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Enseña a tus hijos a jugar al ajedrez de manera divertida y eficaz

ChessKid
Sapos y Princesas
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Fecha de actualización: 18.01.23

Aprender a jugar al ajedrez conlleva numerosas bondades que se reflejan en diferentes ámbitos de nuestra existencia. Sus beneficios son especialmente notorios durante la infancia, etapa en la que influyen en múltiples contextos cotidianos. Por eso mismo, lo ideal es iniciar a nuestros hijos en su conocimiento lo antes posible. La clave reside en hacerlo de una forma divertida, que les anime a seguir practicando e incrementando su nivel mientras disfrutan al máximo del proceso.

La versión moderna, un juego de mesa considerado oficialmente como deporte

Según la hipótesis más extendida, la modalidad actual procede del chaturanga hindú y su posterior variante persa, llamada shatranj, que fue propagándose al cabo de los siglos por otros territorios y evolucionando hasta multitud de versiones. La moderna, eso sí, resulta más dinámica gracias un último cambio significativo y mucho más reciente, que acortó notablemente el tiempo de las partidas dotando de mayor movimiento a piezas como los peones, los alfiles y la reina.

En el juego contemporáneo, el tablero se divide en 64 casillas y cada participante dispone de ocho peones, dos alfiles, dos caballos, dos torres, una reina y un rey. Esta última figura ha de ser defendida a toda costa, pues la partida termina con la captura del monarca del contrincante. Con el fin de evitarlo, el resto de efectivos deberán salvaguardarlo a toda costa, interponiéndose ante las fuerzas rivales y atacándolas cuando corresponda.

Jugar al ajedrez no solo implica conocer las reglas de una iniciativa lúdica con la que divertirse. Además de eso, conlleva exponerse a situaciones que requieren de una intensa actividad mental. No en vano, está considerado como un deporte por el Comité Olímpico Internacional y dispone de las correspondientes federaciones nacionales que, a su vez, son reguladas a nivel internacional por la FIDE.

Cómo beneficia a los niños la práctica del ajedrez

Aprender a practicarlo durante la infancia sienta las bases de una existencia estructurada, enriquecedora y exitosa. Y es que los efectos positivos que conlleva sumergirse en sus reglas y posibles estrategias generan un impacto inmediato en diversos ámbitos de la vida de los niños. Entre los beneficios de jugar al ajedrez, destacan los siguientes:

1. Mejora su memoria y su capacidad crítica

Interiorizar aperturas, posiciones defensivas, posibilidades tácticas y patrones básicos de jaque mate son pasos básicos para mejorar las habilidades de un jugador. Lo más importante es que todos implican recurrir a habilidades como la memoria visual, la atención o el razonamiento espacial, así como a evaluar alternativas y a emplear la lógica en la toma de decisiones. Un entrenamiento que puede marcar las diferencias en terrenos como el lectivo.

2. Ayuda a resolver de problemas y a planificar con antelación

El impacto en la evolución académica también viene motivado por la mejora en la resolución de problemas y en la capacidad de planificación. A lo largo de las partidas, se han de analizar diferentes escenarios antes diseñar un plan de actuación, una tarea extrapolable a diversas situaciones cotidianas.

3. Incentiva la creatividad

Los procesos cerebrales implicados en cada enfrentamiento incluyen la puesta en práctica de estrategias creativas capaces de sorprender a los oponentes. Surge, por tanto, una inmejorable ocasión para dejar a un lado posturas tímidas o retraídas y dar rienda suelta a las ideas más revolucionarias.

4. Fortalece su compromiso y su concentración

Por otro lado, jugar al ajedrez habitualmente refuerza la implicación y la concentración de los niños cuando llevan a cabo sus tareas escolares y domésticas. El reconocimiento de patrones y la búsqueda de las mejores combinaciones de movimientos les permiten entrenar con frecuencia tales aspectos.

5. Enseña a actuar bajo presión

Para pensar con claridad resulta esencial hacer uso de una actitud sosegada que evite las distracciones. Cuando un menor se acostumbra a lidiar con desafíos de este tipo, evoluciona en su capacidad para actuar bajo presión, que es extremadamente útil en innumerables contextos del día a día.

6. Fomenta el espíritu competitivo y la deportividad

Empezar a enfrentarse contra otros rivales de edades similares desde pequeños también despertará un espíritu competitivo en tus hijos. En paralelo, interiorizarán conductas positivas tanto en la victoria como en la derrota, lo cual les ayudará a saber encajar los triunfos y fracasos que les irá deparando la vida.

Jugar al ajedrez
Jugar al ajedrez fomenta la competitividad y favorece las conductas deportivas | Fuente: Canva

7. Impulsa la independencia y la responsabilidad

Otro de los beneficios del ajedrez reside en la responsabilidad que conllevan las decisiones que habrán de tomar durante las partidas. Estas deben adoptarse bajo el criterio individual del jugador y contribuyen a protagonizar comportamientos similares en otros terrenos.

8. Incrementa la confianza y la autoestima

Ser conscientes de su propia evolución, tanto en el juego como en el resto de contextos, refuerza la confianza en uno mismo y aumenta la autoestima. Dos cualidades que empujan a un individuo a continuar afrontando su proceso de aprendizaje por muchos obstáculos que encuentre en el camino.

9. Desarrolla las habilidades sociales

Los millones de aficionados que practican esta extendida propuesta lúdica propician múltiples puntos de encuentro mediante los que entrar en contacto con otras realidades. Algo ideal para compartir experiencias con otras personas y desarrollar la socialización desde etapas tempranas.

