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La miel, un alimento beneficioso pero peligroso para los bebés por el riesgo de botulismo

La miel, un alimento beneficioso pero peligroso para los bebés por el riesgo de botulismo
Fuente: Pxfuel
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 21.09.21

La miel es un líquido dulce que fabrican las abejas usando el néctar de las plantas con flores. Como nos recuerdan desde la Clínica Mayo, existen alrededor de 320 tipos diferentes de esta sustancia, que varían en color, aroma y sabor. Su composición se basa principalmente en azúcar, en una mezcla de aminoácidos, vitaminas, minerales, hierro, cinc y antioxidantes. Además de usarse como edulcorante natural, puede emplearse como antiinflamatorio, antioxidante y agente antibiótico. También resulta útil por vía oral para tratar la tos y, en forma tópica, para aliviar las molestias causadas por las quemaduras y favorecer la curación de las heridas. A pesar de estas bondades y otras en las que nos detendremos a continuación, no se recomienda su ingesta en niños menores de un año por el riesgo de que contraigan botulismo, una enfermedad potencialmente mortal provocada por una bacteria que prolifera dentro del tubo gastrointestinal de los bebés.

Beneficios de la miel

Antes de analizar el peligro que conlleva la mencionada afección, es conveniente dejar claro que se trata de un producto beneficioso en diversos sentidos. Las investigaciones sobre el uso de la miel como tratamiento terapéutico comprenden, según los expertos de la Clínica Mayo, las siguientes afecciones específicas:

  • Enfermedades cardiovasculares: los antioxidantes que contiene podrían estar asociados con una reducción en el riesgo de aparición de problemas cardíacos.
  • Tos: ciertos estudios sugieren que tanto la variedad de eucalipto como la de cítricos y la de labiatae pueden actuar como inhibidores de este fenómenos en personas con infecciones en las vías respiratorias superiores y con tos nocturna aguda.
  • Dolencias gastrointestinales: la evidencia sugiere que también podría ayudar a prevenir trastornos del tubo gastrointestinal, como la diarrea relacionada con la gastroenteritis. Por otra parte, se considera eficaz como parte de una terapia de rehidratación oral.
  • Afecciones neurológicas: existen investigaciones que la asocian, por otra parte, a determinados beneficios antidepresivos, anticonvulsivos y contra la ansiedad. Asimismo, en algunos estudios se ha comprobado que ayuda a prevenir los trastornos de la memoria.
  • Curación de heridas: se ha demostrado, por último, que el uso tópico de la modalidad de tipo médico fomenta la curación de las heridas, sobre todo en el caso de las quemaduras.
    Miel, buena para curar heridas
    Entre las funciones terapéuticas de la miel se incluye la curación de heridas | Fuente: Pxhere

Dicho lo anterior, cabe la posibilidad de que los resultados varíen debido a que no existen métodos estandarizados para producirla o para verificar su calidad. Además, hay personas sensibles o alérgicas a los componentes específicos de la miel, en particular, al polen de las abejas. Aunque es poco frecuente, las reacciones adversas ocasionadas por dicha sustancia pueden conllevar consecuencias graves y, en ocasiones, mortales.

Botulismo en bebés: prevención, síntomas y tratamiento

Como anticipábamos al comienzo, el botulismo es una enfermedad potencialmente mortal causada por una bacteria, concretamente la denominada Clostridium botulinum, que se desarrolla dentro del tubo gastrointestinal de los bebés. Se trata de un organismo formador de esporas que es común en la naturaleza y puede estar presente en la propia tierra y en determinados alimentos como la miel y algunos almíbares de maíz.

Aunque suele aparecer principalmente en niños con edades comprendidas entre las 6 semanas y los 6 meses, también se puede dar a partir de los 6 días siguientes al nacimiento y hasta el primer año de vida. Entre los síntomas más habituales, la Academia Americana de Pediatría apunta a unas primeras señales consistentes en la debilidad y la pérdida de tono muscular que se propaga en todo el cuerpo. El resto de fenómenos que deberían hacer saltar las alarmas podrían resumirse en los siguientes:

  • Estreñimiento.
  • Llanto débil.
  • Pérdida de expresión facial.
  • Reflejo nauseoso reducido.
  • Alimentación lenta.
  • Visión doble o borrosa.
  • Sequedad bucal.
  • Párpados flácidos.
  • Dificultades para tragar y hablar.
  • Parálisis del tronco, brazos, piernas y el sistema respiratorio.
    Llanto débil, uno de los síntomas del botulismo
    El llanto débil de los bebés puede indicar la presencia de botulismo | Fuente: Pxfuel

Desde los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos establecen como factores de riesgo a la hora de desarrollar botulismo, al margen de la ingestión de las mencionadas sustancias, permanecer sobre un terreno contaminado y que los bebés hagan menos de una deposición diario durante un periodo superior a los 2 meses. Las principales acciones para prevenir su aparición pasan por restringir el consumo de miel y de almíbar de maíz, por la presencia de esporas del clostridio, en los niños menores de 1 año.

En cuanto a los tratamientos cuando no se haya podido evitar su irrupción, el principal pasa por la prescripción de inmunoglobulina botulínica, que permite que los tiempos de hospitalización sean más cortos y los síntomas más leves. También puede servir la administración de la antitoxina botulínica derivada de humanos. Paralelamente, se recomiendan diversas acciones complementarias a lo largo de la recuperación como:

  • Garantizar una nutrición apropiada.
  • Mantener las vías respiratorias despejadas.
  • Vigilar los problemas respiratorios y, cuando se produzcan, aplicar medios que los atenúen.