Durante el embarazo se establece un vínculo fundamental entre la futura madre y el bebé. Este vínculo hay que cuidarlo y potenciarlo durante los primeros meses de vida de tu hijo para fortalecer la comunicación afectiva entre vosotros.
Hay que tener en cuenta que los padres deben crear el vínculo afectivo con su hijo partiendo de cero, por lo que es muy importante que participen en las actividades diarias del bebé.
Cambio de ritmos
Una de las claves para asimilar la nueva vida sin conflictos es comunicarse con el bebé a través del silencio interno: Hay que respirar, apagar el teléfono, alejar los relojes y entrar en la burbuja del bebe.
Violeta Alcocer, psicóloga especialista en infancia y crianza, afirma que el vínculo madre-hijo no es sólo el amor, sino la forma en la que se expresa ese amor, el lenguaje corporal y verbal, el abanico de sentimientos implicados y la forma en que la madre es capaz de elaborar esos sentimientos para devolvérselos al bebé en forma de cuidados, contención y atención.
El mejor cuidado y estimulación de un bebé viene de la mano de su madre y su padre, por tanto, cuanta más presencia y tiempo sea compartido con el bebé, más contacto y más conocimiento mutuo, mayor salud psicoafectiva para todos y más rápido llegará el ajuste familiar a la nueva vida. El bebé responde a todos los contactos y si le cogéis, acariciáis o le hacéis un mimo, estaréis activando la sensibilidad de su piel y os responderá con balbuceos e, incluso, con alguna sonrisa.
También destaca que es muy importante permitir a nuestros hijos que hagan cosas solos a medida que van indicándonos que están interesados en ellas y valorando la peligrosidad de las mismas, pero sin temor a una pequeña caída o un fracaso.
