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Las consecuencias de los malos hábitos posturales de los niños

En el trayecto al colegio cargando con la mochila, en clase, frente al ordenador, en sus ratos de ocio, con el móvil, la tablet o con los videojuegos. Las malas posturas de los niños y los adolescentes son mucho más comunes de lo deseable y, en estas épocas de crecimiento, pueden llegar a causarles daños estructurales que deriven en lesiones irreversibles. 

Es importante saber que algunos problemas posturales se inician desde la más tierna infancia. Paloma Barreda Martínez, profesora de la Universidad CEU San Pablo, de Madrid, y especialista en Fisioterapia en Pediatría, explica que todo influye: la forma de transportar al bebé, el lugar en el que duermen o los primeros zapatos que usan cuando comienza el gateo.

En un artículo de Erga Primaria Transversal, una publicación digital vinculada al Instituto de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSS), dependiente del Ministerio de Trabajo y Economía Social, la profesora Barreda afirma que “cuando nos planteamos cómo desplazar al recién nacido, sería conveniente recordar que los problemas de cadera son mucho más comunes en aquellas sociedades que utilizan el cochecito más asiduamente que aquellas que llevan cargado al niño durante todo el día. Esto es debido a que aquel no respeta su posición fisiológica”.

Ellos crecen y las malas posturas, también

Malas posturas jugando a videojuegos
Con los videojuegos es muy fácil acabar poniendo malas posturas | Fuente: Canva

Cuando van creciendo, los malos hábitos en este aspecto tienen más que ver con el modo de sentarse, caminar o de estar tumbados en el sofá, por no hablar de las que acaban adoptado cuando los dispositivos móviles entran en sus vidas, que, dicho sea de paso, cada vez es a una edad más temprana.

“La enorme cantidad de horas que los menores pasan sentados al día, junto a una posición inadecuada del cuerpo sobre un mobiliario, muchas veces, inadecuado, y el transporte de más carga de la recomendable en sus mochilas, provocan que la aparición de problemas de espalda y cuello haya aumentado en los últimos años de forma alarmante entre los niños en edad escolar”, se asegura en Faros, la plataforma digital de promoción de la salud y el bienestar infantil del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.

Vayamos por partes para analizar todos los aspectos que influyen en este asunto.

La manera de sentarse

1. En el borde de la silla

Es muy común que los niños y las niñas, tanto en el colegio como en casa al estudiar o hacer los deberes, incluso cuando van en autobús u otro medio de transporte, se sienten con la pelvis en el borde de la silla y los hombros apoyados en el respaldo.

Cuando esta postura se mantiene mucho tiempo, puede derivar en cifosis, que es la curvatura exagerada hacia adelante de la parte superior de la espalda; o sea, lo que se conoce como joroba. De hecho, cuando esta deformidad estructural de la columna torácica aparece antes de la pubertad y empeora durante la adolescencia, tiene un diagnóstico clínico que se llama enfermedad o cifosis de Scheuermann.

2. Inclinados hacia un lado

También resultan nocivas las inclinaciones laterales de la columna, las que se producen cuando apoyan el codo o incluso todo el brazo en la mesa y la cabeza en la mano o en el antebrazo. En algunos casos, este modo de colocarse se relaciona con problemas de vista, porque el niño o la niña necesita acercarse demasiado al papel o el libro para ver bien. Una revisión con el óptico optometrista a tiempo resulta fundamental.

Si se mantienen dichas inclinaciones de manera prolongada y continuada, se corre el riesgo de que aparezcan asimetría de hombros y escoliosis secundarias, que a veces dan lugar a deformidades reales.

En un artículo del Instituto de Terapias Integrativas explican que, aunque hay factores genéticos que determinan la aparición de la escoliosis, esta “desviación lateral y con rotación de la espalda está relacionada con una asimetría del desarrollo y crecimiento de la columna en la infancia y la adolescencia, en la que las malas posturas pueden tener una importante influencia”.

3. A vueltas con la mochila

La mochila no debe ir demasiado cargada
Es importante que lleven la mochila bien colocada | Fuente: Canva

La mochila cargada de kilos de libros, cuadernos y material escolar es otra de las fuentes de dolores de espalda en esta etapa. El traumatólogo José Luis González López explica que no será un problema si se lleva durante poco tiempo. “Es excepcional —argumenta— que un niño cargue más de 10 o 15 minutos la mochila, los colegios habitualmente están cerca y, mientras se desplaza en coche o ruta, suele dejar sus cosas en el suelo”.

