Los tres abanicos caseros que te proponemos aquí, desde el más sencillo al más elaborado, son bastante fáciles de hacer. Y con ellos los niños comprobarán que algunos trabajos manuales no tienen una mera función decorativa, sino que son de gran utilidad. Se divertirán fabricándolos, se sentirán orgullosos del resultado y les encantará usarlos cuando el calor apriete. Y seguramente les gustarán también estas ideas para hacer manualidades con pinturas de colores.
1. Paipay sandía
Este es el más básico y resulta perfecto para los más pequeños. La forma se adapta de maravilla para que parezca una rodaja de sandía, pero los niños pueden dibujar cualquier otra cosa que quieran.
Materiales
- Platos de cartón
- Palos de helado grandes
- Pintura acrílica artesanal verde, rosa, blanca y negra
- Tijeras
- Cola blanca
Pasos
- Corta el plato en forma de V para que parezca una rodaja de sandía. Pinta el palito de manualidades, el borde del plato y la parte trasera de color verde.
- Espera a que la pintura se seque y pinta la parte central de rosa. Deja que se seque también y, con un pincel fino, dibuja una línea blanca entre la parte verde y la rosa.
- Por último, sumerge el extremo del mango de un pincel grueso en pintura negra y ve marcando puntitos, que harán de semillas.
- Cuando todo esté seco, usa cola blanca para unir el palito a la parte posterior del plato.
2. Abanico arcoíris
Estos abanicos caseros tienen la forma tradicional y son de elaboración muy sencilla. Hay que encontrar el punto adecuado de presión del clip que une los palos para que pueda abrirse sin tener que hacer mucha fuerza. O para que no queden demasiado holgados.