15 Juegos tradicionales para grupos pequeños: diversión al aire libre y en el interior

Los juegos tradicionales, al aire libre o en el interior, siguen siendo una fantástica opción para los ratos de ocio en la infancia y también en la edad adulta. Y no solo por la diversión que proporcionan, sino por los múltiples beneficios que suponen para el desarrollo de las capacidades físicas, motoras y emocionales de los niños. Contribuyen a desarrollar la imaginación, son una excelente herramienta para la socialización y una gran fuente de vivencias. Hemos preparado una selección de juegos para grupos pequeños con los que podréis amenizar vuestras reuniones y las de tus hijos e hijas y disfrutar de grandes momentos de risas.

Juegos de exterior

1. El escondite inglés

El clásico escondite inglés es una opción muy interesante para pasar un rato entretenido. Aunque también se puede hacer en interior, al aire libre resulta mucho más estimulante y en los parques o en el campo aprovechamos las grandes ventajas del contacto con la naturaleza.

Para jugar al escondite inglés, un niño tiene que contar con los ojos tapados y de espaldas al resto de los participantes. Los demás deben situarse varios metros por detrás e ir avanzando poco a poco. Mientras, el que liga tendrá que recitar la frase: “un, dos, tres, al escondite inglés, sin mover las manos ni los pies”. Cuando termine, se girará y los demás tendrán que quedarse parados y hacer la estatua. El que sea pillado en movimiento quedará eliminado.

2. Carreras

Las carreras siempre son una opción muy divertida que podremos practicar con grupos pequeños. Aquí daremos rienda suelta a nuestra imaginación para hacer que la actividad tenga algo especial. Correr a la pata coja, con los ojos cerrados, de espaldas, a gatas o de la manera que se nos ocurra. O incorporar algún elemento que le ponga emoción a la carrera. Por ejemplo, realizarla sosteniendo con la boca una cuchara con un huevo y tratar de llegar a la meta sin que se caiga.

Otra opción es decidirse por las carreras de relevos o de obstáculos, sin ponerle límites a la imaginación, porque les podemos añadir mímica, globos o pedir que vayan saltando como una rana, por ejemplo.

3. Al río

Al río es ideal para activar a los niños después de que hayan estado un rato sentados. Para jugar, dibujamos en el suelo una línea recta. Puede servir la línea de una cancha de tenis o de baloncesto. Si no es posible dibujarla, entonces coloca una cuerda o una manguera extendida.

Una vez marcada, disponemos a todos los participantes a un lado de la línea y les diremos que están parados en la orilla de un río. Cuando digamos “al río”, tendrán que saltar hacia el otro lado de la línea. Cuando digamos “a la orilla”, deberán saltar hacia atrás.

Aunque sea simple, es un entretenimiento muy divertido con el que podremos confundir a los niños tanto como queramos. Por ejemplo, si están en la orilla, decimos “a la orilla” y el que salte ¡queda descalificado! Pequeñas ‘trampitas’ que aumentarán las risas.

4. Veo veo

El tradicional Veo veo siempre es una opción para pasar un rato entretenido y a los más pequeños les encanta. Además, les ayuda a ser observadores y, también, a familiarizarse con el abecedario.

Aunque la mecánica es conocida, la explicaremos aquí. Una persona tiene que elegir un objeto y decir “veo veo”. Los demás responden “¿qué ves?”. A lo que el primero tendrá que contestar, “una cosita”. Los demás le preguntan “¿qué cosita es?”. Entonces hay que dar la pista de la letra por la que comienza el objeto que ha elegido: “empieza por la letrita…” La misión de los demás jugadores será observar muy bien su entorno para adivinar qué es lo que el que liga tiene en mente. El que lo adivine será el que elija el siguiente objeto.

Aunque también se puede realizar en interior, si lo practicamos en el exterior vamos a encontrar muchas más opciones de adivinanzas. Además, se beneficiarán de pasar un rato al aire libre.

5. Simón dice

Consiste en elegir a una persona para que sea Simón. Esta tendrá que dar instrucciones al grupo, comenzando por tareas simples. Por ejemplo, puede pedir que los demás se toquen la nariz, que se den la vuelta o que salten en el sitio. Cada petición debe ir precedida siempre por la frase “Simón dice”, de lo contrario no será válida y los demás no estarán obligados a seguirla.

