Cuidado con los bañadores mojados y la cistitis: consejos para prevenirla

Con la llegada del verano y el calor, surgen muchísimas actividades divertidas en familia al sol para disfrutar con nuestros hijos e hijas y refrescarnos. Sin embargo, la época de los bañadores y las piscinas es también la de muchas infecciones y enfermedades que aparecen con más frecuencia, entre ellas, la cistitis.

Los expertos advierten que esta infección del tracto urinario reaparece en un 30 % de los casos después de un primer episodio. ¿Se puede prevenir? Sí, te contamos cómo.

¿Qué es la cistitis?

La cistitis es la enfermedad más frecuente del aparato urinario y la más usual después de las respiratorias. En la mayoría de los casos, suele ser de origen bacteriano, usualmente provocada por la Escherichia coli. Estas bacterias ingresan en la uretra y luego en la vejiga, y pueden causar una infección. Además de ser dolorosa, puede también diseminarse a los riñones, por lo que es importante seguir una serie de pautas para evitar su desarrollo.

¿Cuáles son los síntomas de la cistitis?

Los síntomas suelen aparecer como una necesidad urgente y frecuente de orinar (con dolor, ardor, escozor y, en algunas ocasiones, sangre), malestar general e, incluso, presión y molestia en la espalda baja. Hay que prestar atención a esta sintomatología, ya que los niños y las niñas que hayan aprendido a ir al baño solos pueden volver a mojar la cama. 

En caso de notar estos malestares en nuestros hijos, debemos acudir al pediatra para que realice el diagnóstico correcto. De todas formas, los expertos nos brindan las pautas que debemos seguir para evitar este tipo de patologías.  

¿Por qué es necesario prevenir?

La cistitis afecta tanto a menores como adultos, aunque más a las niñas y las mujeres por la propia anatomía de su uretra, que es mucho más corta que la masculina. Y puede aparecer de modo recurrente. Por ello, es crucial tratarla de manera preventiva, como indica la doctora Ana Ortiz, gerente del Área de Salud de Farmasierra.

Ortiz afirma: “Hasta un 30 % de los niños que han sufrido un primer episodio de infección urinaria no complicada (tipo cistitis) volverán a presentar un nuevo episodio“. Esto representa un problema “de dimensiones epidemiológicas, sanitarias y sociales, que hará que niños y padres busquen asistencia en pediatras de manera frecuente y reiterada, además de verse expuestos a la administración de tratamientos antibióticos durante cada episodio de infección”.  

Para evitar esto recomienda ser precavidos, sobre todo en esta época del año, ya que en verano es muy habitual que se produzcan este tipo de infecciones.  

Consejos para prevenir la cistitis: 

1. Cuidado con los bañadores y las prendas mojadas

Después de nadar, hay que cambiarse la ropa mojada cuanto antes, mejor de forma inmediata. La humedad ayuda a crear un ambiente ideal para la proliferación de bacterias. Al no cambiar las prendas húmedas, en combinación con el calor del verano, permitimos que se reproduzcan rápidamente y las probabilidades de padecer este tipo de infecciones aumentan.

2. Estar bien hidratados

Beber agua tiene muchísimos beneficios conocidos, pero uno de ellos y el más relevante para prevenir la cistitis, es promover la actividad del sistema urinario. La orina se encarga de limpiarlo y eliminar gérmenes, por eso, lo mejor es animar a los niños a ingerir líquidos y mantenerse hidratados. 

3. Ir al baño con frecuencia

Es común que los niños retengan su orina sin preocuparse demasiado por ello, muchas veces por estar jugando distraídos o simplemente porque no quieren dejar sus actividades en ese momento. Estos tiempos de espera permiten que las bacterias se desarrollan cuando la orina permanece en la vejiga demasiado tiempo. Animarlos a ir al baño cuando sientan ganas, y de preferencia, no dejar pasar más de 3 o 4 horas entre micciones. También es importante evitar el estreñimiento porque impide la expulsión de los gérmenes que colonizan el tracto urinario.

4. Mantener hábitos de higiene correctos

Es fundamental enseñar a los niños, y muy especialmente a las niñas, a limpiarse correctamente después de ir al baño; la higiene siempre debe hacerse desde delante hacia atrás. De esta forma, impedimos que las bacterias que podamos encontrar en el recto procedentes del intestino se acerquen a la zona de la uretra. En caso de usar pañales, conviene cambiarlos con frecuencia y utilizar productos de limpieza suaves.  

5. Utilizar ropa interior de algodón y prendas holgadas

Esto ayuda a mantener la zona seca para evitar el crecimiento de microorganismos. Recordemos que la humedad y el calor brindan un ambiente perfecto para este tipo de bacterias. Los pantalones demasiado ajustados también deberían evitarse para permitir el paso del aire, al igual que las telas que retengan la humedad.

6. Evitar jabones perfumados y productos irritantes a la hora del baño

Siendo una zona tan sensible, muchos productos tienen sustancias que alteran el pH normal y barren las defensas naturales del cuerpo. Esto genera irritación, escozor y, además, favorece la aparición de infecciones.

7. Consumir arándanos rojos americanos

Según varios estudios, este fruto ayuda a prevenir las infecciones urinarias. Si bien no tiene poder bactericida ni bacteriostático, evita la adhesión de bacterias al epitelio de las vías urinarias, impidiendo la proliferación de gérmenes en el tracto urinario. También se recomiendan los alimentos ricos en vitamina C para acidificar la orina.