ConsejosPsicología y salud mental

3 Momentos del día que debes aprovechar para hablar con tus hijos

A menudo los padres nos quejamos de que no hay manera de comunicarnos con nuestros hijos. De que a todo lo que les preguntamos nos responden bien, y no, y que tras tres o cuatro preguntas con este resultado, acabamos desistiendo.

Cuando son muy pequeños, porque no suelen contar mucho, cuando son más mayorcitos, porque se vuelven reservados y cuando llegan a la adolescencia, porque directamente prefieren no contarnos nada. Y ahí estamos los padres, media vida yendo detrás de ellos para saber un poco de sus vidas.

Una de las cosas importantes a tener en cuenta para favorecer el diálogo con los niños, es elegir un buen momento. A veces no somos conscientes de cómo el cansancio, el que haya otras personas delante o el lugar, no favorece precisamente un diálogo agradable.

Vamos a centrarnos en qué momentos del día puede ser más fácil comunicarnos con ellos:

Por la mañana: la mejor opción

Por la mañana, tanto los niños como nosotros estamos descansados, frescos, y con la mente limpia. Si tenemos el privilegio de poder desayunar en familia, es sin duda un momento excelente para hablar con ellos: preguntarles sobre su día, sus planes, comentar aspectos de la jornada anterior y contarles nosotros también nuestras cosas. Recordad, la comunicación debe ser bidireccional. Nosotros también debemos compartir con ellos aspectos nuestros si queremos que sea recíproco.

Si somos de los que desayunamos con el café en la mano mientras le hacemos las coletas a la niña, el momento del desayuno obviamente no es una opción. Podríamos tal vez usar el trayecto en coche, mientras los llevamos al cole o al bus. Si queremos aprovechar ese ratito, no deben poder usar el móvil, porque si no, no nos harán ni caso, y podemos animarles a elegir la música o ir comentando las canciones. Si los subimos al coche, ponemos las noticias en la radio, y les damos el móvil para que vayan entretenidos y calladitos, entonces seguro que no habrá ninguna comunicación.

La hora de la merienda

Muchos padres recogen a los niños del colegio y hay un espacio de tiempo de parque o relax en casa mientras meriendan y antes de afrontar el resto de la tarde: deberes, extraescolares y otras obligaciones. Es un momento valioso e ideal para hablar con ellos. Suelen salir del cole con mil cosas que contarnos, pero ¡necesitan nuestra atención! Muchas veces nos quejamos de que no hablan con nosotros, pero nos pasamos el poco tiempo que estamos con ellos pegados al móvil o haciendo otras cosas.

Apaga el móvil durante ese rato de parque y merienda, escucha atentamente su día, y aprovecha para interesarte por lo que te cuenta. Los adultos, si cuando hablamos sentimos que no nos escuchan o que nuestro discurso aburre a nuestro interlocutor ¿seguimos hablando o nos callamos? Pues los niños igual.

La hora de acostarse

La hora de acostarse suele ser un muy buen momento también, salvo si el niño está demasiado cansado. Tumbarse en la cama con ellos un rato, con luz suave, hacerles un masaje, hacerles cosquillitas, y animarles a que nos cuenten sus cosas. A veces, esos quince minutos tienen más valor que horas enteras. Porque son quince minutos de atención plena. Te estoy mirando, te estoy tocando y te estoy escuchando. ¿Quién se va a resistir a relajarse y hablar en esa situación?

Os animamos a explorar todas estas opciones con alegría, a través de la música, el contacto físico, el juego y las autorrevelaciones (hablar de nosotros mismos). Y por supuesto, poniendo en práctica la escucha activa: “me interesa mucho lo que me estás diciendo, y lo que es importante para ti, es importante para mi”.

Al final, fomentar momentos de calidad comunicativa con nuestros hijos no es tan difícil si le ponemos ganas, y es sin duda, un gran regalo para ellos y para nosotros.

Úrsula Perona
Psicóloga infantil
Colaboradora de Sapos y Princesas

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