ConsejosOpinión de Nora Kurtin

¿Cómo educar a nuestros hijos para que les guste aprender y no les asusten los retos?

Mucha gente cree que la inteligencia es estática, que se es o no inteligente. Pues resulta que la inteligencia es un músculo que se puede desarrollar con el uso. Además, para que alcance su mayor potencial, no solamente basta con saberlo también hay que creerlo.

Carol Dweck, la gran investigadora en temas sobre educación en Stanford, realizó un experimento con estudiantes de secundaria para demostrar su teoría de la ‘Mentalidad de Crecimiento’. Durante dos horas, en un período de ocho semanas, enseñaron a los estudiantes que podrían desarrollar su inteligencia, ya que el cerebro es como un músculo que se puede ejercitar. El resultado fue asombroso. El grupo de estudiantes que recibió la formación de que el “cerebro es un músculo”, superó significativamente a sus compañeros en una evaluación de matemáticas sin enseñanza adicional en la materia.

En lugar de enfocarnos en si son lo suficientemente ‘inteligentes’, los niños deben saber que pueden ser más inteligentes, simplemente, trabajando en ello.

Nuestro objetivo como padres ante la incertidumbre sobre los conocimientos y capacidades que necesitarán nuestros hijos para desarrollar su futuro profesional, es criar a personas que sepan que tienen capacidad para construir su músculo mental.

En lugar de enfocarnos en sí son lo suficientemente ‘inteligentes’, los niños deben saber que pueden ser más inteligentes, simplemente trabajando en ello. Cuando se enfrenten a un reto que les resulte difícil, sabrán que son capaces de superarlo porque pueden hacer crecer su cerebro trabajando en los conceptos más difíciles. Así, ellos mismos entienden que pueden ejercitar su inteligencia en situaciones nuevas, y no estarán asustados, sino deseosos de aprender más.

La comunicación que mantenemos con nuestros hijos desde muy pequeños tiene un papel fundamental en ayudar a desarrollar su inteligencia verbal y lógica.

Aunque la inteligencia a menudo se mide con pruebas tradicionales de cociente intelectual, la mayoría de los expertos creen que estas pruebas evalúan solamente parte de la inteligencia de una persona. También cuestionan la obsesión de nuestra cultura de empujar a los niños a lograr resultados académicos prematuros, olvidándonos que ellos tienen otro trabajo más importante que hacer y fundamental en su desarrollo intelectual: jugar.

Grafiti de Albert Einstein
Albert Einstein Grafiti | Flickr

La comunicación que mantenemos con nuestros hijos desde muy pequeños tiene un papel relevante en ayudar a desarrollar su inteligencia verbal y lógica. Así, en nuestras conversaciones cotidianas, al hablar y preguntar, ayudamos a que nuestro hijo amplíe la capacidad de comunicarse. El pensamiento lógico se va extendiendo y asentando.

El grupo de estudiantes que recibió la formación de que el “cerebro es un músculo”, superó significativamente a sus compañeros en una evaluación de matemáticas sin enseñanza adicional en la materia.

El profesor Howard Gardner de la Universidad de Harvard propone la teoría de las inteligencias múltiples, en la que la inteligencia no es un conjunto unitario que agrupe diferentes capacidades específicas, sino una red de conjuntos autónomos, relativamente interrelacionados. Así describe siete tipos de inteligencia que son valiosos en el funcionamiento humano y que todo niño necesita poder desarrollar. Según esta teoría, todos somos capaces de conocer el mundo a través del lenguaje, el análisis lógico-matemático, la representación espacial, el pensamiento musical, el uso del cuerpo para resolver problemas o para hacer cosas, una comprensión de otros individuos y un entendimiento. De nosotros mismos sale la capacidad de ordenar los pensamientos y coordinarlos con las acciones. Su teoría es la base de métodos que estimulan las potencialidades en los niños en un clima activo y afectivo como lo exige el siglo XXI.

También hay muchas investigaciones que apuntan a la ‘inteligencia emocional’ como componente crítico del éxito escolar. Si un niño no puede manejar sus impulsos y utilizar su función ejecutiva para enfocarse, no importa cuál sea su potencial cognitivo.

Entonces, ¿cuál es nuestro trabajo como padres? Estimular la curiosidad de nuestros hijos, asegurándonos de que saben que pueden elegir lo inteligentes que son porque la capacidad intelectual se construye.

Como decía el filósofo y escritor Eric Hoffer: «En tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que ya no existe».

Nora Kurtin, fundadora de Sapos y PrincesasNora Kurtin
Fundadora de Sapos y Princesas

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