En el caso de que Simón de una instrucción inválida y los demás le siguen, quedarán eliminados. Así se sigue hasta que solo quede uno, que será el ganador y el próximo Simón.

Simón puede usar diversas tácticas para tratar de pillar a los jugadores. Por ejemplo, dar varias instrucciones válidas y, de vez en cuando, meter alguna que no lo sea para que queden eliminados. También, ir aumentando la dificultad de las pruebas que vaya pidiendo. No hay límites, emplea toda tu imaginación para pedir las cosas más extravagantes que se te ocurran.

6. Carrera de verdad o mentira

Un pasatiempo similar al conocido juego del pañuelo que les va a permitir pasar un buen rato, mantenerse activos y, además, poner a prueba sus conocimientos.

Se puede hacer en una pista deportiva o en cualquier espacio abierto que podamos delimitar a ambos lados. Uno de los extremos del campo será el de la verdad y el otro el de la mentira. Nos situamos todos en el centro y el que liga debe decir alguna afirmación, que los demás tendrán que adivinar si es cierta o no. Por ejemplo, que todos los perros son de color verde. Entonces, los demás participantes correrán hacia el lado que consideren correcto, hacia la verdad o hacia la mentira. ¡Quedarse en el centro no es una opción!

El primero que llegue al extremo correcto del campo será el ganador. Los rezagados o los que se equivoquen de campo serán eliminados y solo pasarán a la siguiente ronda los que hayan acertado si era verdad o mentira.

7. La foto

Se trataría de una versión estática del escondite inglés, pero con la particularidad de que el que liga tiene que hacer uso de toda su capacidad de observación y retentiva.

Para jugar, nos colocamos en fila y adoptamos una postura fija, como si estuviésemos posando para hacernos una foto. La persona que liga tendrá que observar muy bien las posturas, pues de ello dependerá su éxito en el juego. Una vez que las haya visto bien, tendrá que girarse o taparse los ojos. Mientras, el resto de los participantes cambiará (o no) las posturas. El que liga volverá a tener que observar muy bien para decir si ha habido algún cambio y cuáles han sido.

Si su respuesta es correcta, elegirá a otra persona para que ocupe su lugar. Si no, continuará ligándola hasta que lo consiga.

Juegos de interior

8. Gestos

El famoso juego de mímica siempre es una opción excelente para animar las reuniones de amigos dentro de casa.

Para empezar, haremos dos equipos. Una de las personas tendrá que pensar en una palabra y tratar de que el resto del equipo la adivine mediante gestos. Haciendo uso de vuestra imaginación, podéis hacerlo lo complicado que queráis. Por ejemplo, interpretar títulos de películas o, incluso, refranes o cualquier cosa que se os ocurra. Cada vez que un equipo acierte, consigue un punto. Ganará el equipo que más puntos obtenga.

9. ¿Qué tengo en la cabeza?

Similar al anterior, pero esta vez va a ser el que la liga el que tendrá que mostrar sus dotes adivinatorias y se utilizan pistas en lugar de gestos.

Consiste en escribir en papeles adhesivos, de tipo post-it, el nombre de un animal o un objeto. Uno de los participantes tiene que pegarse en la frente, sin mirar lo que pone, uno de los papeles. Y luego, adivinar de qué se trata mediante preguntas que irá haciendo a los demás. Las preguntas tendrán que ser sencillas, de manera que puedan responderse solo usando ‘sí’ o ‘no’.

10. Pumba

Un sencillo entretenimiento, pero que puede llegar a ser tan complicado como queramos y que nos va a garantizar unas risas con los amigos.

Nos colocamos en círculo, manteniendo la distancia entre nosotros. Cada persona tiene que decir un número que sea consecutivo al de la persona que está situada a su derecha. El límite lo fijamos donde queramos. Sin embargo, existe una dificultad. Vamos a elegir un número que, cuando aparezca en la serie, hay que sustituirlo por la palabra “Pumba”. Por, ejemplo, si hemos escogido el 6: uno, dos, tres, cuatro, cinco, pumba…; trece, catorce, quince, pumba y los que sigan.

