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¿Qué piensan los niños de que sus padres espíen sus móviles?

El control que muchos padres ejercen sobre la actividad en internet de sus hijos es un asunto controvertido que nos deja muchas preguntas y pocas soluciones. ¿Es ético espiar el móvil de tu hijo? ¿Dónde está el límite moral? ¿Y el legal?

Un caso de riesgo real

«Una tarde de sábado, mi hija se quedó dormida con el móvil en la mano. Conseguí quitarle el teléfono y lo que vi me dio escalofríos». Así relataba su experiencia Lara Estep, madre y farmacéutica clínica, en Quora, una red social de preguntas y respuestas, que fue recogida después por el Huffington Post. Descubrió una cadena de mensajes de Facebook en la que el padre de un amigo del colegio escribió a su hija.

«En los mensajes, el padre le decía que su madre era demasiado estricta, que tenía que pasar la noche en su casa y que él mentiría por ella». Intentaba convencerla para que engañara a su madre y saliera de casa a hurtadillas para encontrarse con él. «¡Un hombre de cuarenta y pico años que yo no conocía le estaba enviando mensajes a mi hija!»

Este es solo uno de los múltiples casos en los que el control parental en redes sociales ha evitado males mayores. Un tema controvertido que nos lleva a preguntarnos si es ético espiar el móvil de tu hijo y lo que dice la ley sobre el particular.

El juez de menores Emilio Calatayud, en una entrevista en el diario El Mundo no exenta de polémica, aseguraba que era necesario «violar la intimidad de los hijos». Unas declaraciones que alimentaron el debate, abierto aún, entre los adultos. Pero los niños y adolescentes también tienen mucho que decir al respecto.

Uso del móvil entre los menores españoles

Antes de seguir avanzando en nuestro análisis, repasaremos lo que nos cuentan las últimas estadísticas. Brújula, una publicación del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad, dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, aporta datos reveladores en su informe de 2022 El uso de la tecnología por menores en España. El más llamativo es el que muestra que siete de cada diez menores tienen teléfono móvil y que su empleo es mayoritariamente femenino (72 % en niñas frente al 65 % en niños). Además, un 98 % de los que tienen edades comprendidas entre los 10 y los 15 años usa internet de forma habitual desde la pandemia.

Como es lógico, la utilización del móvil aumenta a medida que lo hace la edad: el 21,6 % de los niños y niñas de 10 años tienen un dispositivo de este tipo, cifra que sube hasta el 96,3 % entre los de 15 años. En las edades intermedias, los porcentajes quedan así: 44,7 % (11 años), 67,5 % (12 años), 85,7 (13 años) y 93,5 (14 años). El salto cuantitativo se produce a los 13, cuando casi nueve de cada diez menores disponen de un móvil.

En el citado informe de Brújula se señala además que “prácticamente podría decirse que el uso de internet entre los menores de entre 14 y 15 años es universal, con un 99 y 100 %, respectivamente. Entre los más pequeños este empleo es inferior, pero alcanza tasas muy altas: el 93 % de los que tienen 10 años usan internet”.

El 44,7 % de los niños españoles de 11 años ya dispone de un móvil, una proporción que crece hasta el 96,3 % entre los de 15 años

¿Qué opinan los niños y adolescentes?

Los niños menores de 12 años entrevistados por Sapos y Princesas ven natural compartir el acceso a redes sociales o aplicaciones de mensajería instantánea con sus padres. Para ellos es un signo de confianza y protección. Además, tenderían a comprender a sus padres en caso de que los vieran vigilando sus conversaciones o algún acto similar.

Sin embargo, los adolescentes lo ven como una invasión a su intimidad al tener más edad: «Creo que si hablamos de niños más pequeños puede ser necesario que se les supervise, pero no si tienes 16 o 17 años, ya que es algo personal». Hasta el punto de que, si se diera el caso, se plantearían utilizar otros dispositivos o programas de forma paralela a los que los padres no pudieran acceder.

