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Descubre lo que puedes hacer para mantener una buena relación con tu familia política

Claves para mantener una buena relación con tu familia política
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 22.09.23

El trato con nuestros parientes cercanos puede ser complejo y a menudo supone todo un desafío, especialmente cuando se trata de las relaciones con la familia política. La dinámica entre el núcleo familiar y la familia extensa puede generar tensiones y conflictos que afectan la armonía en el hogar. En este artículo, exploraremos diferentes aspectos vinculados a este asunto y veremos cómo podemos mejorar la comunicación con los parientes cercanos de nuestra pareja basándonos en la terapia sistémica, una práctica psicológica que se enfoca en las dinámicas familiares y las relaciones interpersonales.

Las claves para mantener unas buenas relaciones con la familia política

1. La importancia del orden de prioridades

En cualquier familia, hay un orden y una jerarquía entre los miembros. Los padres y las madres, los abuelos, tíos y primos suelen tener roles o responsabilidades específicas dentro de la estructura familiar. Resulta muy necesario reconocer y respetar este orden, tanto con nuestros parientes como con los de nuestra pareja, ya que este aspecto influye en la forma en que nos relacionamos entre nosotros y con ellos. Sin embargo, también es fundamental establecer límites saludables y expresar nuestras necesidades y expectativas de manera clara y considerada.

A veces, puede surgir un conflicto entre el núcleo familiar y la familia extensa. El primer grupo, formado por la pareja y los hijos e hijas, debe ser la prioridad, los primeros en cuanto a su importancia y en términos de toma de decisiones y cuidados. Esto no significa que debamos descartar por completo las opiniones y sugerencias de nuestros parientes y de los de nuestra pareja, pero es muy necesario marcar unas líneas que no se deben sobrepasar y asegurarnos de que nuestras decisiones estén basadas en lo que consideramos lo mejor para nuestro núcleo familiar.

2. La comunicación

Uno de los mayores desafíos en las relaciones con la familia política es la comunicación. A veces, podemos sentir que no se nos escucha o no se nos tiene en cuenta suficientemente, lo que puede generar tensiones y malentendidos. Para mejorarla, nada como practicar la escucha activa, intentando entender las perspectivas y preocupaciones de los demás antes de responder o reaccionar.

También resulta esencial que expresemos nuestras opiniones y pensamientos de forma respetuosa, y estableciendo momentos y espacios adecuados para discutir temas delicados. Es la mejor manera de evitar confrontaciones en momentos inapropiados.

3. Las necesidades cubiertas y no cubiertas

También son motivo común de roces las situaciones en las que sentimos que no respetan nuestros deseos o no estamos cubriendo nuestras propias necesidades. Por ejemplo, podría ser que la madre de un bebé se sintiera abrumada por las críticas de su suegra hacia su forma de amamantar, cuidar o educar a su hijo.

En esta situación, es importante abordar el asunto de manera considerada y asertiva. El primer paso sería expresar sus sentimientos y preocupaciones a su pareja, y luego establecer juntos límites claros con la familia política. También está la posibilidad de buscar el apoyo de un profesional, como un terapeuta familiar, para ayudarles a mejorar la comunicación y encontrar soluciones que beneficien a todos.

4. Diferencia de opiniones o valores

Otro generador de conflictos común en este contexto es la diferencia de opiniones y valores. Cada individuo tiene su propia forma de pensar y sus creencias, tanto las heredadas generación tras generación, como las aprendidas de sus propias experiencias vitales. Estas convicciones pueden chocar con las perspectivas, creencias y valores de su familia política. Para resolver este problema, hay que fomentar la comunicación abierta y empática. Esto implica escuchar activamente las opiniones de los demás y tratar de comprender sus puntos de vista sin juzgar. También es útil respetar las diferencias, reconociendo que cada persona tiene el derecho de tener sus propias convicciones.

5. Invasión de la privacidad

Cuando la familia política se entromete demasiado en la vida de una persona, se generan muchas tensiones. En este caso, es necesario decírselo a nuestra pareja para expresar de manera asertiva las necesidades individuales y, de común acuerdo, marcar los límites de cada uno.

Hay que tener en cuenta que lo que para uno es invasivo, puede no serlo para el otro, pero debe aceptarse la línea que cada cual decide trazar. Una vez que quede bien delimitada por la pareja, será mucho más sencillo hacérselo saber al resto de los parientes con una mezcla de firmeza y amabilidad.

6. Distribución desigual de las responsabilidades

Es común que cada uno tenga diferentes niveles de compromiso y expectativas en cuanto a la participación en las responsabilidades familiares. Para solucionar este conflicto, es preciso establecer acuerdos claros y realistas sobre el reparto de responsabilidades y las expectativas de cada uno. Esto implica una comunicación abierta y equitativa entre los miembros de la familia, teniendo en cuenta las necesidades y capacidades individuales de cada uno.

Todos salimos ganando

Mantener una buena relación con los parientes políticos tendrá un impacto positivo tanto en la pareja como en los hijos. Crear vínculos afectuosos y sólidos con los abuelos, tíos y primos brindará a los niños un sentido de pertenencia, apoyo emocional y la oportunidad de aprender y crecer dentro de un ambiente familiar ampliado.

En conclusión, abordar las relaciones con la familia política requiere paciencia, respeto y una comunicación abierta. Al marcar límites saludables, practicar la escucha activa y buscar soluciones constructivas, crearemos vínculos sólidos y armoniosos que beneficiarán a todos.

Cuando hay un buen ambiente para hablar y promovemos encuentros regulares, fortalecemos los lazos entre todos. Es la mejor manera de recordar que la familia política puede ser una fuente de apoyo y enriquecimiento en nuestras vidas. Y la terapia sistémica es útil para promover un trato saludable con quienes la componen. Algo muy importante, porque todos sabemos que una familia unida ayuda a superar cualquier desafío que se presente en el camino.

Marta Fernández Ramos
Coach personal y de familia
Marta Fernández Coach