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Suspenso, consejos para descubrir dónde están los fallos y evitarlos

Suspenso, consejos para descubrir dónde están los fallos y evitarlos
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 04.04.17

El momento de recibir las notas suele ser temido por muchos niños y adolescentes, ya que estas pueden contener algún suspenso. Para los padres es también una fuente de preocupación y frustración. ¿Cómo podemos ayudar?

España se encuentra a la cabeza de Europa en cuanto a fracaso escolar. En 2019, se estimó que el 24,4 % de los alumnos abandonaron de manera precoz sus estudios sin haber terminado la ESO. Son muchos los factores que se esconden tras estas alarmantes cifras, pero, en este artículo, vamos a centrarnos en las dificultades del aprendizaje, en el TDHA (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad)  y en la falta de hábitos de estudio.

Trastornos del aprendizaje que llevan al suspenso

¿Qué son los trastornos específicos del aprendizaje? Son dificultades en el aprendizaje y en la aplicación de las aptitudes académicas, que se hacen evidentes en los siguientes síntomas:

1. Dificultades al leer

El nivel de lectura en cuanto a precisión, comprensión, exactitud y velocidad está significativamente por debajo de lo esperado para la edad del niño.

2. Dificultades en la escritura

Existen dificultades tanto en la ortografía natural como en la reglada, así como en la composición del discurso escrito. La grafía, a menudo, también se caracteriza por ser ilegible o tosca.

3. Dificultades en el cálculo y el sentido numérico

Tiene problemas para realizar cálculos mentales, para entender las relaciones entre los números y, en general, para los procedimientos aritméticos.

4. Dificultades con el razonamiento matemático

Le cuesta entender el lenguaje matemático (enunciado de los problemas), así como aplicar conceptos u operaciones para resolverlos.

Estos puntos deben encontrarse significativamente por debajo de lo esperado para la edad cronológica y el nivel de escolarización del niño, y afectar de manera importante al rendimiento escolar para ser considerado trastorno de aprendizaje.

¿Cómo podemos detectar trastornos de aprendizaje?

Hay mucha variabilidad entre los ritmos de aprendizaje y maduración de cada niño. Lo fundamental es estar atentos, desde los primeros años de primaria, al proceso de aprendizaje de la lectoescritura y el cálculo. Podemos fijarnos en la automatización de la lectura (si en segundo de primaria aún lee silabeando, por ejemplo). Si comprende o no lo que lee o si comete muchos errores de ortografía, como escribir las palabras diferentes a como suenan, establecer separaciones o adhesiones inadecuadas entre sílabas o palabras, practicar la escritura en espejo. Si no puede escribir de manera espontánea un pequeño texto, o si no es capaz de realizar cálculos sencillos sin usar los dedos. Las dificultades para resolver problemas de contenido matemático también suelen ser evidentes.

Si observamos estas dificultades, debemos consultar con un especialista para descartar que pueda haber un trastorno específico del aprendizaje.

Suspenso
Fuente Unsplash

El TDAH

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad está caracterizado por dificultades en el niño para mantener la atención y la concentración, así como para controlar sus impulsos. Según el subtipo, puede presentarse un exceso de movimiento. Si el rendimiento académico del niño no es bueno, las notas no reflejan el esfuerzo que hace y observamos estos síntomas descritos anteriormente, puede que presente TDAH.

Los tres subtipos de TDAH

1. Inatento

A menudo pasa desapercibido en comparación con el resto de tipos de TDAH, porque se trata de niños muy tranquilos, sin problemas de conducta ni impulsividad, cuya dificultad se circunscribe al plano atencional. Son niños que parecen estar “en las nubes”, que son desorganizados, olvidadizos y a los que les cuesta concentrarse.

2. Hiperactivo-impulsivo

Es más común de los casos de TDAH. Son niños muy movidos, activos, parecen tener “un motor” dentro. Son también impulsivos y, a menudo, presentan problemas de conducta.

3. Combinado

Aparecen síntomas tanto de inatención como de hiperactividad e impulsividad.

Falta de hábitos y técnicas de estudio

El suspenso se presenta a partir de la desmotivación y la baja tolerancia a la frustración. Muy a menudo, nuestros hijos no saben cómo estudiar ni aprender, y esta es una tarea a la que dedicarán al menos diez años de su vida. No saben cómo organizar su tiempo de estudio, cómo planificarse. No conocen las técnicas básicas como la realización de esquemas y resúmenes. Tampoco las técnicas para memorizar o autoevaluar su proceso de aprendizaje. Por lo tanto, se encuentran sin estrategias ni herramientas para realizar una tarea tan compleja como el estudio.

Como padres es nuestro deber que reconozcan y encuentren el sentido del estudio y la recompensa que conlleva aprender.

Enseñarlos a a tolerar la frustración es clave. Deben ser capaces de sacrificarse, de estudiar aunque no les apetezca, de vencer la pereza.

¿Siempre que hay fracaso escolar hay un trastorno o problema detrás? Como hemos visto, puede haber varias causas, algunas relacionadas con dificultades concretas y otras con aspectos conductuales o de hábitos.

Es importante analizar qué puede estar sucediendo en el caso de nuestros hijos para poder ponerle solución.

Úrsula Perona
Psicóloga infantil
Colaboradora de Sapos y Princesas