También se molestarían si descubrieran a sus padres espiándolos: «Si es sin mi permiso, me molestaría bastante. Quiero decir, si tengo un problema, ellos saben que se lo contaría. Así que no pienso que sea necesario mantener vigiladas mis conversaciones o redes sociales».

¿’Amigos’ en las redes? 

A la hora de preguntarles si aceptarían a sus padres como ‘amigos’ en determinadas redes sociales, hemos obtenido respuestas más variadas entre los jóvenes de 14 y 17 años. Algunos lo consideraban inviable, otros no veían ningún problema y un tercer grupo los aceptaría mientras no se involucrasen demasiado en sus publicaciones u opinaran sobre ellas ‘metiéndose en su vida’. Sin embargo, los niños de 10 a 12 años estarían encantados de aceptarlos.

Si tengo un problema, ellos saben que se lo contaría. Así que no pienso que sea necesario mantener vigiladas mis conversaciones o redes sociales», dice un menor adolescente

Por tanto, cuando los adolescentes pasan a secundaria (alrededor de los 13 años) y comienzan a construir su personalidad, necesitan ‘su espacio’, y se muestran más reacios a incluir a sus padres entre sus amigos en redes sociales. Se trata de un medio en el que comparten secretos y confidencias con sus compañeros, conocidos y amigos; cosas que, en principio, no desearían que sus progenitores supieran.

Espiar el móvil de tu hijo: opinión de los adolescentes
Los adolescentes quieren que se respete su intimidad en su actividad en las redes | Fuente: Canva

¿Qué opinan los padres?

Son muchos los peligros a los que los niños y adolescentes se enfrentan a diario, también en internet y en las redes sociales. El sexting, el ciberbullying o el grooming, entre otros, son conceptos más que conocidos para nosotros, y su existencia genera, sin poder evitarlo, ansiedad y nerviosismo. ¿En qué tipo de circunstancias creen los padres que pueden o incluso deben espiar el móvil de sus hijos en estas nuevas formas de comunicación? Pues, como en cualquier aspecto de la vida, cuando detectan una amenaza o sienten que necesitan ayuda.

Además, los padres cuentan con un amplio abanico de posibilidades para controlar los móviles, las tablets y las cuentas en redes sociales: desde acceder sin más a sus perfiles si son públicos, hasta utilizar alguna de las múltiples aplicaciones y herramientas que existen en el mercado (la mayoría de ellas, gratuitas) para una exploración más exhaustiva.

Cuando saltan las alarmas y los padres sospechan que sus hijos pueden estar siendo acosados, extorsionados, chantajeados o intimidados, el derecho a la intimidad pasa a un segundo plano para anteponer la seguridad del menor.

¿Qué dice la Ley?

Hay una cuestión de base esencial: los límites legales existen, aunque su resolución depende de quién y cómo los interprete. El marco legal que protege los derechos del menor, entre ellos, el derecho a la intimidad, es amplio, comenzando por la Constitución, que en su Artículo 18 expone que «se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen».

También está regulado por el Artículo 4 de la Ley Orgánica 1/1996 de 15 de enero, en el que, en resumen, se dice que «el menor tiene derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen, y que los padres o tutores y los poderes públicos respetarán estos derechos y los protegerán frente a posibles ataques de terceros».  Aquí se incluyen los que los protegen de los propios padres, que podrían socavarlos cuando los sobreexponen públicamente en las redes en el fenómeno que se ha venido en llamar sharenting.

Además, España ha ratificado diferentes Tratados Internacionales para proteger los derechos de los niños respecto al honor, a la intimidad y a la propia imagen, entre otros muchos, la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por las Naciones Unidas en 20 de noviembre de 1989.

Por otra parte, el Tribunal Supremo legitima el acceso de los padres a las redes sociales de los menores cuando sospechen que este está siendo víctima de un delito.

