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Las profesiones que permitirán a tu hijo escoger trabajo en el futuro próximo

Viviendo en un país donde el paro juvenil todavía ronda el 40%, y habiendo llegado a superar el 50% en los peores años de la crisis, es perfectamente comprensible que entre las preocupaciones de los padres con hijos adolescentes se encuentre la futura empleabilidad de sus hijos.

Con toda probabilidad, será durante los años de la adolescencia cuando nuestros hijos tomen una decisión (qué estudios realizar después de los estudios obligatorios de la ESO) que les dirigirá hacia una determinada profesión. Pero ¿Se trata de una profesión con futuro que les permitirá encontrar un trabajo? ¿Será un buen trabajo o condenará esa profesión a nuestros hijos a un perpetuo estado de mileurista? En los tiempos que corren ¿Realmente existen profesiones con garantías de empleo y con sueldos dignos?

Irónicamente, mientras los padres tratan de responder estas preguntas, muchos políticos tratan de eliminar cuellos de botella en el desarrollo de sus países debido a las carencias de profesionales STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) en el mercado laboral. En la mayor parte de los países desarrollados hay déficit de profesionales STEM, especialmente en las ingenierías relacionadas con la informática, la electrónica y la biotecnología. Este déficit supone un impedimento para el desarrollo de la economía, lo que ha llevado a la creación de programas para fomentar las vocaciones por estos estudios entre los estudiantes preuniversitarios.

Si bien para el conjunto de la economía de un país esta situación puede ser negativa, resulta muy positiva para los profesionales STEM. Como profesor de una Escuela Politécnica Superior donde se forman a este tipo de profesionales, soy testigo directo de estas ventajas. Nuestros alumnos no tienen, en absoluto, preocupación sobre si van a encontrar o no trabajo al graduarse. Lo dan por supuesto. Su única preocupación es cuál de las distintas opciones que tengan van a erigir. Y ni siquiera ese primer empleo será, en absoluto, un empleo de mileurista. Todo un lujo en los tiempos que corren.

Esta situación pudiera parecer todavía más paradójica teniendo en cuenta que vivimos en un mundo donde la tecnología permea todas las facetas de nuestra vida. Sería de esperar que desde niños estuviéramos sensibilizados respecto al importante papel que juega la tecnología, y por extensión los profesionales de este campo, en nuestras vidas. Sin embargo, quizás precisamente sea esta una causa de la falta de interés en esas profesiones. Es fácil imaginarse que los actuales niños y adolescentes, la primera generación de nativos digitales. Habiendo nacido en un mundo donde el estar continuamente conectado a través de Internet con nuestros seres queridos, el poder tomar un vídeo o una fotografía y compartirlo con todo el mundo de modo instantáneo. El poder acceder de modo ubicuo a la información, y no valoren todos estos avances de la ciencia. Ellos no han conocido un mundo sin ellos, y los dan por supuesto. Esto podría explicar por qué muchas veces no desarrollan una curiosidad que les dirija a este tipo de profesiones.

Acercar a los niños a las disciplinas STEM además de contribuir a su desarrollo intelectual, puede enfocarles hacia una futura carrera profesional en campos con excelentes perspectivas laborales. Incluso aunque no terminen orientando su carrera profesional en esta dirección, actualmente tener una comprensión de los fundamentos tecnológicos resulta útil para cualquier profesión, ya que cada vez más la tecnología juega un papel importante en todas las profesiones.

Las buenas noticias son que nunca ha sido tan fácil realizar este acercamiento. Actualmente, no faltan los campamentos de verano o actividades extraescolares donde en pocas semanas hasta los más pequeños aprenden a construir drones o dispositivos de Internet de las cosas. E Internet está llena de recursos que pueden apoyar a los padres en este acercamiento. Incluso pequeños detalles, como un regalo de Reyes acertado, pueden suponer el empujón que envíe a nuestros hijos en esta dirección.

En mi caso fue un regalo de Reyes cuando tenía 13 años, un microscopio, el responsable en buena medida de despertar la curiosidad por la ciencia que me llevó hasta donde estoy.

Abraham Otero Quintana
Profesor Titular de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial
Coordinador del Grado en Ingeniería Biomédica
Escuela Politécnica Superior, Universidad San Pablo CEU Carretera

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