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Manual de uso de la leche materna: Te contamos todo lo que debes saber

Para concienciar a la población sobre la importancia de dar el pecho, se ha fijado entre los días 1 y 7 de agosto la Semana Mundial de la Lactancia Materna. La OMS confirma que elevando al 90% la tasa de amamantamiento durante los 6 primeros meses, se evitarían el 13% de las 10 millones de muertes infantiles de menores de 5 años, que se producen en el mundo cada año.

La leche materna contiene grasas, vitaminas, minerales, proteínas, hormonas, enzimas, factores inmunológicos y un 88% de agua. Además, de entre todos los mamíferos, la proveniente de los humanos es que tiene mayor contenido en lactosa (glucosa y galactosa que prácticamente representa todo el azúcar). Pero en el caso de optar por la lactancia artificial, las leches adaptadas específicas, garantizan el correcto desarrollo del bebé. Se trata de preparados que se asemejan al máximo a la composición de la leche materna.

Leche materna, todo beneficios

Entre los aspectos positivos de la leche materna, encontramos sus propiedades digestivas, metabólicas y nutritivas, así como una mayor protección inmunológica o un menor riesgo de sensibilización alérgica. Además, supone una mejor evaluación psíquica ya que facilita el desarrollo psicoafectivo cerebral y sensorial del niño. Los médicos indican que esta es especialmente buena en el caso de los recién nacidos prematuros y de bajo peso. Asimismo, evita enfermedades como otitis, gastroenteritis y previene la mortalidad infantil.

La lactancia materna no sólo supone beneficios para el bebé, a largo plazo, también los aporta para la madre. Un estudio realizado en Reino Unido revela que el Índice de Masa Corporal (IMC) de las madres que han dado el pecho a sus hijos es menor que el de las que dieron biberón y puede influir en la prevención de enfermedades cardiovasculares, incluso cáncer, según el International Journal of Obesity.

Manual de uso de la leche materna

Dudas y consejos para dar el pecho

Es recomendable dar el pecho durante los 6 primeros meses de vida del bebé. La leche materna debería ser el alimento exclusivo y, durante el primer año de vida, el principal, aunque a partir de los 7 meses, se pueda empezar a introducir alimentación complementaria de forma progresiva, pudiéndose seguir con la lactancia hasta los 2 años.

El estrés u otros motivos, pueden influir en la cantidad de leche de la madre en determinadas horas del día. Asimismo, esta debe estar bien informada ya que la leche puede tardar en aparecer o “subir”. Ello depende de la duración de las contracciones y por ello en el caso de la cesárea la “subida de la leche” puede retrasarse hasta 48 horas.

Uno de los problemas más habituales es la irritación o dolor en los pezones. Para evitarlo pueden protegerse con cremas o siliconas específicas y corregir la postura del bebé para que succione de forma adecuada. Es recomendable consultar al médico en caso de notar la obstrucción de los conductos. La mastitis es una de las patologías que puede aparecer durante la lactancia, puede solucionarse con calor, masajes, la extracción de la leche y analgésicos.

¿Se puede congelar la leche materna?

Para que la lactancia pueda adaptarse a los horarios de la madre, a menudo se utilizan recursos como la congelación de la leche. Esta debe extraerse bajo unas estrictas normas higiénicas y debe congelarse inmediatamente.

En función del congelador, el mantenimiento correcto varía: en el congelador de puerta común al refrigerador, se mantiene 2 semanas. En un congelador separado, unos 3-6 meses y en un frost de temperatura constante, de 6 a 12 meses. La ventaja es que, al descongelarse, mantiene todas sus propiedades. Una vez fuera, si no se usa en 24 horas, hay que desecharla.

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