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Adoptamos, ¿y luego?

La adopción es una forma de ser padres cada vez más común y presente en nuestra sociedad, pero aún suscita dudas y preguntas. Para contestar a algunas de ellas, hablamos con Jaime Ledesma, psicopedagogo y mediador de MADOP, un servicio de mediación, postadopción y psicopedagogía en diferentes áreas alrededor de la adopción y la búsqueda de orígenes.

¿Qué hago si quiero adoptar un niño? Esta seguro que es una de las primeras preguntas que se hacen muchos de los padres que se plantean tener un hijo adoptado. Además de los trámites administrativos a realizar en tu Comunidad Autónoma, donde tendrás que pasar un curso de formación que te dará la idoneidad, lo más importante, según Jaime Ledesma “es estar realmente convencido de que quieres ser padre, y valorar por qué lo estás siendo; tanto en la pareja, si es una adopción en pareja, como solo, si es una adopción monoparental”.

A la hora de preparar la llegada de este hijo, tenemos que saber que hemos de afrontarlo “con mucha paciencia y sabiendo rellenar huecos, gestionando el tiempo libre”. La llegada de nuestro hijo puede tardar años, por lo que, tal y como nos aconseja este experto, “una opción muy buena son los grupos de pre-adopción para padres que suelen hacer las ECAIs (Entidades Colaboradoras de Adopción Internacional), ayudan mucho a que los padres calmen un poco su ansiedad”.

La llegada del niño

Una vez llega nuestro hijo, comienza lo más difícil: su educación. Además de todas las cuestiones habituales que puede plantearse cualquier padre, el de un niño adoptado ha de afrontar muchas preguntas y el hecho de que su hijo viene de otra familia biológica, con las consecuencias que eso supone. En muchos casos, los niños que se adoptan, llegan a su nueva familia a una edad muy temprana, por lo que pensamos que no tienen conocimiento sobre su pasado. Según Jaime Ledesma, “siempre hay una pequeña memoria implícita, que hace que sí se tenga cierto recuerdo. Recuerdos que a lo mejor no saben identificar como adulto, pero sí en cuanto a sensaciones y emociones. Todo niño adoptado ha sufrido como mínimo una ruptura. Para empezar, con su madre biológica, pero a lo mejor también con varios cuidadores hasta que ha llegado a su familia”.

A medida que el niño vaya creciendo, lo mejor en estos casos es, más que plantearse cómo responder a sus preguntas, adelantarnos a ellas. “Nosotros pensamos firmemente que lo mejor es que una persona adoptada, a la pregunta de ‘¿cuándo te dijeron que eras adoptado?’ te responda ‘no lo sé’; que no tenga recuerdo de una fecha concreta, que siempre lo hayan hablado. Muchos padres piensan que los niños son muy pequeños para hablarlo, pero es más el miedo del adulto a hablar del tema. No quiere decir que les contemos los datos dramáticos ni los más complicados, pero sí hablarle de su adopción o del orfanato de una manera natural, que lo conozca y lo sepa.»

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Problemas de vinculación afectiva

Casi todos los niños adoptados, debido a sus circunstancias, presentan problemas de vinculación afectiva temprana que muchos padres no saben cómo subsanar. Que se quede en casa con su familia el mayor tiempo posible hará que establezca un mejor vínculo con la familia y minimizará las carencias de ese tipo.

Según Ledesma, “lo principal en la primera fase de la adopción es crear un buen vínculo con el niño. Puede parecer una tontería, pero es muy importante no llevarles al colegio nada más llegar. La mayoría de los padres, por querer normalizar la situación quieren llevarles a la guardería o al cole cuanto antes para que se sociabilice; pero nosotros siempre recomendamos que, como mínimo, el tiempo de la baja maternal/ paternal el niño también se quede en casa. Durante estos meses estás atendiéndole y luego, si hay oportunidad, dependiendo de la flexibilidad y el conocimiento del colegio, recomendamos una adaptación progresiva. Algo que me parece muy importante es, antes de que empiece a ir al colegio, que los padres se acerquen con el niño a la salida para que lo conozca, porque así ve a otros niños que salen del cole a quienes sus padres van a recoger y van comprendiendo que el día que vayan ellos al colegio, tendrán siempre al final del día a sus padres”.

Si la vinculación con la familia no está bien establecida, una vez comenzado el colegio, el niño no podrá centrarse en lo que está haciendo. “Estará pensando todo el rato en lo que ocurre fuera y en si mis papás vendrán a buscarme. Muchas veces reviven el haber estado viviendo en una institución y piensan que se pueden quedar ahí como en un orfanato”.

Problemas de integración

¿Puede encontrarse con problemas de integración? “Depende mucho de cada caso. Suelen ser problemas más académicos, que a veces derivan en problemas de integración”, explica el psicopedagogo. Los problemas de conducta y de desconcentración son comunes en este tipo de casos, al tratarse de niños que no han sido enseñados a estar muchas horas sentados y atender, además de los muchos estímulos nuevos que le llegan de todas partes. “El problema es que ahí se dice que el niño es hiperactivo, que no se concentra, que tiene déficit de atención… y eso no es un trastorno de déficit de atención, es simplemente que como todo es nuevo y ya lleva un retraso respecto a sus compañeros, se acaba frustrando y tira la toalla”.

Para evitar o hacer más leves estos problemas, es básico preparar al colegio antes de que llegue el niño. A la hora de elegir colegio, lo mejor suelen ser colegios pequeños, familiares, donde se sienta acogido, y que sean abiertos de mente. “Hay muchos profesores y colegios a los que desde MADOP hemos ofrecido formación para darles a entender en qué consiste nuestro trabajo y piensan que no se necesitan tantas horas ni formación para hablar de adopción. Y muchas veces, cuando hacen el curso de 16 horas, reconocen que hay muchas cosas que tratar dentro de la adopción”, nos cuenta Jaime Ledesma.

Adoptar cuando ya somos padres 

¿Y si nos planteamos una adopción cuando ya somos padres? ¿Cómo lo afrontarán nuestros hijos? Desde MADOP nos recomiendan no comentárselo al niño nada más abrir el expediente de adopción, ya que pueden pasar varios años. “Por lo demás no hay que prepararles de una manera muy diferente a cuando llega un hermano biológico. Puede haber problemas de celos al principio… Lo bueno es hacerles participar en la responsabilidad, como a cualquier niño”.

Los problemas más comunes

Para terminar, queremos conocer cuáles son los temas que más pasan por la consulta de MADOP. “Sobre-diagnósticos que te das cuenta de que no son diagnósticos: hiperactividad el que más. Problemas de lenguaje. Muchas veces hablan muy bien en pocos meses, pero eso no quiere decir que a un nivel abstracto les cueste más”.

Resulta fundamental como padres conocer y trabajar en estos problemas y otros que puedan surgir en el futuro.
“Los primeros niños adoptados en España ya están siendo mayores de edad y es el momento de la búsqueda de orígenes, para lo que también hemos de estar preparados”.

España ha sido el primer país del mundo en porcentaje de adopciones internacionales durante varios años y según nos dice Jaime Ledesma, “hay que prestar atención desde las Comunidades Autónomas a la post-adopción. Creo que como profesionales que hemos participado en procesos de adopción trayendo niños a España, tenemos que continuar nuestro trabajo acompañándoles, que no se acabe el proceso cuando llegan aquí.

Por Celia Arias

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