Al preguntarle sobre las mochilas más adecuadas, el especialista aconseja “llevarlas a la espalda, siempre que vayan bien colocadas, mejor que las de ruedas, ya que estas generan una rotación del tronco que es nociva para la columna”.

La fisioterapeuta Paloma Barreda, por su parte, asegura al respecto que “hay que vigilar que las asas vayan bien apoyadas sobre ambos hombros y que la carga no supere el 10-15 % del peso del niño”, pues, de lo contrario, “tenderán a flexionar la columna hacia delante para compensarlo”, concluye.

4. Los dispositivos móviles

Malas posturas con el móvil
Al mirar el móvil, tendemos a adelantar y bajar la cabeza | Fuente: Canva

El tiempo que pasan los niños y adolescentes —y el que pasamos los adultos— absortos ante la pantalla de un móvil o una tablet es fuente de alteraciones posturales de diversa índole. La más común consiste en adelantar la cabeza y mantenerla así mucho rato, lo que, sin duda, no tiene buenas consecuencias. Al fijarnos así en lo que aparece en la pantalla, las vértebras cervicales se desalinean del resto de la columna, y es cuando surgen las contracturas y los dolores de cuello que pueden derivar en lesiones más graves.

Por eso, lo mejor es levantar los brazos en lugar de agachar la cabeza para poner el móvil a la altura de los ojos. Aunque de forma espontánea nos salga el primer movimiento, conviene que entrenemos este último para prevenir desviaciones de las vértebras.

Consejos para evitar las malas posturas en los niños

1. Elementos adaptados a su altura

Lo ideal es que los niños tengan muebles adecuados a su altura (mesas y sillas regulables) o auxiliares que les ayuden a ajustar la diferencia, como el taburete en el baño, las perchas más bajas cuando son pequeños, así como los reposapiés para que las plantas puedan apoyarse en el suelo, entre otros.

2. Vigilar sus posturas

Observa cómo camina, su modo de sentarse cuando estudia o de tumbarse en el sofá para ver la tele. “Pon especial atención a la posición de cabeza y de hombros. Si están muy adelante, es necesario hacer un cambio”, aseguran los especialistas del Instituto de Terapias Integrativas.

3. La silla

Malas posturas de los niños cuando se sientan
Los pies deben poder apoyarse en el suelo y las lumbares en el respaldo de la silla | Fuente: Canva

Enséñales que, cuando estén sentados, su cuerpo debe parecer un 4: “los pies tocan el suelo, las rodillas mantienen un ángulo de 90º y la espalda reposa contra el respaldo del asiento”, afirman en la plataforma del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.

Los especialistas del Instituto de Terapias Integrativas nos recuerdan la manía que algunos niños y niñas tienen de sentarse con un pie debajo del muslo contrario, costumbre que llega a prolongarse hasta la edad adulta y que resulta muy perjudicial, particularmente “si siempre es con el mismo lado, ya que deja la zona lumbar y la pelvis muy inclinadas”.

4. La mesa

Conviene que la mesa también sea regulable en altura, para minimizar la flexión del tronco y el cuello en las tareas de escritura y lectura, y que los antebrazos queden cómodamente apoyados sobre la superficie.

5. En la cama

Es mejor dormir boca arriba o de lado; boca abajo se acentúa la lordosis y termina doliendo la zona lumbar.

6. Ante el ordenador

También es muy fácil acabar poniendo malas posturas cuando usan el ordenador. Por eso hay que comprobar que la pantalla se sitúa frente a sus ojos o ligeramente por debajo y a una distancia mínima de 40 cm de la cara. “El teclado debe colocarse de forma que los hombros estén relajados y los brazos formen un ángulo de 90º. Si la superficie no es una mesa estándar, es recomendable utilizar algún apoyo o adaptador que permita tener la pantalla y el teclado colocados según las recomendaciones anteriores”, continúan explicando.

Recurrir a un atril para los libros o los apuntes también les será útil para no doblarse hacia delante.

5. Hacer ejercicio regularmente

Evitar el sedentarismo y practicar alguna actividad física de manera habitual es la recomendación en la que coinciden todos los especialistas. Es el mejor remedio para contrarrestar la inactividad a la que obliga la mayor parte de la actividad escolar y de estudio en casa. Practicar algún deporte ayuda a mejorar el tono muscular. Sea el que sea, conviene hacer calentamiento antes y estiramientos después para prevenir lesiones.

6. Una revisión médica

Y si observas cualquier asimetría en los hombros o la columna en tu hijo o hija, o se queja de dolores de espalda con frecuencia, no dudes en acudir al pediatra o a la consulta de un fisioterapeuta experto para que lo evalúe.

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