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Psicología y salud mental

Padres separados con hijos: criando juntos a pesar de las diferencias y las distancias insalvables

Padres separados con hijos: qué hacer si no puedes ver a tu ex
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 10.07.23

Es una realidad dura, pero incontestable: a veces, por mucho esfuerzo que pongamos en una relación, hay que asumir que no es viable. En esos casos, lo mejor es llegar a un acuerdo y que cada uno siga su camino sin acritud y con madurez, pero ¿qué ocurre cuando hay niños de por medio? Y si las cosas no terminan bien, ¿pueden los padres separados con hijos criarlo juntos a pesar de no poder ni verse?

Tiempo al tiempo

Las cosas no son tan sencillas como decirse adiós y desearse lo mejor y, aunque haya heridas abiertas y estemos deseando perder de vista a nuestra pareja, es imprescindible llevarse lo mejor posible por el bien de los más pequeños. Está claro que para ellos es más sano ver a sus padres separados pero felices, que juntos y sumidos en continuas discusiones; la clave es cómo llegar a un entendimiento cuanto antes para ahorrarles (y ahorrarnos) sufrimientos innecesarios.

Evidentemente, el comienzo no será fácil: lo que menos querremos será ver a nuestra expareja, a la cual, sin embargo, estamos unidos para siempre de un modo u otro, ya que es el padre o la madre de nuestros hijos. Pero no debemos perder de vista que el tiempo irá a nuestro favor y conseguiremos llevarnos bien poco a poco.

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Los problemas de los adultos los resuelven los adultos | Fuente: Canva

El proceso de la separación

Lo primero es anunciar a nuestros hijos que sus padres van a dejar de ser pareja. No olvidemos que nosotros somos los adultos; hay que darles la información de manera inteligible y adaptada a su edad, evitando los detalles complicados o incómodos y dejándoles claro que es un paso irreversible, para que no caigan en el error de culparse a sí mismos y tratar de reunir a sus padres, algo que solo les causaría más dolor. La pareja se termina, sí, pero la familia es para siempre y ellos deben tener la certeza de que en todo momento podrán contar con sus padres cuando los necesiten.

No hay que perder de vista que la persona de la que nos estamos separando fue un día importante y muy querida para nosotros; con eso en mente, evitemos caer en las descalificaciones delante de los niños o en el deseo de usarlos como arma arrojadiza para vengarnos de situaciones de las cuales ellos no tienen ninguna culpa. No hay que dejar que nuestros hijos piensen que ellos han hecho algo mal en la familia, ni les utilicemos como espías para averiguar qué hace nuestro ex.

Los niños son lo primero

Si se adquiere un compromiso con ellos, hay que cumplirlo. Es fundamental que sepan que nuestra palabra es firme, así que, si pactamos recogerlos a una hora, intentemos ser puntuales y nunca deshagamos la cita, excepto si es por una urgencia real e ineludible. Hay que dejarles en claro que no están obligados a ‘elegir’ entre sus padres y que es normal que estén enfadados o confusos si les toca ir a casa de uno cuando quieren estar algo más de tiempo con el otro.

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Los niños deben saber que no están obligados a elegir entre sus padres | Fuente: Canva

El dinero, por otro lado, es un tema complicado en las separaciones. Es básico que ambos progenitores tengan clara una cosa: la manutención de los hijos es, como su propio nombre indica, para los hijos. Está destinada a sus gastos cotidianos y no debe usarse como un elemento de conflicto para hacer daño a nuestra expareja. Quizá los niños no se enteren directamente de las discusiones de sus padres respecto a esto, pero notarán el malestar y serán al final los que sufran las verdaderas consecuencias.

Buscar ayuda es sano

No hay que despreciar la ayuda profesional; la terapia puede ayudar a menores y adultos a poner las cosas en perspectiva y a elaborar el duelo por la relación fallida. La psicología dispone de herramientas y recursos útiles para toda la familia y no hay nada vergonzoso en recurrir a ella si no se consigue salir adelante solos. Es preferible pedir ayuda externa para sanar, que lidiar solos con el dolor y el trauma.

La unidad familiar es útil para los niños

Al principio, mantener cierta unidad familiar es necesario. Esto se puede lograr realizando actividades al aire libre, como un pícnic o un día en el parque, para evitar que piensen que la pareja volverá a compartir la vivienda. Es importante que vean que sus padres son personas civilizadas capaces de compartir tiempo y espacio más allá de sus propios problemas. Por supuesto, no se debe separar a los hermanos, salvo que sea totalmente imprescindible; cuanto más estable sea su entorno, más cómodos se sentirán en la situación, que al fin y al cabo es creada y gestionada por los adultos, no por ellos.

Aunque sea dolorosa, no hay que permitir que la separación te quite el sueño y las ganas de salir adelante. Vuestros hijos pueden ser tan felices como los de un matrimonio unido, aunque los primeros meses tras la separación sean difíciles. Simplemente, dales tiempo y espacio para asumir y manifestar sus emociones, comunícate y hazles saber que no están solos y que sus padres les adoran y les apoyan incondicionalmente. Saberse valiosos y queridos, es imprescindible para crecer como personas equilibradas. En el futuro agradecerán el esfuerzo que hicieron sus padres por dotarles de un entorno cálido y amable para desarrollarse, a pesar de los duelos y las dificultades.