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¿Tus hijos hacen deporte? Reglamento de conducta para ser un buen ejemplo como padres

Los adultos somos el mayor ejemplo de los niños, por lo que es importante inculcarles desde pequeños una actitud de respeto hacia los demás y a las normas. Es precisamente el cumplimiento de unas reglas básicas y la actitud que tengamos nosotros hacia ellas y hacia los demás lo que en un futuro se reflejará en su forma de proceder. Por desgracia, todos hemos visto, en persona o en los medios de comunicación, algún ejemplo de conducta poco edificante o directamente violenta en partidos o competiciones infantiles. Por eso proponemos aquí un reglamento para padres sobre deporte especialmente útil cuando los hijos forman parte de algún equipo. 

Respetar las decisiones de los árbitros y los entrenadores, así como el juego de los compañeros y los rivales son algunas de las pautas de comportamiento que debemos seguir si nuestros hijos practican alguna actividad deportiva. Porque para ellos supone lo que realmente es: un juego. No debemos olvidarlo.

Reglamento para padres sobre deporte, conducta e hijos

1. Déjales elegir

En primer lugar, debemos dejarles escoger la actividad que deseen practicar y no proyectar en ellos nuestros gustos o frustraciones obligándoles a hacer lo que nosotros quisimos hacer y no hicimos, por ejemplo. Plantéales más de una opción para que conozcan las diferentes actividades que pueden realizar. Si no están muy seguros, procura aconsejarles, ya que les conoces mejor que nadie y sabes qué destrezas tienen y en qué ámbito se sentirán más cómodos. 

También es posible que, pasado un tiempo, se aburran o descubran que no les gusta tanto como pensaban y quieran dejarlo y empezar con otra cosa. No pasa nada. Si no se trata de un mero capricho, cambiar significa aprender, por lo que si quieren probar nuevas experiencias, adelante. 

2. Implícate en lo posible

Acompáñalos y asiste a los partidos y, cuando son muy pequeños, también les ayudará que estés presente en los entrenamientos si te es posible. Tu apoyo es siempre importante para tus hijos e hijas.

3. No les grites

Anímalos mientras juegan, pero no les grites, ridiculices ni insultes. No deja de ser un juego, una manera divertida de pasar el tiempo haciendo ejercicio y, si les regañas, generarás una ansiedad innecesaria en ellos y podrían terminar por verlo como una obligación. Además, sentirán la presión que supone no querer defraudarte.

4. Permíteles disfrutar 

Pregúntales si se lo han pasado bien, hayan ganado o perdido. Tus hijos no son los mejores jugadores del mundo, sino parte de un equipo. Lo más importante es que disfruten, socialicen, aprendan y hagan una actividad física saludable. Nunca les des a entender que lo primordial es ganar.

5. Tú no eres el entrenador

No grites al entrenador, respeta sus decisiones y no des tus propias lecciones después del partido (ni durante, por supuesto). Cuando haya acabado el juego, no critiques su forma de proceder.  Si lo haces, correrás el riesgo de que los niños y las niñas imiten este comportamiento y aprendan a excusarse y a evadir los problemas en otros ámbitos de su vida.

6. Respeta al árbitro y compórtate

No insultes al árbitro, la autoridad se debe ver como tal y criticarle delante de los jugadores solo les enseñará a hacer lo mismo. No aplaudas conductas antideportivas. La violencia nunca es una opción. Además, los menores no deberían asociar jamás la actividad física con agresión.

7. Aplaude a compañeros y rivales

Recuerda que todos los jugadores son niños y niñas, como tus hijos e hijas. Cuando termine el partido despídete educadamente de los contrarios y de sus familiares. Se trata de una actividad en la que todos van a lo mismo, a pasarlo bien.

8. No te enzarces en discusiones con otros padres

Al igual que en los dos casos anteriores, evita entablar conflictos con los padres de otros niños o niñas por su actuación en el campo de juego o por cualquier otro motivo. Por el contrario, contribuye a crear un buen clima de compañerismo y deportividad.

9. No recrimines su actuación ni les castigues

No olvides que son pequeños y ten claro que siempre lo van a hacer lo mejor que puedan, criticar airadamente su actuación y, peor aún, castigarles por no haber hecho un buen partido, no tiene ningún sentido y siempre será contraproducente. Aumentará su frustración y disminuirán sus ganas de volver a jugar.

Otra cosa es comentar con ellos, con tranquilidad, cómo fueron las cosas, preguntarles qué creen ellos que podrían mejorar e, incluso, darles algunos consejos sobre lo que, en tu opinión, les ayudaría a perfeccionar su juego. Sin más.

10. Disfruta viéndolos jugar

Les hará felices saber que lo pasas bien asistiendo a sus citas deportivas y se sentirán apoyados. Invita a la familia e incluso a amigos suyos a algún partido importante. Felicítales al final del encuentro, hayan ganado o perdido. Hazles fotos y grábales para poder ver las imágenes juntos después. Eso les encantará y tendrán siempre buenos recuerdos de esa parte de su infancia.

Descárgate el reglamento para padres.

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