entre el retropié y el ante pie), ni soporte del arco, provocando que la columna interna del pie (huesos que forman el arco interno) se exponga a un incremento de cargas o fuerzas excesivas, ya sea por saltos o carreras de velocidad que pueden llevar a que estructuras como músculos, tendones y ligamentos, sobre todo de la planta del pie, trabajen hasta el punto de poder sufrir un estado de fatiga y posterior lesión. Este tipo de suela también se asocia y predispone a la presencia de un patrón de marcha en bote o puntillas.

2. Suela rígida y falta de puntera

En ocasiones la suela de este tipo de calzado es además rígida, con materiales que no absorben el impacto. Esta no permite que las tres fases del movimiento que debe tener el pie (contacto de talón, mediopié y antepié) al andar o correr se lleven a cabo de manera completa, y se convierta la pisada del niño en una sola fase de apoyo plantígrado. Este tipo de zapatillas no suele disponer de una puntera con un ligero balancín que permite un despegue en la pisada más dinámico. Repercutiendo el impacto en rodilla, cadera y columna lumbar.

3. Materiales rígidos

En ocasiones estas zapatillas se realizan con materiales poco flexibles, utilizando plásticos y adornos que aumentan su rigidez. Esta consistencia dificulta la adaptación del pie al calzado creando en ocasiones rozaduras y una sudoración excesiva.

4. Poca sujeción

Contrafuertes blandos que no sujetan bien el talón restando eficiencia a su cometido en la sujeción y estabilidad de articulaciones de pie y tobillo, pudiendo incrementar la desviación normal en valgo del talón (tobillo hacia dentro) y aplanamiento del arco interno del pie, que presentan los niños en la etapa infantil.

Drop, es la diferencia de altura entre el retropié y el ante pie | Fuente: FeetMedic
Drop, es la diferencia de altura entre el retropié y el ante pie

Las zapatillas que sí funcionan

Las zapatillas que recomendamos para la práctica deportiva deben cumplir con las siguientes características:

1. Suela ergonómica

Una suela con ergonomía adaptada al arco interno del pie, con una ligera diferencia entre la parte trasera y delantera de la zapatilla, que disminuirá el estrés tensil (fuerzas extensibles) de la musculatura posterior de la pierna, restando tensión sobre los gemelos, sóleo y tendón de Aquiles.

2. Flexibilidad media

Flexible pero no demasiado así permite absorber los impactos de las fuerzas de reacción del suelo que provocan los saltos y carreras. Pese al bajo peso de los niños, los impactos realizados de manera reiterativa a lo largo de la semana entre colegio, extraescolares y fines de semana, aumentan las probabilidades de provocar, por ejemplo, la enfermedad de Sever o también llamada Apofisitis calcánea (causa muy común del dolor del talón en niños de entre 8-14 años).

3. Adaptadas al ejercicio

Zapatillas con materiales de cierta elasticidad que se adapten al pie en el ejercicio.

4. Contrafuertes firmes

Contrafuertes con cierta rigidez y no demasiado bajos que ayuden a controlar principalmente el movimiento de pronación de las articulaciones del retropié y tobillo (valgo de talón) que se repite con continuos ciclos de carga durante la actividad deportiva. El control del movimiento y posición del retropié o talón durante el periodo de crecimiento, a través del uso de un contrafuerte adecuado, también ayudará al correcto desarrollo de las actitudes o posiciones en valgo (rodilla en X) o varo (rodilla en paréntesis) que atraviesan las rodillas en estas edades.

Zapato ideal para proteger los pies
Zapato ideal para proteger los pies | Fuente: FeetMedic

La podología en España ha evolucionado durante los últimos años, posicionándose y adquiriendo relevancia de primer nivel, por lo que no debemos caer en el error de seguir pensando que todas las molestias de nuestros hijos en las piernas y, en especial, en los pies son consecuencia únicamente derivadas del crecimiento. Muchas de ellas son provocadas por un calzado inadecuado, asociado a patologías que deberían detectarse precozmente con visitas preventivas al podólogo a partir de una edad temprana.

Escuchemos y dejémonos guiar por los profesionales más preparados para el estudio, diagnóstico y tratamiento del pie, los podólogos.