ConsejosOpinión de Nora Kurtin

La respuesta ante el horror: educar a los niños para que sean buenas personas

Estamos viviendo momentos inquietantes en nuestro país. Tras un periodo de paz de 13 años, nos vuelve a golpear el terrorismo. Los informativos son de lo más inquietantes: terroristas inhumanos, guerra nuclear en Corea del Norte, guerra racial en Estados Unidos, hambruna en África. Si a nosotros nos cuesta digerir tanto apocalipsis, ¿cómo preparamos a nuestros hijos para que no caigan en el fatalismo y saquen lo mejor de sí mismos? ¿Qué está en nuestras manos para cambiar esta situación? La respuesta es fácil: educar a los niños para que sean buenas personas.

Lo primero es tener claro que la perspectiva es clave. Tenemos que procurar que nuestro hijo se sienta seguro. Por más horribles que sean estos acontecimientos, la realidad es que las probabilidades de resultar herido en un ataque terrorista son mínimas.

Si lo vemos preocupado y pensamos que quitándole importancia a la situación le estamos ayudando, el efecto será justo el contrario. Creerá que su sentimiento no es el adecuado, por lo que no lo compartirá más con nosotros. Seamos empáticos y demostrémosle que entendemos su preocupación. Esto hará que se alivie y se sienta escuchado.

Pasar más tiempo con nuestros hijos hará que se sientan más seguros.

Es importante responder a sus preguntas con información veraz y adecuada a su edad, para no ofrecer más de lo que pueda procesar. Nunca evitemos la respuesta. Si nos resulta complicado medir hasta dónde quiere saber, le podemos preguntar “¿Tú qué opinas?”.

Por difícil que resulte, es crucial que mantengamos la calma, y recordar que los niños aprenden del ejemplo. Simplemente, pasar tiempo juntos puede hacer que se sientan más seguros y tranquilos. Compartamos momentos de relajación, como paseos por la naturaleza, charlas tranquilas, escuchar música o ver películas con mensajes positivos.

Intentemos cambiar el foco para que el mensaje principal sea positivo, reforzando la información en los actos de bondad y el trabajo en equipo. Animémoslos a ser siempre amables con los demás, recordando que cuando nos enfrentamos a lo peor, necesitamos sacar lo mejor de nosotros mismos y nuestro entorno.

Tal vez así, educando y criando niños con buenas bases, estemos formando parte de un eslabón más para hacer realidad el deseo de muchos padres de un mundo mejor para nuestros hijos.

Aunque aparentemente parezca que no podamos influir en el cambio, nosotros como padres tenemos el poder de hacerlo a través de nuestros hijos.

Nora Kurtin, fundadora de Sapos y Princesas

Nora Kurtin
Fundadora de Sapos y Princesas

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