Si queremos hacerlo aún más divertido y aumentar la dificultad, elegimos otro sonido diferente y le asignamos otro número. Así podemos complicarlo todo lo que nuestra imaginación nos permita.

11. Juegos de rol

Los juegos de rol se basan en la sencilla idea de contar historias. Solo necesitarás unos dados y, como mucho, una libreta para anotar. Además, participaréis en una apasionante experiencia.

Eso sí, cuentan con unas reglas que servirán para decidir qué sucede en determinadas situaciones emocionantes de la historia. Solamente hay que lanzar los dados de acuerdo con las reglas cada vez que uno de los personajes quiera hacer algo arriesgado. Según su resultado, la acción será exitosa o no. De esta manera, el rol te ofrece la posibilidad de que el argumento evolucione de acuerdo con tus decisiones, además de depender del azar de las tiradas.

Puedes encontrar historias completas ambientadas en mundos de fantasía, pero, básicamente, los juegos de rol salen de vuestra imaginación. Vosotros seréis los que la creéis y, también, los que la disfrutaréis.

12. Stop

Los participantes tendrán que dibujar en el papel una plantilla con casillas. En la parte superior colocaremos las categorías que se hayan decidido entre todos. Pueden ser animales, colores, nombres propios, países, marcas o cualquier otra que nos dicte la imaginación. Una vez fijadas las categorías, en cada ronda se jugará con una letra del abecedario. Cada uno tendrá que escribir una palabra que comience con esa letra para cada categoría fijada. La ronda finaliza cuando alguno haya completado todas las categorías y diga “¡stop!”.

Para calcular las puntuaciones, cada casilla que no se haya completado no sumará puntos. Las palabras que hayan sido repetidas por más de un jugador valen 5 puntos. Las que no se repitan, 10 puntos.

Por supuesto, podemos fijar el criterio de puntuación que queramos, determinar un tiempo para cada ronda o poner las normas que se nos ocurran. La imaginación es libre. Pero lo que sí es seguro es que el buen rato lo tendremos garantizado.

13. El espejo

Para esta propuesta hay que dividirse en parejas. Nos colocamos uno frente a otro; una de las personas hará determinados movimientos y la que está enfrente los imitará como si se tratase de un espejo.

Se puede hacer todo lo divertido y complicado que queramos. Imitar, por ejemplo, a algún personaje, añadirle sonidos y poner caras graciosas que el compañero tendrá que repetir. Quien haga reír a la persona que tiene enfrente ganará el juego.

Una opción más es hacer rondas eliminatorias entre las parejas del grupo, y deberán ir enfrentándose unos a otros hasta que solo quede un ganador.

14. Las canciones

Otro de los juegos para grupos pequeños de nuestra lista es esta ocurrente distracción en la que demostraremos a los demás nuestras dotes musicales. Habrá que cantar y eso siempre nos va a garantizar unas buenas risas, porque, además, está permitido hacerlo todo lo mal que quieras para amenizar la reunión.

Una persona del grupo va a elegir una palabra. Los demás dispondrán de un tiempo determinado para escribir títulos de canciones que contengan esa palabra. A continuación, irán cantándolas uno por uno. El que repita una canción pierde.

Está también la posibilidad de hacer una variación que consiste en que uno comienza a cantar una canción y los demás deberán continuarla. Ganará quien sea capaz de seguir cantándola durante más tiempo.

15. Piedra, papel o tijera

Todos hemos jugado alguna vez a piedra, papel o tijera. Es sencillo, divertido y tiene algo que nos incita a continuar jugando sin parar. Tal vez sea la competitividad por ganar en algo tan elemental.

Vamos a formar una pareja dentro de nuestro grupo, que hará una única ronda de piedra, papel o tijera. Cada miembro de la pareja sacará con su mano el signo que piense va a resultar ganador. Recordad que el papel gana a la piedra, la piedra gana a las tijeras y las tijeras ganan al papel.

El ganador de esta partida buscará otro oponente. Los que pierdan quedarán eliminados y tendrán que ocuparse de animar a los que continúan. Así sucesivamente hasta que solo quede un ganador.

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