ConsejosPsicología y salud mental

¿Es normal que mi bebé llore tanto? ¿Qué hago?

El llanto es uno de los puntos que nos puede inquietar nada más aterrizar en casa después de haber dado a luz. ¿Qué es lo que provoca que mi hijo no pare de llorar? ¿Es normal? No sé qué más puedo hacer para que deje de hacerlo, lo he probado todo.

Los bebés reaccionan a cualquier cambio en su entorno, respetar las rutinas es muy importante para su bienestar y para el nuestro, por tanto, todo aquello que descubran puede ser un motivo de llanto (aparte del que es fruto del hambre). Algunos bebés están tranquilos los primeros días después de nacer, otros, por el contrario, están mucho más animados. Con el tiempo (poco) seremos capaces de identificar cada uno de los quejidos de nuestro hijo y así poder ofrecerle lo que necesita.

Cuando hablamos de llantos, debemos hacer una parada para hablar de los clásicos pero molestos, cólicos del lactante. En algún momento, durante los primeros meses nos podemos encontrar con que el bebé no para de llorar sin motivo aparente, de forma vigorosa y encogiendo las piernas. Descartando cualquier anomalía, podemos decir que nos encontramos ante un caso de cólico del lactante. Estos suelen ser más frecuentes por la tarde-noche y se desconoce el origen exacto de los mismos, aunque algunos apuntan a que, después de 9 meses sin actividad propia, el intestino del bebé comienza a trabajar 24 horas al día, lo que le provoca algunas molestias. También se cree que puede tener relación con un aumento de gas en los intestinos causado por la ingesta de manera incorrecta. La intolerancia a las proteínas de la leche es otra de las posibles hipótesis.

Consejos para reconocer e interpretar el llanto del bebé

¿Qué podemos hacer ante los cólicos del lactante?

  • Si bien existen muchas maneras de actuar ante los llantos del bebé, está comprobado que el apego es una de las mejores herramientas para hacerlo. Lo que algunas personas llaman “malcriar”, es una forma de transmitir serenidad y calma a nuestro bebé. Cogerlo y acariciarlo en el momento que están sufriendo el cólico, les ayuda a tranquilizarse, reduciendo de esta manera la influencia de los espasmos.
  • Un exceso o una carencia de alimento también pueden ayudar a la aparición de cólicos. Revisa las dosis que le administras con un profesional para descartar esta opción.
  • El momento de la toma es muy importante, si el bebé no está a gusto y bien sujeto a la tetina o al pecho, esto puede ocasionar una mala succión ocasionando gases que pueden influir en la aparición de los cólicos.
  • El tamaño del pezón, las pezoneras mal colocadas, la mala posición, la temperatura de la habitación,  el pañal húmedo, las tetinas del biberón. Todos estos factores pueden influir en la comodidad del bebé, así como la de la persona que lo alimenta. Si la persona encargada de alimentar al bebé no disfruta de este momento, ¿Cómo lo va a hacer el niño?
  • Los baños templados pueden ayudar a relajarlo y hacer disminuir la intensidad de los cólicos.
  • No es recomendable acudir a técnicas naturales o “alternativas” sin antes haberlo consultado con el pediatra.

Entendemos que la desesperación de ver llorar a nuestro bebé nos lleva muchas veces a aplicar soluciones extremas y a pedir consejos gratuitos a familiares y amigos. Una vez más, en la maternidad tenemos que hacer uso de la razón y con calma y paciencia entenderemos que todos hemos pasado por esto y, posiblemente, sin aplicar geranios, vapores ni otras historias extrañas.

Sira Bellot
Consultora en Maternidad y Paternidad

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