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Psicología y salud mental

Mitos y realidades del Método Estivill para dormir a los niños

Método Estivill
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 26.08.19

El Método Estivill es la primera propuesta que se encontrará cualquier padre con dudas sobre cómo acabar con los despertares nocturnos del bebé. Lo encontraremos reflejado en el libro [amazon_textlink asin=’8490328625′ text=’Duérmete niño‘ template=’ProductLink’ store=’saposyprinces-21′ marketplace=’ES’ link_id=’c6967037-4b51-4b66-a017-7ad4a9028c53′] del Neurólogo catalán especialista en sueño, Eduard Estivill. Tiene la finalidad de ayudar a las familias a conseguir que sus hijos concilien el sueño solos. Según su creador, los menores están preparados para dormir sin compañía a partir de los 4-6 meses de edad.

En el libro se parte de la idea de que los padres hacemos que nuestros bebés adquieran hábitos inadecuados de sueño. Cuando son muy pequeñitos les dormimos a distintos horarios, en la silla del coche, en el cochecito de paseo, en la cuna, en el sofá, en brazos o en una terraza tomando café. De esta forma, el niño no adquiere una rutina adecuada y lo que intenta conseguir este método es ayudar a crearla.

¿Por qué es tan polémico el Método Estivill?

Algunos han resumido la metodología de Estivill como “dejar llorar al niño hasta que se canse” y no es exactamente esto, pero tiene algo que ver. Recomienda que los padres acuesten al bebé y lo dejen despierto en la cama durante periodos cada vez más largos, que van desde 1 hasta 17 minutos. Esta rutina se llama “espera progresiva” ya que el tiempo de espera debe aumentar paulatinamente, es decir, aunque lloré no se puede acudir hasta que toque y cuando se haya cumplido, los adultos solo pueden consolarlo desde la distancia, no pueden ni cogerlo en brazos, ni darle de comer.

Método Estivill

Mito versus realidad

Debido a la controversia, se han creado una serie de teorías alrededor de esta metodología, algunas ciertas y otras algo conspiratorias. Por lo que muchas veces es difícil crearse una idea no contaminada. A continuación, nombraremos algunos de los mitos que rondan a este polémico método y ofreceremos una visión más realista de cada uno.

  • “Hay que enseñar a los niños a dormir”. Lo cierto es que se nace sabiendo dormir, al igual que sabiendo mamar. Otra cosa es que lo hagan en el horario que nosotros queremos que lo hagan.
  • “El bebé puede dormir solo a partir de los 4-6 meses de edad”. Efectivamente, a partir de los 6 meses los ritmos biológicos y del sueño cambian, los menores empiezan a tener un horario más parecido al de los adultos y duermen más horas del tirón, pero eso no significa que vaya a descansar solo toda la noche. Cada uno tiene un ritmo de maduración distinto.
  • “Funciona en el 94% de los casos, ya que los niños aprenden a autocalmarse”. Este dato de eficacia puede ser real si acotamos las estadísticas, pero esto no quiere decir que no se despierten. Se van a seguir despertando, pero dejan de llorar o de llamar a sus padres porque han aprendido que nadie va a acudir a su llamada, no porque así les hayamos enseñado a ser más fuertes y autónomos.

En resumen, el Método Estivill se centra en la modificación de conducta. Durante la infancia se aprende a base de “indefensión aprendida”: “Si no me atiendes cuando llamo/lloro/reclamo, al final dejo de hacerlo porque siento que no sirve para nada”.

Sobre los efectos secundarios posibles, no hay estudios científicos que demuestren que realmente los produce, ni cuales serían exactamente.

En otra línea, la opuesta, estaría la crianza natural, acuñada por el pediatra William Sears y en España abanderada por ejemplo por Carlos González. Sería el método opuesto. Defienden el colecho, piel con piel o el porteo. Sin embargo, los detractores de la misma, abogan que este estilo educativo genera niños inseguros, poco autónomos y dependientes.

Úrsula Perona
Psicóloga infantil
Colaboradora de Sapos y Princesas