El Carnaval es una fiesta perfecta para despertar en los niños el interés por nuestra historia y enseñarles nuestras tradiciones. No en vano, algunos historiadores sitúan el origen de esta festividad en la antigua Sumeria y el antiguo Egipto, hace, nada más y nada menos, que unos cinco mil años. La tradición ha llegado hasta nuestros días en forma de celebración y disfraces, pero ¿qué conlleva además de diversión?
Disfrazarse es un juego que les permite experimentar, desinhibirse y formar parte de una fiesta que se celebra en comunidad y en la calle, y que les invita a retomar el contacto con nuestras raíces.
¿Por qué no dar rienda suelta a la imaginación y que los niños se pongan en la piel de otra persona o personaje? ¿Por qué no cultivar la sana afición de reírnos de nosotros mismos y participar sin vergüenza ni reparos de esta gran fiesta colectiva, enseñando a nuestros hijos a participar de esta gran tradición milenaria?
Queremos animaros a conocerla mejor y os ofrecemos las mejores ideas para que estos carnavales sean inolvidables y que los niños puedan aprender jugando a través de las tradiciones.
Beneficios de conocer nuestras tradiciones
Celebrar esta fiesta nos brinda la oportunidad de explicar a los niños su origen y hacerlos partícipes de nuestras costumbres, algo que hará que desarrollen un sentimiento de pertenencia y arraigo. Ellos estarán encantados de ser parte de una celebración tan divertida que reúne a amigos, familiares y compañeros de clase.
A ellos les divierte jugar a ser otra persona, sumarse a una fiesta en la que la fantasía es la gran protagonista y que sus padres les acompañen en esa aventura, con lo que podréis reforzar lazos familiares y mejorar la comunicación intergeneracional.
El carnaval, también en clase
Los centros educativos como escuelas y ludotecas también forman parte de la tradición carnavalera y año tras año dedican sus actividades y talleres a enriquecer estas fiestas con manualidades para decorar, hacer complementos, máscaras o disfraces, favoreciendo así la creatividad de los niños, y no solo en Carnaval, sino también para otras muchas otras fiestas de disfraces que se pueden celebrar para que los niños aprendan de una forma muy lúdica.
