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Experimentos caseros

Utiliza la ciencia para hacer un huevo cuadrado

experimentos con huevos
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 27.04.20

A los niños les encanta la magia, pero ¿por qué no combinarla con la ciencia? Los trucos científicos no solo son divertidos, además aprenden con ellos, ya que se basan en la metodología STEAM que potencia la mente creativa y el conocimiento. Con estos experimentos con huevos conseguirás crear uno cuadrado o darle otra forma distinta a la habitual. La combinación perfecta para tener una clase de química fácil y parte de la cena al mismo tiempo.

El objetivo de esta propuesta es aprender más sobre la flexibilidad de los huevos. Un alimento que en crudo es líquido, pero que a medida que se calienta se transforma en una sustancia gelatinosa hasta convertirse en sólido. Además de ver el cambio, podrás descubrir cómo funciona el proceso y contestar a algunas preguntas. ¿Sufrirán alteraciones del mismo tipo la clara y la yema? ¿Tendrás el mismo resultado con un huevo caliente y otro que se haya enfriado? Las respuestas las conseguirás haciendo estos experimentos con comida, concretamente con huevos.

Materiales 

  • 1 molde de cocina para emplatar cuadrado. Si no tienes, busca una caja de cereales, cinta adhesiva, lápiz, goma elástica y tijeras.
  • 1 cacerola
  • 1 cuchara o cazo escurridor
  • 1 plato
  • 1 cuchillo
  • Papel de cocina
  • Guantes de cocina
  • Huevos extragrandes
  • Aceite para cocinar
  • Agua

Pasos

  1. Si no tienes un molde cuadrado para emplatar, empieza por hacer uno casero. Dibuja las partes de un cubo en la caja de cereales. Corta los laterales sin separar las uniones. Pega las partes con cinta aislante a excepción de la tapa superior que es por donde meterás el huevo.
  2. Pon los huevos a cocer. Echa agua para que queden sumergidos por completo y, al menos,  haya un par de dedos más por encima. Calienta a fuego fuerte y, una vez que hierva, deja cociendo diez minutos más.
  3. Saca el huevo del agua caliente con una cuchara. Es importante que no tires el líquido porque mantendrá el huevo a la temperatura adecuada.
  4. Ponte unos guantes de cocina y enrolla cada uno de los huevos en un trozo de papel absorbente.
  5. Golpea un poco el huevo y retira el papel junto con los pedazos de cáscara.
  6. Vuelve a meter el huevo en el agua. De este modo, se quitarán los pequeños restos que puedan quedar y se mantendrá caliente.
  7. Mete el huevo pelado en el molde cuadrado previamente engrasado con un poco de aceite. Si no llena todo el molde, rellena con papel de cocina.
  8. Puedes dejar que se enfríe en la nevera.
  9. Cuando saques el huevo del molde verás como se ha convertido en cuadrado.

También puedes hacerlo con un molde de galletas grande con forma de corazón. En este caso necesitarás dos huevos que formen cada una de las aurículas y ventrículos. Pon uno en el lado derecho del molde y otro en el izquierdo. Haz que se unan por la parte más picuda, que tiene que mirar hacia abajo.

Explicación

Mientras el huevo se mantiene caliente se convierte en un sólido flexible, como si estuviera hecho de gelatina. Es el resultado de que aún se están formando enlaces entre las proteínas. Por eso, mientras se mantiene caliente, puede adoptar otras formas sin llegar a romperse.

A medida que pierde temperatura los enlaces de proteínas se establecen y quedan sólidos por lo que el huevo mantiene la forma del molde en el que lo hemos metido. Si pruebas a cortar el huevo al que has dado forma verás que no solo ha cambiado en su apariencia externa, sino que la yema también se ha vuelto cuadrada.

Con estos experimentos con huevos además harás que los niños vean qué divertida puede ser la cocina y aprendan a comer de forma equilibrada.