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Cuadernillos de verano para niños y otras tareas académicas durante las vacaciones

Cuando las vacaciones se acercan, son muchos los padres que se preguntan si los cuadernillos de verano son una buena idea para sus hijos. Realmente no hay un consenso entre ellos y los maestros en cuanto a este tema, aunque si los niños pudiesen elegir, en la mayoría de los casos, la respuesta estaría clara: ¡esos días son para descansar!

La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) llevan años mostrando su desacuerdo con los deberes durante el curso, alegando que son demasiados y que los escolares ya trabajaban suficiente en la escuela y que el tiempo fuera de ella es para desconectar y descansar mentalmente. Por tanto, cuando llega el verano, parece que este debate se intensifica.

Sin embargo, los cuadernillos de verano no tienen por qué ser malos para los niños, son 12 semanas de vacaciones donde estos necesitan mantener un hábito de trabajo sin una desconexión total de lo que han aprendido durante el curso escolar. La clave del éxito para que estos no se conviertan en una tortura, reside en el equilibrio. Los menores necesitan una estructura diaria donde haya tiempo para la diversión, pero también para las responsabilidades.

Cuadernillos de verano para niños y otras tareas académicas

El equilibrio es la clave del éxito

Los expertos coinciden en que no hay que permitir una libertad total a los niños en las vacaciones de verano. En cuanto a la educación o al aprendizaje, la clave es el equilibrio. Para los psicopedagogos, el tiempo y nivel de los deberes deberá variar dependiendo de su capacidad, así como su edad evolutiva. En los que cursan Educación Infantil es importante trabajar más a partir del juego y la creatividad, para fomentar de esta manera la motivación hacia el aprendizaje y la diversión hacia el mismo.

En los alumnos que están cursando Educación Primaria es necesario potenciar la lectoescritura y las actividades matemáticas. Lo mismo ocurre para los que están en Secundaria. Además, si los niños han suspendido alguna materia es necesario en estas edades trabajar las asignaturas que han quedado pendientes, así como técnicas de estudio.

Tareas académicas y descanso mental

Enrique Castillejo y Gómez, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Pedagogía y Psicopedagogía de España, también comenta que los niños no pueden estar tantas semanas sin hacer nada. Estos requieren tener una estructura diaria, responsabilidades y hábitos para realizar actividades académicas para que cuando empiece de nuevo la escuela, puedan volver de forma progresiva y eficaz a las tareas escolares.

Todo esto no tiene que estar reñido con días de libertad donde los niños puedan tener mucho tiempo seguido de descanso mental. Lo más adecuado es que los que han suspendido asignaturas tengan una semana de descanso cognitivo, y los que han tenido un buen éxito escolar, dos. Aunque esto no es contrario al hecho de mantener unas buenas rutinas y hábitos diarios, pueden realizar otras actividades como manualidades o lectura, siempre de su interés.

El tiempo para dedicar al estudio deberá representar una pequeña parte del día, como por ejemplo 30 minutos para los más pequeños y hasta dos horas para los que están en una etapa de Secundaria. Las actividades pueden ser dinámicas para que los niños al mismo tiempo que aprenden estén motivados. Por ejemplo, se pueden escoger tareas cotidianas para poder potenciar los aprendizajes, como calcular el precio de la lista de la compra, escribir los artículos que hacen falta, o anotar todo lo necesario para ir a la playa. De hecho, hay un montón de trucos para repasar en vacaciones de una manera divertida, como escribir un diario, utilizar las situaciones cotidianas para practicar matemáticas y aprovechar los viajes para refrescar la geografía, la historia y la cultura.

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