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Tips para proteger la piel de los niños del frío y los cambios de temperatura

Aunque estemos en pleno otoño y el calor siga protagonizando cada jornada, esta situación se encuentra cada vez más próxima de llegar a su fin. Transcurridas unas semanas, el frío irá adquiriendo protagonismo y seguirá recrudeciéndose con la llegada y el transcurso del invierno. Cuando eso ocurra, habríamos hecho bien preparando la ropa, los complementos y los enseres necesarios para proteger nuestra piel de la agresividad de los agentes externos. Especialmente la de los niños que, por su particular vulnerabilidad, puede desarrollar afecciones que necesiten la atención inmediata de un dermatólogo.

Qué precauciones debemos adoptar

Pese a la inminente caída de las temperaturas, no podemos pretender que nuestros hijos permanezcan todo el día metidos en casa. Necesitan jugar, correr y establecer relaciones con otros al aire libre de manera regular. Dichos entornos les facilitan un amplio margen de acción y les aportan enseñanzas difícilmente alcanzables en una estancia cerrada. De lo que sí tendremos que preocuparnos es de cumplir con una serie de conductas preventivas que eviten la irrupción de futuros problemas cutáneos. Entre las principales medidas, es importante no olvidarse de:

1. Abrigarles adecuadamente

En primer lugar, resulta imprescindible que permanezcan abrigados cuando las condiciones de frío sean más intensas. Para asegurarnos de que estén bien protegidos, podemos ponerles varias capas de ropa. Si bien las situadas más cerca del cuerpo no necesitan ser demasiado gruesas, entre cada una se creará una cámara de aire protectora que proporcionará un mayor aislamiento.

Consejos para proteger la piel de los niños del frío
Es importante proteger la piel de los niños del frío de forma adecuada | Fuente: Canva

2. Proteger las partes más susceptibles de su organismo

Existen partes del organismo más propensas a sufrir los efectos negativos de las bajas temperaturas. Entre las mismas, se encuentran los pies, la cabeza, las orejas y las manos, que deben cubrirse con un calzado adecuado, gorros, orejeras, guantes o manoplas.

3. Hidratar su piel

Cuando el frío es excesivo, la piel de los niños puede desarrollar irritaciones y otras reacciones adversas. Para impedirlo, es importante mantener la epidermis hidratada con cremas, así como aplicar cacao en los labios para que no se agrieten.

4. Evitar los cambios repentinos de temperatura

Estar continuamente pasando de un ambiente cálido a otro gélido no solo fomenta el desarrollo de enfermedades víricas y bacterianas. También tiene un impacto negativo sobre un tejido cutáneo desprotegido, que puede verse afectado por fenómenos como el enrojecimiento, la tirantez o la descamación.

Cuáles son las principales alteraciones cutáneas provocadas por las bajas temperaturas

Si no se toman las anteriores precauciones, es más probable que la piel de los niños comience a presentar determinadas anomalías propias de los entornos muy fríos. Algunas de ellas pueden combatirse gracias a sencillos remedios caseros, aunque en otros casos no nos quedará más que acudir a un especialista. Es sencillo encontrar un dermatólogo en Madrid y en otras numerosas localidades de nuestro país, de manera que pueda establecer un tratamiento adecuado contra la afección específica.

Consejos para proteger la piel de los niños del frío
Algunas lesiones causadas por el frío deben ser atendidas por un dermatólogo | Fuente: Canva

1. Deshidratación de la piel

La sequedad es la alteración más frecuente cuando la piel de los niños se ve sometida a temperaturas gélidas durante periodos prolongados. El descenso de la humedad ambiental incide sobre la epidermis y puede causar irritación, escozor e incluso el agrietamiento de la misma. Las partes del organismo más afectadas suelen ser la cara y los labios, que en ocasiones terminan cuarteándose hasta formarse molestas heridas.

2. Urticaria por frío

Un escenario más preocupante es el provocado por la urticaria por exposición al frío, caracterizada por ronchas que motivan picores excesivos. Generalmente, se trata de casos leves, aunque existen otros de mayor gravedad que requieren de atención médica. Bajo tales circunstancias, además de mantenerse en lugares cálidos, suelen prescribirse antihistamínicos con los que reducir la inflamación de las lesiones.

3. Sabañones

Otro de los problemas cutáneos más comunes son los sabañones, que normalmente aparecen por reacciones anormales del cuerpo a las bajas temperaturas, en concreto cuando estas se alternan con focos de calor repentinos. Entre los síntomas más comunes, destaca el enrojecimiento e hinchazón de pequeñas zonas de la piel, la aparición de ampollas, el picor, el escozor y el cambio transitorio de las partes afectadas a un tono azulado.

En la mayoría de ocasiones, se curan tras el transcurso de una o dos semanas y no dejan ninguna señal visible. Sin embargo, existen diversos escenarios que deberían recibir la supervisión de un dermatólogo. Entre los mismos, se incluyen las úlceras, las lesiones que producen secreciones, la persistencia e intensidad del dolor o cuando la duración de la anomalía supere las dos semanas. Para combatir tales efectos, los especialistas suelen recetar lociones tópicas con corticoides, aunque en supuestos de mayor seriedad puede ser necesario recurrir a fármacos orales.

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