Espiar el móvil de tu hijo: lo que dice la ley
La ley autoriza a los padres a inmiscuirse en caso de delito | Fuente: Canva

Que los niños tengan dispositivos cada vez más pronto conlleva una serie de riesgos, y nosotros, como padres, tenemos que supervisar; no controlar ni espiar, sino tutelar y educar», Carolina González, Policía Nacional

¿Qué opina la Policía?

La Policía Nacional también participa en este asunto y, como no podía ser de otra manera, a través de las redes sociales. Ya en mayo de 2015 publicaron en un tweet una propuesta, cuanto menos, curiosa: un contrato para que padres e hijos menores de 13 años formalicen una serie de normas y las pongan por escrito acerca del uso responsable de internet y los dispositivos electrónicos como smartphones tablets.

«Que los niños tengan dispositivos cada vez más pronto conlleva una serie de riesgos, y nosotros, como padres, tenemos que supervisar; no controlar ni espiar, sino tutelar y educar», explica Carolina González, responsable de Redes Sociales de la Policía Nacional. Y ese el objetivo que persigue este acuerdo: educar fundamentándonos en la confianza mutua, más que en las prohibiciones. «Hay aplicaciones que no pueden utilizarse antes de los 14 años —nos recuerda— y por ejemplo, WhatsApp tiene en sus reglas de uso que no puede ser utilizado por menores de 16 años».

Los delegados de participación ciudadana de la Policía Nacional son quienes más contacto tienen con padres, madres, profesores y alumnos, y los talleres y charlas sobre riesgos en internet en institutos y colegios son los más demandados. «Ellos han nacido con una tablet o un móvil en la mano, y nosotros tenemos que ponernos las pilas y enseñarles a usar las redes sociales como les enseñamos a poner la mesa o a saludar al vecino. Tenemos que decirles que no deben facilitar fotos ni información privada a través de la web y educarles, nunca prohibirles».

¿Qué piensan los expertos?

Además de los límites legales, deben tenerse en cuenta los éticos y morales. La postura de Javier González-Patiño, profesor de la Facultad de Educación de la UAM y fundador de Mediática, consultoría participativa de aprendizaje para la cultura digital, es firme ante la vigilancia de los menores en la red: “¿Qué pasaría si esos adolescentes a los que ahora espiamos crecen y espían a sus parejas? Naturalizamos actitudes que más tarde vamos a condenar”.

¿Qué pasaría si esos adolescentes a los que ahora espiamos crecen y espían a sus parejas? A partir de los 13 años las cuestiones de identidad son sagradas para ellos», González-Patiño, fundador de Mediática

La investigación realizada por Mediática arroja un dato que invita a la reflexión: adolescentes y adultos no le damos el mismo sentido a las redes sociales ni al uso de las nuevas tecnologías. «Los padres creemos que son exhibicionistas y no nos damos cuenta de que para ellos es tan natural como lo era para nosotros bajar a la calle a jugar».

Entonces, ¿cuál es la actitud que debemos tomar los adultos en estos ámbitos? ¿Hay pautas establecidas? Lamentamos comunicaros que no hay caminos marcados. «Como consejo, hay que centrarse, tender puentes de diálogo y no poner en riesgo la confianza que depositan en nosotros.»

¿Y en el ámbito de la psicología?

Para Silvia Álava, doctora en psicología clínica y de la salud y directora del área infantil del Centro de Psicología Álava Reyes, es importante prestar atención al empleo que los menores hacen de las nuevas tecnologías, lo que no significa invadir su privacidad.

Debemos acompañarlos para enseñarlos”, opina la psicóloga Silvia Álava

«En ocasiones caemos en la incongruencia de llevarles la mochila al colegio, andar pendientes de sus exámenes y sus trabajos, ayudarles a estudiar y con los deberes, cosas que están preparados para hacer ellos solos, y luego les dejamos que hablen con desconocidos en la red, les den sus datos, suban imágenes que no sabemos dónde pueden terminar. Se trata de acompañarlos para enseñarlos».

Para completar este análisis, os dejamos a continuación la entrevista a Emilio Calatayud publicada por el diario El Mundo en su edición digital el 22 de agosto de 2016.

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