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Educación en casa

Las primeras relaciones de nuestros hijos adolescentes y la importancia de nuestra actitud como padres

Las primeras relaciones en la adolescencia
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 02.05.23

La adolescencia es una etapa de cambios y descubrimientos en la vida que resulta crucial en la formación de la identidad del individuo y de la personalidad. Durante este período, se producen grandes transformaciones físicas y emocionales, y también las primeras relaciones sociales, amorosas y sexuales, que juegan un papel fundamental en el desarrollo integral de los jóvenes.

Sabemos que, durante la adolescencia, las relaciones sociales son tan esenciales que pueden influir en el comportamiento, las ideas y los intereses de los jóvenes. Ellos buscan la aceptación y el reconocimiento de sus iguales, construyen los primeros vínculos sociales y experimentan emociones intensas como la amistad, la empatía y el enamoramiento. Cuando comienzan a tener autonomía e independencia, aumentan las oportunidades que les permiten tratar con otros y definir su posición en el grupo.

Es habitual que, cuando pasan tiempo a solas con sus amistades, salen de casa, están sin nuestra supervisión y comienzan a conocer el mundo, fuera del ámbito familiar y escolar, los padres y las madres nos sintamos inseguros sobre esta nueva etapa que nos toca afrontar.

El amor adolescente

Un asunto clave en esta fase del desarrollo es el de las primeras relaciones amorosas. A esta edad, todas las emociones se viven de una forma muy intensa y el amor no podía ser de otra manera. Se vuelve una prioridad y lo sienten de forma abrumadora, pero también de una manera inestable e insegura, propia de su inexperiencia.

Cabe destacar que la construcción de las relaciones sociales, amorosas y sexuales en la adolescencia resulta compleja y muy sensible. Los sentimientos intensos y la necesidad de exploración y experimentación suelen llevarlos a sus primeras vivencias con su sexualidad, por lo que la educación afectivo-sexual es muy importante y puede evitar malas experiencias. En este sentido, es necesario que tengan acceso a información y educación sexual de calidad y sin prejuicios.

Las primeras relaciones: estar con amigos, fundamental
El contacto con sus iguales resulta fundamental en este momento de sus vidas | Fuente: Canva

Cómo podemos los padres acompañarlos en esta etapa

Las primeras relaciones sociales suelen producirse en la preadolescencia, cuando los niños comienzan a interactuar de manera más intensa con sus pares. Si, desde el inicio de esta fase, fomentamos en casa la comunicación y el diálogo con nuestros hijos e hijas, ellos estarán dispuestos a expresar sus inquietudes y miedos, así como a aprender a resolver conflictos de manera asertiva y a acudir a nosotros ante cualquier problema que les surja.

En cuanto a las primeras relaciones amorosas, estas aparecen, por lo general, en la adolescencia temprana, entre los 13 y los 15 años. Es vital que los padres respetemos su momento evolutivo y permitamos que experimenten y descubran por sí mismos el amor y el deseo, que son naturales a esta edad. Brindar afecto y apoyo emocional, establecer límites claros y promover el diálogo son formas efectivas de tratar el tema con ellos.

Las primeras experiencias sexuales suelen ir ligadas a las de índole amorosa en la adolescencia. Lo aconsejable es que los padres seamos cercanos y ofrezcamos confianza: edúcales para que tomen decisiones adecuadas y háblales sobre las responsabilidades afectivas y los riesgos que conlleva el sexo. Transmíteles la importancia de la comunicación con la pareja; esto les ayudará a construir relaciones sanas y satisfactorias.

Si queremos que puedan tomar decisiones informadas y conscientes acerca de su sexualidad, los padres debemos hablar con naturalidad de sexualidad, anticonceptivos, prevención de enfermedades de transmisión sexual, así como contestar a todas las cuestiones que se les planteen a nuestros hijos, adecuando la respuesta a su edad.

Errores que no deberíamos cometer

Enumeraremos a continuación algunos de los errores que los padres haríamos bien en evitar con nuestros hijos sobre el asunto de la sexualidad:

1. No hablar sobre el tema

En ocasiones nos resulta incómodo hablar sobre sexualidad, dudamos si es demasiado pronto o consideramos que ya saben todo gracias al colegio. Sin embargo, lo que marca la diferencia es que la información provenga de fuentes confiables, pues, actualmente, hay una gran tendencia buscarla en internet, redes sociales y pornografía.

2. Eludir la influencia de la tecnología

Con la presencia constante de los dispositivos tecnológicos y las aplicaciones en línea, sería un error no concienciarlos de las repercusiones de recibir información errónea, compartir contenidos privados, difundirlos y de otras actuaciones de riesgo.

3. Criticar o censurar

Este el primer paso para que nuestros hijos dejen de comunicarse con nosotros. Para asegurarnos su confianza, evitemos la postura crítica y el juicio sobre sus decisiones o tendencias sexuales.

4. No hablar sobre el consentimiento

Los padres y las madres debemos hablar con nuestros hijos e hijas sobre la incuestionable necesidad de no forzar nunca la situación y de obtener siempre el consentimiento de la otra persona antes de tener sexo con ella.

5. Enfocarse solo en la prevención

Sin dejar de lado la importancia de evitar enfermedades y embarazos no deseados, también hay que transmitir el valor de la afectividad, el autoconocimiento y el autocontrol en las relaciones de sexuales.

6. No respetar la privacidad

Evitemos los interrogatorios y las preguntas demasiado personales; los adolescentes necesitan que se respeten sus tiempos, sus espacios y su privacidad. 

Escuchar y dialogar sin juzgar

En resumen, los padres podemos acompañar a los adolescentes, desde el respeto y la confianza, permitiéndoles la autonomía y la independencia necesarias para que puedan desarrollar su identidad y su autoestima de manera saludable. Debemos estar disponibles para escuchar y apoyar, sin juzgar ni reprimir sus sentimientos y emociones. Y hay que volver a hacer hincapié en la necesidad de fomentar el diálogo y la comunicación abierta y sincera, para que ellos puedan expresarse con confianza.

Educar a adolescentes responsables respecto a sus relaciones sociales y afectivo- sexuales supone contribuir a una vida sana y equilibrada que les permitirá tomar decisiones consecuentes y respetuosas que tendrán un impacto positivo tanto hoy como en su futuro.

Marta Fernández Ramos
Coach personal y de familia
Marta Fernández Coach