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Consejos para ir de festival con niños: cómo evitar imprevistos y disfrutar de la experiencia

Ir de festival con niños
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 30.06.22

Si os gusta disfrutar de la música al aire libre, tener hijos o hijas no es motivo suficiente por el que renunciar a hacerlo. De hecho, existen eventos concebidos especialmente para acoger al público infantil, lo que otorga una fantástica oportunidad a todos los miembros de la familia para compartir un plan diferente a los más convencionales. No obstante, ir de festival con niños puede convertirse en una experiencia desagradable si pasamos por alto algunos aspectos esenciales. Para evitar llegar a tal extremo, compartimos con vosotros los siguientes consejos con los que aseguraros unos días de desconexión y diversión junto a vuestros seres queridos.

1. Elegir el evento más adecuado para nuestra familia

Antes de decidirnos por una alternativa u otra, resulta esencial analizar nuestras necesidades y las de los menores. Una vez lo tengamos claro, es conveniente que encajen con distintas características de la iniciativa como:

  • El precio
  • La afluencia
  • El tamaño del recinto
  • La edad de vuestros hijos e hijas
  • El público objetivo
  • Las actividades que se ofrecen
  • El tiempo que deberemos emplear en el viaje
  • La duración de la propuesta

2. Organizar el programa de cada día sin caer en conductas inflexibles

Planificar lo que haremos cada una de las jornadas es una buena idea antes de ir de festival con niños. Así evitaremos que la improvisación se apodere de la situación y, con ella, nos encontremos con escenarios indeseados. Dicho lo anterior, tampoco es aconsejable seguir a rajatabla el programa previsto. No en vano, se trata de una actividad con la que poder disfrutar junto a los nuestros y librarnos del estrés cotidiano. Propósito incompatible con una tónica basada en las obligaciones y las prisas.

3. Extremar las medidas de seguridad

Cualquier evento de esta índole que haya sido organizado adecuadamente habrá entrenado a sus empleados para gestionar el posible extravío de los menores. Algunos incluso facilitan pulseras de papel en las que escribir el número de teléfono y que este permanezca visible en todo momento en sus muñecas. No obstante, con el paso de las horas y los días y con la acción de agentes externos como el agua, el sudor o la arena, entre otros, puede deteriorarse el material hasta el punto de que los dígitos queden ilegibles. Por no mencionar que la incomodidad que pueden provocar en algunos momentos, como los destinados al descanso o a determinados juegos y actividades, haga que terminen quitándoselas.

Seguridad al ir de festival con niños
Los walkie-talkies son un elemento de seguridad que no está de más al ir de festival con niños | Fuente: Canva

Sin embargo, no está de más incrementar la seguridad tomando nuestras propias precauciones. Por un lado, sería buena idea instruir a nuestros hijos e hijas sobre el modo adecuado de reaccionar si se pierden. Además, podemos recurrir a otros métodos como los sistemas de geolocalización. Con el fin de prevenir tales situaciones, sería útil designar un punto de encuentro, así como portar dispositivos luminosos por las noches.

También es importante que nos aseguremos de permanecer comunicados entre nosotros. Tarde o temprano, los teléfonos móviles terminan quedándose sin batería, algo que podemos evitar llevando cargadores portátiles que no necesiten electricidad. Cuando la cobertura de la zona sea deficiente, los walkie-talkies son una buena manera de mantener el contacto entre todos.

4. Consultar el tiempo que va a hacer esos días

Antes de acudir al evento elegido, no debemos olvidar consultar el tiempo que va a hacer durante los días que vayamos a estar en el lugar. Así podremos anticiparnos a cualquier eventualidad y evitar las desagradables consecuencias derivadas de las condiciones meteorológicas. Tened en cuenta que no dispondréis de los medios con los que contáis en vuestro hogar para paliar cualquier efecto adverso de los elementos. Por el contrario, mientras os alojéis en una tienda de campaña, será más complicado poner remedio de una forma rápida y eficaz.

Así pues, si el clima va a ser lluvioso, recordad meter chubasqueros y botas de agua en el equipaje. En caso de que las previsiones hablen de bajas temperaturas, será imprescindible incluir ropa de abrigo y complementos para proteger las partes más delicadas del cuerpo de los menores. Por último, cuando se espere mucho calor, los sombreros, las gorras, las gafas de sol, las cremas protectoras y el agua serán nuestros aliados más valiosos.

5. Escoger una buena ubicación

Recurrir a la prudencia también es lo más acertado a la hora de conseguir una ubicación conveniente para todos. De hecho, para impedir aglomeraciones excesivas, muchos organizadores permiten llegar el día anterior, de manera que los asistentes puedan ir acomodándose paulatina y ordenadamente. Si, por el contrario, aparecemos con el tiempo justo, corremos el riesgo de perdernos alguna de las actuaciones o actividades de las que tanto nos apetecía disfrutar.

Además, acudir con una antelación razonable nos otorgará la oportunidad de elegir la mejor ubicación en función de nuestras características particulares. Si vuestros hijos e hijas son muy pequeños, os interesará coger un sitio en una zona tranquila concebida para este tipo de familias, ideal para que puedan relacionarse con otros semejantes de su edad y para evitar molestias durante el descanso nocturno. Cuando vayamos con adolescentes, en cambio, es muy probable que prefieran instalarse en áreas más animadas y con mejor acceso a las propuestas de ocio ideadas para ellos.

