Una de las experiencias más inolvidables en la vida es conocer nuevos lugares de la mano de nuestros seres queridos. No obstante, durante las estancias fuera de casa a veces surgen contratiempos de diversa índole que no solo pueden amargarnos las vacaciones, sino también provocar graves perjuicios en la economía familiar. Por eso resulta tan imprescindible la contratación de seguros de viaje, especialmente si vamos acompañados de nuestros hijos e hijas. Y es que solo con una mente libre de preocupaciones podremos involucrarnos por completo en la experiencia, compartiéndola con los que nos rodean y disfrutando juntos del encanto del destino.
1. En algunos países son obligatorios
En ocasiones, la primera razón para recurrir a estos servicios financieros es la propia obligatoriedad de hacerlo. De lo contrario, ni siquiera podremos traspasar las fronteras de los países que así lo exigen, un requisito que podéis comprobar en este listado disponible en la web del Ministerio de Asuntos Exteriores.
2. Garantizan nuestras pertenencias en caso de robo o extravío
También es interesante que el equipaje y otras pertenencias permanezcan aseguradas por si surge cualquier otro inconveniente. De hecho, los robos y daños al equipaje facturado no son acontecimientos tan extraños como nos gustaría cuando nos vamos de viaje. Por ello, si hemos sido previsores contratando un seguro de viaje, tendremos derecho a que se nos reembolse el coste de los objetos en cuestión o, al menos, parte del mismo en prácticamente cualquier situación que se nos presente.