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Cómo explicar a los niños que no deben hablar con extraños

Hablar con extraños
El miedo puede hacer que nuestros hijos reaccionen irracionalmente
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 10.03.23

¿Tu hijo o hija es de los que entablan una conversación con cualquier persona en distintos lugares? Hay niños que son muy extrovertidos y no temen socializar con todo el mundo. Hablar con extraños no es algo malo; sin embargo, es importante enseñarles algunas pautas para que sean prudentes y puedan cuidarse a la hora de que los desconocidos se acerquen a ellos.

¿Cómo le explico a mi hijo que no debe hablar con extraños?

Seguramente, os entren dudas respecto a cómo explicar a los niños qué hacer cuando alguien que no conocen se les acerca. Para evitar situaciones que puedan dañarlos o asustarlos, a continuación compartimos con vosotros algunas sugerencias.

Hablar con extraños: eliminar dudas
Busca un espacio para dialogar con tus hijos y agotar todas sus dudas | Fuente: Freepik

1. Sé claro y específico

De acuerdo con la edad de los niños, podremos dar más o menos detalles, pero es evidente que, a menor edad, más conciso deberá ser el mensaje. Hay que brindarles información que creamos básica para alejarlos de peligros inminentes.

La mejor forma de advertir a nuestros hijos de potenciales situaciones peligrosas es hablar con ellos y aportarles información clara. Esto quiere decir que es aconsejable que especifiquemos qué esperamos que hagan si un caso así se produce; por ejemplo, deberíamos aclararle que si alguien a quien no conoce se pone a dialogar con ellos, tienen que acudir inmediatamente a mamá, papá, los abuelos o la persona que en ese momento esté a su cargo.

En este sentido, decir siempre que ‘no’, no les brindará herramientas para que ellos sepan cómo resolver el asunto si esta circunstancia se presentara. Por eso, es aconsejable que podamos recrear escenarios comunes y que les digamos exactamente cómo queremos que actúen en cada caso. Por ejemplo, si no queremos que coman comida que les ofrezcan desconocidos, lo mejor será evitar decir “no aceptes comida de extraños” y sí explicarles “si alguien que no conoces te da comida, lo mejor es que le des las gracias y le digas que no la quieres”.

2. El miedo paraliza: evitemos asustarles

Es posible, que en el afán por proteger a nuestros hijos, caigamos en directrices que terminen asustándolos. Por supuesto, esto ocurrirá más frecuentemente si los niños son pequeños, ya que suelen ser más temerosos. El miedo, particularmente cuando se manifiesta a esa edad, tiende a paralizarlos y reaccionan de forma irracional. No es aconsejable, por tanto, que los mensajes que tienen como objetivo cuidarlos, los dejen angustiados.

Hablar con extraños: miedo
El miedo puede hacer que nuestros hijos reaccionen irracionalmente | Fuente: Freepik

Por este motivo, como mencionábamos anteriormente, si quieres evitar, por ejemplo, que acepten alimentos de extraños, además de decirle que diga gracias y lo rechace, podrías agregar “mamá siempre tendrá cosas deliciosas para ti en su bolso” o “te queremos mucho y por eso nos gusta asegurarnos de que no ingieres alimentos que podrían sentarte mal”. Esas explicaciones, después del mensaje más categórico, lo hacen más amable y los predispone mejor a obedecer.

3. Aclara con quién sí y con quién no puede hablar

¡Los niños aprenden tantas cosas nuevas al día! Aunque no tomemos conciencia de ello, cada experiencia es un aprendizaje en el que acumulan información valiosa. Por ello, antes de abrumarlos con largos y complejos argumentos de por qué no hablar con extraños, es preferible que nos concentremos en lo más importante. ¿A quiénes consideramos extraños? Si la respuesta es amplia, por ejemplo, “todas las personas que mi hijo o hija no conoce”, corremos el riesgo de infundirles temor por la gente nueva que se acerca a su vida: un nuevo amigo o una maestra nueva, por ejemplo. Se recomienda, entonces, que nos sentemos a pensar y delimitar a quiénes queremos que nuestros pequeños consideren así y, de este modo, transmitirles una idea clara.

Para lograr una definición eficiente, es clave contextualizar una situación para que el niño o niña comprenda con claridad a qué personas puede dirigirse. Podemos darles ejemplos que sucedan en su vida diaria como “si en el colegio, una maestra nueva se presenta, puedes hablarle y decirle cómo te llamas cuando te lo pregunta”. O “si algún día te pierdes en un centro comercial, recuerda que solo debes acudir a pedir ayuda a alguien de seguridad o a policías que están claramente identificadas con uniformes”. Estos escenarios concretos los ayudarán a visualizar y recordar fácilmente lo que tienen que hacer cuando toman contacto con un desconocido.

Hablar con extraños: en quién confiar
Enséñale en qué personas puede confiar y en cuáles no | Fuente: Freepik

4. Explica las razones

Como mencionamos anteriormente, resulta esencial que no asustemos a nuestros hijos infundiéndoles temor por lo desconocido. Tomarnos nuestro tiempo hasta que ellos puedan entender por qué deben actuar de una forma y no de otra es fundamental.

Entre los 2 y 4 años comienzan la etapa de los ‘por qué’, en la que necesitan llegar a la razón última de lo que acontece a su alrededor. Si tu pequeño está en esa fase, seguramente querrá saber en profundidad por qué no debe hablar con extraños y seguirá preguntando hasta que nuestra respuesta lo haya satisfecho. Por el contrario, con aquellos niños que, por timidez o temor, no preguntan, corremos el riesgo de que completen la información faltante con sus propias ideas, que en muchos casos pueden ser erróneas y podrían generarles más miedo.

Por eso son tan necesarias las explicaciones suficientes, que les aclaremos bien por qué no es conveniente hablar con personas desconocidas, cuidando nuestras palabras y tratando siempre de no asustarlos.