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Características del método lúdico: ¿por qué es tan beneficioso para el aprendizaje de los niños?

Características del método lúdico: ¿por qué es tan beneficioso para el aprendizaje de los niños?
Fuente: Pxhere
Sapos y Princesas
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Fecha de actualización: 19.12.20

A través del método lúdico se pretende promover el aprendizaje de los alumnos mediante la participación y la motivación. Las claves pasan por despertar la curiosidad, aumentar el interés y fomentar la creatividad de los estudiantes con prácticas divertidas y amenas a la vez que instructivas. No debe confundirse, no obstante, con la Gamificación, donde es el pasatiempo el que se adapta a unos contenidos preestablecidos.

¿En qué consiste el método lúdico?

También denominado Aprendizaje Basado en Juegos, esta modalidad de enseñanza funciona al revés. La asignatura en cuestión se adapta a un entorno más entretenido para facilitar la adquisición de una serie de conocimientos concretos. Así lo explica Ingrid Mosquera, profesora de UNIR especializada en didáctica, enseñanza online, herramientas digitales y aprendizaje activo, que advierte de la necesidad de ver el juego como un recurso pero nunca como un fin.

Los objetivos, explica, serán didácticos y lo aprendido debe poder ser extrapolable fuera del propio juego. Además, en el método lúdico existe competitividad y hay ganadores y perdedores, a diferencia de lo que ocurre con la Gamificación, en la que las reglas están orientadas únicamente al progreso, tanto si este está enfocado a desarrollar habilidades, a reforzar o evitar hábitos o a cualquier otro fin.

Competitividad en el método lúdico
El método lúdico es competitivo, dentro de él existen ganadores y perdedores | Fuente: Pxhere

La importancia del juego durante las primeras etapas

Aunque los beneficios de este recurso formativo son patentes a cualquier edad, en el Informe de la Sección de Educación de Unicef Aprendizaje a través del juego lo consideran especialmente relevante para el desarrollo del individuo durante las primeras etapas de la infancia, concretamente entre los años que corresponden con el transcurso de la Educación Infantil y los cursos iniciales de la Primaria.

Desde el nacimiento a los 2 años, el cerebro forma conexiones neuronales a un ritmo de al menos 1.000 por segundo si existe la estimulación adecuada, aunque existen indicios de que dicha velocidad podría aumentar hasta alcanzar el millón. Este fenómeno se ve potenciado por los entornos ricos, afectuosos y protegidos, en el contexto de una prestación de cuidados receptiva y lúdica que potencie el establecimiento de lazos de unión y de un vínculo seguro, contribuyendo así a un desarrollo emocional positivo.

Entre los 3 y los 5 años tiene lugar un veloz desarrollo de las competencias lingüísticas, socioemocionales y cognitivas. Los ámbitos lúdicos permiten que, durante este periodo, los niños exploren y otorguen sentido al mundo que les rodea, algo para lo que se antoja imprescindible hacer uso de su imaginación y su creatividad.

De los 6 a los 8 años, coincidiendo con el inicio de la Educación Primaria, suele descuidarse este enfoque didáctico, otorgando más relevancia a los objetivos académicos. Algo desacertado si tenemos en cuenta que el método lúdico puede transformar, a estas alturas, las experiencias lectivas de los alumnos y aumentar tanto su motivación como su rendimiento escolar.

El método lúdico aumenta la motivación
Durante los años de Educación Primaria, el método lúdico mejora el rendimiento escolar | Fuente: Pixabay

¿Por qué es tan útil aprender jugando?

Desde el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia destacan, por tanto, este enfoque formativo como una de las formas más importantes en las que los niños obtienen conocimientos y competencias esenciales. El Aprendizaje Basado en Juegos permite establecer un entorno idóneo para la enseñanza caracterizada por ser:

1. Beneficioso para el desarrollo de los niños

Durante la infancia, se juega para dar sentido al mundo y para descubrir el significado de una experiencia conectándola con algo que ya se conocía previamente. La interpretación de tales vivencias puede ser expresada y ampliada gracias a las propuestas lúdicas.

2. Divertido

Cuando vemos jugar a nuestros hijos, o incluso a cualquier adulto, es frecuente apreciar como se suceden las risas. Pese a frustraciones puntuales, la sensación global gira en torno al disfrute, la motivación, la emoción y el placer.

3. Participativo

Cualquier escenario lúdico invita, además, a la participación activa. La implicación es uno de los elementos comunes y promueve la combinación de actividad física, mental y verbal, fomentando las habilidades propias de cada uno de dichos terrenos.

4. Dinámico y repetitivo

El juego no es estático, sino que se basa en poner en práctica competencias, intentar posibilidades, revisar hipótesis y descubrir nuevos retos, actitudes iterativas que inevitablemente se traducen en un aprendizaje más profundo.

5. Socialmente interactivo

La puesta en común de las ideas posibilita que los ámbitos lúdicos sean también útiles para entender a los demás. Una interacción social que constituye una puerta de acceso hacia un conocimiento más profundo y permite estrechar, al mismo tiempo, las relaciones con el resto de participantes.