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Ejercitar el autocontrol potencia la autonomía en los niños: teoría de la autodeterminación

No te rindas nunca. Nada es imposible. Tanto padres como educadores, intentan transmitir a los jóvenes la idea de que la fuerza de voluntad equivale al éxito. Para los preadolescentes y los adolescentes, ejercitar el autocontrol está conectado a factores como la autonomía, y a otros motivadores intrínsecos.

Ejercitar la competencia de autocontrol no es tarea fácil. Y menos en la adolescencia. Incluso aunque se tenga en mente un objetivo específico y se adquiera un compromiso de cumplirlo.

Las últimas investigaciones sobre el tema dejan claro lo precaria que puede ser la fuerza de voluntad en estas edades. Un nuevo estudio al respecto examinó la capacidad que tenían los estudiantes de estas edades para responder al compromiso.

Cambiar comportamientos contraproducentes

¿Qué ocurre cuando el adolescente se compromete a lograr un objetivo asumiendo las consecuencias negativas que puede haber si no lo consigue? Incluso en este caso, los últimos estudios señalan, que en la mayoría de las ocasiones, ellos solos no saben cómo cambiar los comportamientos contraproducentes. Aquellos que no les permiten alcanzar su objetivo.

Esto sirve de recordatorio a padres y profesores sobre el hecho de que simples frases de arenga pueden no ser suficientes para implementar ciertos comportamientos en los jóvenes. Estos carecen de la destreza de autocontrol suficiente, y necesitan herramientas para potenciarla.

potenciar autonomía en los niños

Ejercitar el autocontrol

El citado estudio examinó la capacidad de respuesta al compromiso por parte de estudiantes adolescentes. A cargo de los investigadores Carly Robinson, Gonzalo Pons, Angela Duckworth y Todd Rogers, en él participaron 1205 adolescentes y preadolescentes de cinco escuelas distintas.

Los jóvenes se debían comprometer a lograr un objetivo. Y semanalmente recibían unos vales según su actitud y comportamiento ante el reto. Se dividió a los estudiantes en tres grupos. A los del primer grupo se les dio la posibilidad de incrementar sus beneficios un diez por ciento si asumían el riesgo de perder un veinte por ciento si fallaban en el reto marcado. Los del segundo grupo asumían directamente la premisa del primer grupo pero con la opción de poder abandonar. Los del tercer grupo simplemente debían asumir un compromiso para aumentar sus vales.

Cuando la capacidad de autocontrol no es suficiente

Lo cierto es que los investigadores no detectaron grandes diferencias entre los grupos. De hecho no encontraron ninguna evidencia de que el compromiso adquirido al participar en el estudio tuviera algún efecto en el comportamiento de los estudiantes. Para ellos el autocontrol personal no era bastante para alcanzar las metas marcadas.

Según Carly Robinson: «Creo que es un primer paso muy importante para los educadores reconocer que los jóvenes quieren estrategias que les ayuden a ejercitar el autocontrol para lograr un objetivo».

Deseo de mejorar

Los estudiantes reconocían sus limitaciones de autocontrol. Pero también mostraban a los investigadores su deseo de mejora. Un tercio de los jóvenes se sumaron al estudio de manera voluntaria. Lo que indica su búsqueda de estrategias para mejorar sus actuaciones. Aunque eso supusiera asumir el riesgo de perder algunos vales.

La actitud de los estudiantes deja patente que tienen una necesidad de desarrollar su capacidad de control sobre ellos mismo. Quieren saber como pueden cumplir con los objetivos marcados. Robinson ve en esta premisa una clave que los educadores deben tener en cuenta. Para ella, crear junto con los alumnos entornos que les ayuden a ejercitar el autocontrol, y que les preparen para el éxito, es una tarea fundamental de los adultos.

Incentivar los comportamientos positivos

Los expertos Richard Ryan y Edward Deci han descubierto que los estudiantes se muestran más favorables a desarrollar un comportamiento maduro si se les da cierta autonomía sobre las tareas a realizar. Permitirles tener una cierta autoridad sobre lo que hacen mejora la actitud de los jóvenes.

Está claro que la motivación de los alumnos aumenta según la relevancia del trabajo. Cuando los jóvenes son capaces de experimentar un alto nivel de motivación intrínseca, su disposición a desempeñar las tareas aumenta. Y también lo hace su persistencia para intentar conseguir sus objetivos. Valores positivos que sin duda les servirán de herramientas en el futuro.

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