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Experimentos caseros

Cómo hacer un sismógrafo casero para medir temblores de tierra

sismógrafo casero
Este sismógrafo casero puede medir los movimientos que afecten a la caja
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 16.05.23

Los terremotos son fuertes movimientos de la Tierra que los científicos estudian para prevenirlos y salvar vidas. Y lo hacen a través de la sismología, la rama de la geofísica que estudia la propagación de las ondas elásticas que se generan el interior y la superficie de nuestro planeta. En el experimento que os proponemos, vamos a construir un sismógrafo casero, cuyo funcionamiento se inspira en la mecánica de los primeros que se crearon.

Esos temblores que podemos sentir bajo nuestros pies, como si se moviera el suelo, suceden cuando las placas tectónicas de la capa externa de la Tierra chocan entre sí o se deslizan. Esto hace que las ondas sísmicas viajen a través del suelo y que la superficie se mueva.

Como sabemos, pueden causar, dependiendo de su intensidad, grandísimos daños al hacer caer edificios y grandes estructuras, y provocar numerosas pérdidas humanas. Por eso es importante saber qué hacer en caso de que se produzca un terremoto y estar preparados para cualquier emergencia. Y por eso mismo también hay que medir la intensidad de los temblores y tener un registro de ellos. Para eso se utiliza el sismógrafo. En la fabricación de este que vamos a hacer a continuación utilizaremos materiales que, seguro, tienes en tu caja de manualidades.

Materiales

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Materiales para construir un sismógrafo casero | Fuente: sciencebuddies
  • Caja de cartón mediana
  • Vaso de papel o plástico
  • Hilo de pescador o cordel fino
  • Rotulador
  • Tijeras
  • Punzón
  • Papel o un recibo impreso muy largo de una tienda
  • Cinta adhesiva
  • Monedas, canicas o piedras pequeñas
  • Folio

Pasos

  1. Quita la tapa de la caja, si la tiene, y corta las solapas laterales. Tiene que quedar como si fuera un cajón.
  2. Coloca la caja en vertical sobre uno de los lados más pequeños.
  3. Pon sobre la tapa superior el vaso boca abajo. Señala dos puntos en el cartón a ambos lados del vaso.
  4. Haz dos agujeros con el punzón en las marcas de la caja.
  5. Pasa por cada uno de los agujeros un trozo de cuerda (los dos tienen que ser del mismo tamaño).
  6. Usa de nuevo el punzón para hacer dos agujeros a ambos lados de la boca del vaso. Enhebra el hilo por cada uno de los agujeros y haz un nudo en el extremo.
  7. Deja colgando el vaso a una distancia de 2,5 o 3 centímetros sobre el fondo.
  8. Una vez que lo tengas a la altura indicada, haz dos nudos en el hilo, en la parte superior de la caja, y asegura con un poco de cinta adhesiva.
  9. Haz un hueco más grande en el centro del vaso. Tiene que ser lo suficientemente grande como para que pase el rotulador por él, de modo que la punta roce el fondo de la caja; es importante que el rotulador quede en posición vertical. 
  10. Coloca monedas o pequeñas piedras en el vaso. 
  11. Dobla el folio por la mitad a lo largo y córtalo por el doblez.
  12. Repite el mismo paso con cada una de las mitades.
  13. Pega con cinta adhesiva las tiras de papel, una tras otra, para hacer una tira larga.
  14. Haz unas hendiduras en los pliegues inferiores de la caja para poder pasar el papel por ellas.
  15. Comprueba que el folio está bien colocado y el rotulador roza el papel con la punta.
  16. Sacude la caja mientras un ayudante va tirando del papel.
  17. Para de mover la caja, sin dejar de pasar el papel, y agita con más o menos fuerza que la primera vez, para ver cómo cambia el movimiento del sismógrafo. Podrás comprobar cómo la gráfica registra los movimientos según su intensidad.

Explicación

Si la caja está estable y pasas el papel, el rotulador marcará una línea recta, pero si mueves la caja, y con ella el papel, el rotulador marcará una línea que dibujará picos. Esto sucede porque el vaso suspendido por las cuerdas que lleva el peso en su interior no se mueve tanto como la caja y el papel.

El sismógrafo, inventado en 1842 por el físico escocés James David Forbes, es un instrumento utilizado para medir el movimiento del suelo durante un terremoto. Los sismógrafos son muy sensibles y pueden detectar terremotos que ocurren en zonas lejanas y que las personas no podemos detectar.

Como en el caso de tu experimento, el sismógrafo está formado por un péndulo que se mantiene inmóvil mientras la Tierra se mueve. El peso, al no estar conectado directamente al suelo, sino a un marco, se mantiene quieto, lo que permite que se registre cómo la superficie se mueve. Los más antiguos son los más parecidos al que hemos hecho en esta actividad, pero el proceso se ha modernizado consiguiendo que la masa fija se mantenga estable de forma electrónica.

La fuerza de los terremotos se mide en la escala de Richter, que va del 1, para los temblores de menos intensidad, al 10, para un terremoto devastador. Cada incremento de una unidad en la escala de Richter significa que el terremoto es 10 veces más fuerte.

El terremoto más grave registrado fue el sucedido el 22 de mayo de 1960 en la ciudad de Valdivia, en Chile, con una magnitud de 9,6. Fue tan fuerte que produjo maremotos en el océano Pacífico, llegando a Hawái y la costa de Japón, y la erupción del volcán Puyehue en Chile.