ConsejosPsicología y salud mental

Rompamos juntos barreras por el autismo

El 2 de abril se celebra desde hace varios años el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. Este año, la Confederación Autismo España, la Federación Española de Padres de niños con Autismo (FESPAU) y Autismo Europa se han unido con el fin de dar a conocer este trastorno a la sociedad y atraer la atención sobre las necesidades y la realidad de las personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) y sus familias, bajo el lema Rompamos juntos barreras por el Autismo.

El TEA no es una enfermedad, es un conjunto de síntomas que no tienen cura.

Que la sociedad entienda cuáles son las barreras a las que se enfrentan las personas con TEA es algo fundamental para lograr una mejor adaptación a sus necesidades y reforzar su inclusión en todos los ámbitos de la sociedad.

Con el objetivo de comprender en profundidad a qué se enfrentan la personas TEA, romper barreras y desterrar falsos mitos, en Sapos y Princesas hemos contado con la colaboración de Mª Jesús Martínez Molina, psicóloga del Centro CETEA (Centro Especializado en Trastornos del Espectro Autista y Trastornos Específicos del Lenguaje).

¿Qué es el TEA?

A día de hoy, ya no se habla de autismo, ni de Síndrome de Asperger o de Trastornos Generalizados del Desarrollo sino de TEA (Trastorno del Espectro del Autismo).

Se diagnostica de TEA cuando existen:

  • Déficits persistentes en comunicación social e interacción social, como en la reciprocidad socio-emocional, las conductas comunicativas no verbales usadas en la interacción social, desarrollar, mantener y comprender relaciones.
  • Patrones repetitivos y restringidos de conductas, actividades e intereses.

Hay que tener en cuenta que estamos ante una población heterogénea debido a que cada persona TEA tiene alteradas, en mayor o en menor grado, las áreas anteriormente descritas y, además nos encontramos una serie de síntomas y trastornos asociados, como:

  • Posibilidad de existir un diagnóstico asociado de retraso mental.
  • Los sujetos suelen presentar hiperactividad, impulsividad, agresividad, campo de atención reducido e incluso comportamientos autolesivos.
  • Irregularidades en la ingestión de alimentos.
  • Irregularidades en el sueño.
  • Además, pueden presentar epilepsia.

Cuando nos relacionamos con una persona con TEA, lo que podemos notar, principalmente, es la ausencia de contacto afectivo.

Hay que tener muy en cuenta que el TEA no es una enfermedad, es un conjunto de síntomas que no tienen cura. Se desconocen las causas que lo originan, no existiendo diferencias en cuanto a su aparición en las distintas culturas o clases sociales. Existe una gran heterogeneidad de causas que pueden relacionarse con el TEA , como los agentes causales, aunque en la investigación reciente se destacan las causas de carácter genético.

Actualmente no sabemos con seguridad el número de casos de TEA que existen en España, ya que no contamos con estudios poblacionales ni censos oficiales. Por ello, manejamos las cifras de estudios epidemiológicos realizados en Europa, que apuntan una prevalencia de aproximadamente 1 caso de TEA por cada 100 nacimientos (Autism-Europe aisbl 2015).

La terapia con los niños TEA ha avanzado mucho y existe evidencia de que podemos modificar en cierto modo su experiencia interna mejorando así su calidad de vida.

Cuando nos relacionamos con una persona con TEA, lo que podemos notar, principalmente, es la ausencia de contacto afectivo. Notamos que hay algo que falta, en el sentido en cómo lo vivimos los seres humanos que no tenemos esta alteración. Las pruebas indican que las personas con TEA tienen dificultades para experimentar contactos emocionales con las otras personas, pero esto no significa que no tengan sentimientos y no puedan sentir afecto, como se demuestra en este vídeo en el que un niño TEA se emociona en un concierto de Coldplay.

El Trastorno del Espectro del Autismo afecta a la capacidad de codificar emociones (reconocer y expresar), a responder de forma empática a sus vivencias. Una persona TEA puede tener una manera diferente de percibir los estímulos sensoriales, es decir, puede ser hipersensible a determinadas sensaciones e intentan evitarlas o en otros casos, poco sensible a determinadas sensaciones y buscarlas.

Además, suelen presentar selectividad hacia las personas. Hay personas por las que no muestran ningún tipo de interés y otras por las que sí están interesados sin saber exactamente cuál es el motivo que produce ese interés. Cuando una persona con TEA conecta desde el principio con una determinada persona aparecen conductas que quizás antes no se habían dado o, si habían aparecido, lo habían hecho de manera puntual y esporádica. En este vídeo se puede observar esta selectividad hacia las personas y la aparición de conductas como la sonrisa social, el contacto ocular y el contacto físico pero, lo destacable es que sólo se da con Blancanieves y no con el resto de personajes de Disney.


La terapia con los niños TEA ha avanzado mucho y existe evidencia de que podemos modificar en cierto modo su experiencia interna mejorando así su calidad de vida. Hay trabajos en los que se refleja que este tipo de habilidades no está del todo ausente y que los niveles de ejecución tienen que ver con el grado de severidad del trastorno y el nivel de lenguaje alcanzado.

Mª Jesús Martínez Molina

Psicóloga del Centro CETEA

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