Ver un partido de fútbol con nuestros hijos e hijas puede ser una experiencia muy agradable, no cabe duda. Pero, más allá del implícito factor de entretenimiento y diversión, podemos aprovechar la oportunidad para comunicar e inculcar buenas prácticas y valores, actitudes e ideas sobre el espíritu deportivo, tan necesarias para ellos y también para nosotros, los adultos, que, por desgracia, a menudo olvidamos.
Os recomendamos aquí una serie de pautas para que ver una competición siempre aporte algo positivo y se convierta en un rato de ocio en familia en el que transmitamos a los niños principios importantes, como la deportividad, el compañerismo, el respeto al otro y el juego limpio. Estos son nuestros consejos para convertir una tarde de fútbol en algo constructivo:
1. Déjale elegir
Tu hijo o hija, y no tú, debe escoger el equipo del que quiere ser o con el que va en esa ocasión. No le chantajees ni coacciones para que sea del tuyo y no te burles del suyo o le menosprecies si decide ser de otro diferente.
2. Piensa un plan B
Si al niño no le gusta el fútbol, piensa en algo que le pueda tener entretenido durante dos horas o más (en caso de prórroga). Ten preparadas varias actividades y juegos diferentes, ya que no suelen permanecer distraídos más de media hora con lo mismo.
Puedes pedirle que haga un dibujo de lo que estéis viendo o de las personas que os acompañan para guardarlo de recuerdo. O hacer una porra de resultados para que tenga más emoción para todos.
Y si son varios niños, recurrid a alguno de sus juegos de mesa favoritos o haced un concurso de manualidades.
3. No insultes ni digas tacos
Anima a tu equipo, pero procura no decir palabrotas ni insultar a los jugadores rivales, a los del tuyo o al árbitro, sobre todo, utilizando como ofensa características físicas de alguno de ellos. De tu ejemplo de respeto y civismo es del que aprenderán.