¿Sabías que el juego es uno de los derechos del niño? Así es, en La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) se recoge este derecho de manera clara y rotunda. Dicha reunión supone un tratado internacional que reúne los derechos de la infancia y es el primer instrumento jurídicamente vinculante que reconoce a los niños y niñas como agentes sociales y como titulares activos de sus propios derechos.
Características del juego
La palabra ‘juego’ tiene muchas acepciones y es una palabra cuyo núcleo esencial escapa a toda definición. Pero ello no nos impide que podamos delimitar algunas de sus cualidades más relevantes.
- Se hace por placer y tiene finalidad en sí mismo. Su principal objetivo es pasarlo bien y disfrutar, ya que a priori sirve para divertirse, aunque además tenga otra serie de funciones añadidas.
- El juego es algo abierto y espontáneo que facilita la expresión del sentimiento y de la afectividad. Se orienta hacia lo casual, al azar, a lo inesperado. Podría decirse que posee un carácter casi mágico.
- Da lugar a un aprendizaje. Desde los primeros años, el juego es una fuente de adquisición de conocimientos que, potencialmente, se mantiene a lo largo de la vida. Este se produce de forma paralela al desarrollo cognitivo, motriz y en la vertiente social, ya que conlleva la adquisición de habilidades comunicativas y de crecimiento personal.
- Requiere actividad. En todos los juegos hay que hacer algo y, casi siempre, requieren un material social con el que interactuar, como por ejemplo, las reglas o un material físico como pueden ser los puzzles.
El juego es un factor básico en el desarrollo de los niños
Cabe destacar que el juego no es un rasgo predominante de la infancia, sino un factor básico en su desarrollo que engloba aspectos cognitivos, afectivos y relacionales. Por ello, resulta esencial estimular al niño mediante una afición sana y saludable que, a la vez, le divierta y le procure ratos agradables, como es el caso de los puzzles.