10. Resta tiempo a la exposición a pantallas

Por si lo comentado anteriormente fuera poco, se trata de una ocupación quita tiempo al entretenimiento pasivo basado en las pantallas, que llevado a cabo en exceso puede resultar muy perjudicial para los menores. En lugar de ello, estos se mantienen activos e inmersos en una iniciativa constructiva con la que ponen a prueba sus habilidades.

Consejos para enseñar a jugar al ajedrez a tus hijos

Aunque pueda parecerte un reto complejo, enseñar a jugar al ajedrez a tus hijos es mucho más sencillo de lo que piensas. Tan solo es necesario seguir una serie de pautas que favorezcan la evolución de los niños y mantengan despiertas sus ganas de retomar el proceso regularmente. Así pues, cuando decidas ponerte en marcha es conveniente que tengas en cuenta las siguientes recomendaciones:

1. Sé positivo

El objetivo no es que aprendan en un tiempo récord e inmediatamente después comiencen a ganar partidas. Lo normal, por el contrario, es que cometan errores y extraigan lecciones positivas de los mismos. Pase lo que pase, deben evolucionar dentro de un clima positivo y dar todo de sí mismos independientemente de los resultados.

2. Muestra una actitud paciente

Y es que cada sujeto sigue su propio ritmo a la hora de interiorizar nuevos conceptos. Por muy lenta que sea la evolución de un menor, no ejerzas un presión excesiva y sé paciente. Seguro que en el momento menos pensado sus avances acaban haciéndose evidentes.

3. Emplea técnicas divertidas

Otro aspecto que maximiza la calidad de la enseñanza es recurrir a métodos amenos y divertidos. Bajo esa atmósfera, el progreso se acelerará sin que los propios aprendices se den casi ni cuenta, pues se sentirán inmersos en un juego que les estimula y les satisface.

4. Enseña de manera estructurada

Aunque parezca una evidencia, resulta estrictamente necesario empezar por el principio. Es decir, no podemos pretender afrontar retos excesivamente complicados sin dominar otros más sencillos. Por eso es crucial estructurar las lecciones, una labor mucho más sencilla si os apoyáis en metodologías ya existentes como la que os recomendaremos más adelante.

5. Explica los conceptos progresivamente

De la misma manera, no se obtendrán los resultados esperados si sobrecargas a tus hijos con demasiados conocimientos. Es preferible progresar lento pero firme, dando el siguiente paso cuando los anteriores hayan quedado totalmente claros.

6. Hazlo con regularidad

También es primordial ser constantes y reservar un tiempo para jugar al ajedrez con regularidad. Las obligaciones del día a día no os lo pondrán fácil, pero seguro que encontráis un rato cada jornada para repasar los temas previas y afrontar otros nuevos.

7. Anima a tus hijos a abordar lecturas relacionadas

Si consigues que los niños investiguen por su cuenta y recurran a lecturas relacionadas, se estrecharán sus vínculos con este fascinante juego. Se adentrarán en un ciclo fructífero en el que sus ganas por seguir incrementando sus habilidades no pararán de crecer.

8. Apóyate en herramientas tecnológicas eficaces

Además, hoy en día existen algunos recursos que convierten el aprendizaje en una experiencia aún más divertida y estimulante. En el siguiente apartado os contaremos más acerca de la mejor alternativa que existe a este respecto, con la que convertiréis las lecciones en divertidas experiencias lúdicas.

9. Conecta lo aprendido con otros objetivos educativos

Para aprender a jugar al ajedrez es indispensable recurrir a disciplinas como las matemáticas y la lengua, así como a materias de carácter social y emocional. Por eso es sencillo relacionar este proceso con otros ámbitos formativos y dotar así a todos ellos de una mayor eficacia.

Jugar al ajedrez
Si consigues involucrar a los amigos de tus hijos, su interés por el ajedrez no dejará de crecer | Fuente: Canva

10. Anima a sus amigos a jugar al ajedrez

Embarcarse en cualquier iniciativa junto a otros proporciona un estímulo extra a los menores. Así pues, si logras implicar a varios amigos en el desafío, estarás multiplicando las probabilidades de que acaben sintiendo verdadera pasión por seguir practicando.

ChessKid, la herramienta definitiva para optimizar el aprendizaje

Tal y como anticipábamos previamente, hay disponibles diferentes plataformas con las que aumentar los conocimientos sobre este fascinante juego de forma amena y eficaz. Entre las mismas y teniendo en cuenta todas las posibilidades que ofrece, existe una que destaca sobre las demás. Os hablamos de ChessKid, una web que no solo contiene detalladas lecciones, sino que también incorpora divertidos elementos como vídeos animados, juegos de rompecabezas o bots adaptados a todos los niveles.

Por otro lado, proporciona una herramienta ideal a través de la que tus hijos podrán revisar sus partidas anteriores. Se trata del Tablero de análisis, una oportunidad inmejorable para identificar los errores cometidos en el pasado. Con ellos bien presentes, resulta más sencillo localizar los movimientos equivocados para poder rectificarlos en los sucesivos duelos.

Además de su incuestionable valor formativo, ChessKid constituye un punto de encuentro para niños de toda procedencia y tradición cultural. Medirse a jugadores de distintas partes del mundo e intercambiar con ellos conocimientos y experiencias otorga al proceso de aprendizaje una dimensión cualitativa aún mayor. Si todavía no has descubierto todos los recursos que ofrece esta web, te animamos a visitarla y a iniciar a los niños en el apasionante y beneficioso desafío del ajedrez.

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