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Alimentación en familia

Consejos para hacer que tus hijos lleven una alimentación saludable

Consejos para hacer que tus hijos lleven una alimentación saludable
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 09.03.21

Somos lo que comemos, o al menos eso es lo que se suele decir. Hay una clara relación directa entre la alimentación y la salud. Por eso, es fundamental tener buenos hábitos desde que somos pequeños. Aunque eso ya lo sabes, eres padre y quieres que tus hijos sigan una alimentación sana, pese a que no siempre sea sencillo. 

Por ejemplo, las verduras suelen ser grandes enemigas de los niños, y conseguir que se las coman puede suponer una auténtica odisea. Sin embargo, llevar una dieta equilibrada no siempre tiene que ser tan complicado. Para facilitar un poco el día a día, aquí te traemos algunos consejos fundamentales para que tus hijos tengan una alimentación mucho más saludable.

Cómo mejorar la alimentación de tus hijos

La alimentación infantil es algo que se descuida demasiado, algo que puede cambiar si se siguen las pautas adecuadas. A veces puede ser complicado, pero con los consejos que te traemos, conseguirás mejorar la alimentación de tus hijos rápida y fácilmente.

Presta mucha atención, estos tips te ayudarán a conseguir que los niños lleven una dieta equilibrada sin tener que enfrascarte en peleas ni quebrarte la cabeza. Todo puede ser sencillo y hasta divertido si se enfoca de la forma adecuada.

¿Tienes lo que hay que tener?

No hablamos de ser más valientes o menos, todo padre lo es. Hablamos de contar con el equipo y los utensilios de cocina precisos. A veces no podemos hacer batidos por no tener la licuadora adecuada, o tampoco podemos preparar algo al vapor porque no tenemos una buena vaporera.

Haz un repaso de toda tu cocina, contempla recetas y piensa en lo que necesitas. Si no sabes bien qué comprar después, la red te ofrece recursos que te ayudarán. Sin ir más lejos, en esta web hacen comparativas de diferentes licuadoras que te van a venir de perlas para hacerte con el mejor modelo posible.

Establece un horario riguroso

El peor enemigo de una dieta sana y equilibrada es picar entre horas y, sobre todo, comer a deshoras. Hay que crear un hábito para tener un horario claro y saber cuándo toca comer y cuándo no. Aunque eso no quita que haya días en los que puedes tener algo más de manga ancha con los pequeños.

Asegúrate de que se cubran el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena. Son las comidas esenciales, y más en edades tempranas. Evita el picoteo entre horas, porque ya desequilibran la balanza.

Predica con el ejemplo

De nada sirve que intentes que tus hijos coman bien y después tú estés optando por la comida rápida y mal preparada. Los niños son muy propensos a imitar lo que ven de sus padres y de las personas mayores que ellos. Así que la mejor forma de que mantenga un hábito sano es que tú también lo sigas a diario.

Da ejemplo. Incluso puedes darle a probar alguna de tus comidas si os preparáis algo diferente y se despierta su curiosidad. Quién sabe, quizá descubran un nuevo sabor que les guste y así tengas más opciones para construir un menú más amplio y variado. Cuanto mayor sea el abanico de alimentos, mayor será la variedad nutritiva y mejor para el pequeño.

Hazlos partícipes

Haz que colaboren contigo a la hora de establecer las diferentes comidas y cenas e, incluso, que te ayuden mientras preparáis el plato. ¿No recuerdas lo bien que te supo ese primer plato que te preparaste por tu cuenta? Ese sabor a mérito propio sienta muy bien, y hace que los niños vean su comida con otros ojos.

No siempre podrán ayudarte, pero sí que pueden colaborar con tareas sencillas en la cocina. Si forman parte de todo el procedimiento, los disfrutarán y lo entenderán mejor. De hecho, también les ayuda a ser más responsable con lo que comen y con cómo lo comen.

Dale un toque divertido

A veces hay alimentos que no entran por los ojos, y cuando eso sucede, ya es mucho más complicado que entren por la boca. En esos casos, intenta jugar con las formas para hacer que el plato luzca divertido.

Si los pequeños lo ven así, es más probable que se animen a probarlo. Si no, intenta también que la comida sea amena para ellos. Disfrutad, pasadlo bien y evitad las peleas si hay algo que no les convenza. Habrá tiempo para que se familiaricen con los sabores, para que aprendan a comer mucho más sano. No tengas prisa y no presiones, porque puedes conseguir justo lo contrario.

No es nada complicado, aunque sí requiere cierta paciencia y mucha perseverancia. Si todos ponéis de vuestra parte, conseguiréis comer mucho mejor en casa y, sobre todo, conseguirás que tus hijos disfruten de una dieta mucho más sana. Recuerda que la clave está en la variedad y en la diversión.

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