6. Llevar un equipo de acampada apropiado

Hacerse con un kit de acampada capaz de satisfacer las necesidades de todos no implica la inversión de grandes cantidades de dinero. Existen sacos de dormir, esterillas y tiendas amplias con porches con los que protegerse de las inclemencias meteorológicas a precios razonables al alcance de casi cualquier bolsillo. Para garantizar unas plácidas horas de sueño, es recomendable recurrir a colchones cómodos, especialmente los autohinchables, rápidos y fáciles de montar y adaptables a la anatomía de cada miembro de la familia.

Paralelamente, no deberíamos descuidar la ligereza de los artículos que portemos, sobre todo si desde el aparcamiento hasta el terreno sobre el que pernoctaremos hay una distancia considerable. Algunas organizaciones, para evitar trayectos agotadores, facilitan carritos a los asistentes para hacerlos menos desagradables.

Y es que no supone ningún secreto el hecho de que ir de festival con niños, al tiempo que divertido, llega a resultar cansado. Por eso mismo haríamos bien llevando elementos que nos permitan reposar y recuperar fuerzas en diferentes partes del recinto. Las sillas plegables pueden ser una opción, aunque nos ahorraremos algo de peso a cuestas si apostamos por otras como las mantas de picnic, las lonas o asientos hinchables los suficientemente resistentes a los pinchazos.

Kit de acampada al ir de festival con niños
Es aconsejable contar con un buen kit de acampada para ir de festival con niños | Fuente: Canva

7. No olvidar los artículos para la salud y la higiene

Si vais a ir de festival con niños, como cuando salís de excursión o de acampada, nunca está de más incluir un pequeño botiquín de primeros auxilios con productos como tiritas, agua oxigenada, yodo para las heridas, paracetamol y otros medicamentos útiles para calmar los achaques más recurrentes de todos los componentes de la familia. No obstante, si se producen sucesos de mayor gravedad, cualquier evento que cumpla con las exigencias legales dispondrá de un servicio de asistencia médica urgente.

Los artículos de aseo, particularmente cuando nuestro único alojamiento es una tienda de campaña, serán más útiles que nunca para mantener limpios a los menores y a nosotros mismos. En muchas celebraciones de este tipo se ponen a disposición de los usuarios duchas públicas. Sin embargo, necesitaremos toallas, jabón, champú, unas chanclas que eviten el contacto directo con el suelo, pasta de dientes y enjuague bucal. Adquirir estos elementos y otros parecidos a la llegada suele conllevar la pérdida de un buen puñado de euros.

Algunos festivales tienen cuartos de baño excelentes que hasta llegan a ser motivo de mención especial. Aunque, todo sea dicho, son muchos los que emplean las típicas cabinas de plástico que, por muchas acciones desinfectantes periódicas que se les aplique, terminan acumulando una suciedad excesiva. Para dificultar que microorganismos indeseados derriben nuestras defensas, no estaría de más usar antiséptico, toallitas y nuestro propio rollo de papel higiénico. Los más pequeños tendrán las cosas más fáciles si les aseguramos la disponibilidad de un orinal.

8. Proteger a los niños cuando el volumen es muy alto

Aunque los eventos dirigidos al público infantil suelen moderar el volumen de las actuaciones, puede que este u otros ruidos, como los de los fuegos artificiales, resulten molestos para parte de los asistentes. El sistema auditivo de los niños y las niñas es más delicado que el de los adultos, algo que podemos aliviar con unos protectores que se colocan del mismo modo que haríamos con unos auriculares.

9. Garantizar una alimentación saludable cada jornada

Si queréis evitar comprar comida en el mismo destino, algo comprensible por los elevados precios a los que acostumbran a venderla, podéis llevar una nevera portátil en la que conservar vuestros propios alimentos. Con un camping gas será suficiente para calentar una gran variedad de elaboraciones, si bien sería buena idea simplificar las cosas y basar una parte del menú en comestibles frescos que no requieran un complejo proceso de preparación. Los embutidos, las ensaladas, los encurtidos y otros elementos similares pueden ser una elección adecuada para tal fin.

10. Disfrutar de cada segundo durante la experiencia

Y, por supuesto, ir de festival con niños representa una experiencia ideal para que tanto ellos como los adultos disfruten al máximo cada instante. Al fin y al cabo se trata de que todos nos relajemos, desconectemos y nos divirtamos, una misión para la que podemos apoyarnos en diferentes iniciativas. Por ejemplo, disfrazándonos, pintando nuestros rostros, poniéndonos calcomanías o llevando varas difusoras de pompas de jabón.

Tampoco es mala idea meter en la maleta libros, láminas para colorear, folios, lápices y pinturas para que nuestros hijos e hijas se entretengan durante los ratos libres. Por último, no olvidéis coger esa cámara de fotos que tenéis por casa y que cada vez utilizáis menos. Sobre todo, para utilizarla en las instantáneas nocturnas, cuyo resultado no suele ser el deseado con la mayoría de smartphones.