Ocio en casa
Experimentos caseros

Aprende a medir la calidad del aire en tu casa o en el cole con este experimento

calidad del aire y contaminación: experimento
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 16.09.23

El aire que respiramos es mucho más que una mezcla invisible de gases. Es el combustible esencial que nuestro cuerpo necesita para funcionar. A medida que respiramos, nuestros pulmones extraen oxígeno del aire y lo envían a través de nuestra sangre para alimentar cada célula y tejido en nuestro cuerpo. Un proceso en el que la calidad del aire es fundamental. 

En este experimento casero te proponemos que estudies diferentes zonas en las que desarrollas tu actividad normal para conocer cuál es la que tiene el más limpio y, en el extremo contrario, cuál es la más contaminada. Se trata de un ejercicio de observación que puedes llevar a cabo en diferentes puntos del área en la que vives o, si tienes la posibilidad, en ubicaciones alejadas entre sí. También te servirá para concienciar a los niños y niñas sobre la importancia de cuidar el planeta entre todos. 

Materiales

  • Vaselina
  • Lana o cordel
  • Rotulador permanente negro
  • 1 brik de leche
  • Perforadora
  • Tijeras
  • Lupa
  • Papel
  • Lápiz y regla

Pasos

  1. Guarda un cartón de leche y lávalo bien. Deja hasta que el interior esté seco.
  2. Con la ayuda de las tijeras, corta el brik siguiendo los laterales. Luego, corta cada lado en tres piezas cuadradas; tienes que conseguir un total de doce cuadrados.
  3. Usa la perforadora y haz un agujero en una esquina de cada pieza de cartón.
  4. Corta la lana o el cordel, pásalo por el agujero de cada uno de los cuadrados y haz una lazada para que puedas colgarlo.
  5. Haz grupos de tres muestras y elige para cada una de ellas una ubicación. Aquí te proponemos que dejes una de ellas en tu casa, la segunda en tu escuela, la tercera en casa de los abuelos y la última, si tienes posibilidad, en la residencia familiar en el pueblo.
  6. Dibuja con el rotulador permanente un cuadrado en el interior de cada pieza de cartón y añade en la parte inferior la ubicación donde la vas a poner.
  7. Extiende en el interior de la figura que has dibujado una fina capa de vaselina.
  8. Coloca los tres cuadrados que componen cada grupo en la ubicación elegida. Puedes poner una en un árbol, la segunda en una ventana o balcón y la tercera en la parte posterior del edificio.
  9. Antes de dejar las muestras, es importante que te asegures de que, en los cinco días posteriores, no está prevista lluvia, porque el experimento se arruinaría en caso de mojarse.
  10. Pasados de cinco a siete días, llega el momento de recogerlos.
  11. Después de haber esperado, es hora de recopilar los datos de los cuadrados.
  12. Llévalos a casa y dibuja sobre un folio una tabla de seis filas y cinco columnas. En la primera columna coloca las ubicaciones y numera cada uno de los tres cuadrados que has dejado. Añade un total y una casilla para el promedio.
  13. Empieza la inspección de las piezas. Usa la lupa para contar en cada una de ellas las partículas o motas que hay recogidas.
  14. Escribe el número en la casilla correspondiente. Cuando tengas los resultados de los tres cuadrados de la primera ubicación, súmalo (para el total) y divide entre tres (para conseguir el promedio).
  15. Cuando tengas todos los datos es el momento de analizarlos. El promedio te dirá qué zona en la que has hecho el estudio está más contaminada.

Explicación

Medimos la calidad del aire, principalmente en las ciudades, por la cantidad de concentración de contaminantes. Algunas de esas partículas que flotan a nuestro alrededor y que respiramos son sólidas y pueden verse a simple vista o con ayuda de una lupa de aumento.

En este experimento se trata de recoger esas partículas que quedan adheridas a la vaselina para poder hacer un conteo que nos indique qué zona de las estudiadas es la que tiene más contaminación y, por tanto, más riesgo para nuestra salud. También puedes probar a repetirlo en diferentes estaciones del año para ver la variación que se produce en cada una de ellas y cómo las condiciones atmosféricas influyen en la calidad del aire.

Los principales factores que repercuten en la contaminación en las ciudades son el tráfico, las calefacciones de gasóleo, gas natural, carbón o biomasa y las fábricas e instalaciones industriales. Por eso, se están creando normativas que regulan la entrada de los vehículos más contaminantes y promueven la compra de eléctricos que producen 0 emisiones. También se ayuda a las viviendas y comunidades de vecinos para que tengan sistemas de calefacción más eficientes y energéticamente sostenibles.

En muchos puntos de las grandes ciudades también hay instalados medidores de la calidad del aire. Son unas estaciones en las que, además de las partículas en suspensión, también se miden otros indicadores como el dióxido de nitrógeno, el ozono o el dióxido de azufre.

Es posible que te sorprenda saber que solo 1 de cada 10 personas respiran aire limpio. Porque, aunque estés alejado de la ciudad y del tráfico, hay otros factores como la temperatura, los vientos, las precipitaciones, la radiación solar y la presión atmosférica que también influyen en su calidad.