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Psicología y salud mental

Por qué decir ‘no’ a nuestros hijos potencia su seguridad y confianza

Decir no a nuestros hijos
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 29.07.17

¿Te cuesta mucho decir ‘no’ a tus hijos e hijas? Los niños están todo el día reclamando atención y pidiendo cosas: chucherías, un muñeco, un helado, ir al parque. Incluso cuando van creciendo, aunque cambian sus demandas, pueden llegar a ser también muy intensas y frecuentes. Pero, aunque a muchos padres y madres nos resulte difícil negarnos a sus peticiones, debemos ser conscientes de la importancia de hacerlo de manera adecuada y oportuna.

Convivencia y aprendizaje de normas y límites

Al analizar este asunto, partiremos de una premisa clara: no podemos mostrar una actitud pasiva y dejar que hagan siempre lo que quieran ni mostrarnos demasiado rígidos y prohibirles continuamente cualquier actividad sin criterio. Porque, teniendo en cuenta que la familia es el primer núcleo social de un niño y donde comienza a aprender a convivir con los demás, lo que le transmitamos resulta de vital trascendencia.

Por supuesto que queremos que nuestros hijos sean felices, pero no hay que confundir las cosas y pensar que no van a serlo por el hecho de que no accedamos a sus peticiones improcedentes o que puedan causarles algún perjuicio. Muy al contrario. Marcar unos límites y trabajar con constancia para que los cumplan evitará que se conviertan en ‘pequeños tiranos’ y crean que con una actitud reiterativa o agresiva pueden conseguir siempre todo lo que quieran.

Hay otras muchas razones de peso para que este consejo guíe nuestros pasos en la educación de nuestros niños y niñas. Fijar unas normas básicas en la familia les ayuda a crecer en un entorno con referencias claras, y les aporta seguridad y confianza. Es así como van aprendiendo lo que está bien y lo que no, a formar su escala de valores, a interiorizar la importancia del respeto a los demás (y a uno mismo) y a desarrollar, de forma paulatina, su tolerancia a la frustración, entre otras cosas.

Pero hay más. Tal y como se explica en la Guía para familias del Servicio de Prevención de Adicciones de la Comunidad de Madrid, “el establecimiento de normas y límites en el contexto familiar supone uno de los factores de protección más significativos para reducir la probabilidad de aparición de conductas de riesgo, tanto en la infancia como en la adolescencia.”

Por todo ello, las madres y los padres tenemos que aprender a decir que no a nuestros hijos e hijas sin sentirnos culpables.

Claves para decir ‘no’ a nuestros hijos de manera apropiada

Las formas importan siempre, y en este caso no podía ser menos. Estos consejos os ayudarán a que vuestro mensaje sea más eficaz:

1. Usad un lenguaje claro

Sobre todo con los más pequeños, intentad utilizar palabras sencillas que puedan entender y frases concisas.

2. Con tranquilidad y respeto

Controlad vuestras propias emociones y mantened la calma. Aunque los niños reaccionen llorando o con una rabieta, tratad de proceder de la forma más tranquila y respetuosa posible, siempre sin menosprecio.

3. Sed asertivos

Además de expresaros con claridad, debéis mostrar firmeza y convicción. Conviene mirarlo a los ojos y decírselo con un tono neutro. Sin ser agresivos ni cortantes.

4. Sin vacilaciones

No dudéis. Si os mostráis seguros con vuestras decisiones, les estaréis transmitiendo seguridad y confianza, unos valores muy importantes para su vida adulta. Y, además, ellos no encontrarán resquicios por los que ‘colarse’.

5. Decisiones consensuadas

Ligado al punto anterior está este otro, que alude a la importancia de tener un criterio consensuado entre ambos progenitores para mantener el orden en la vida familiar. Tomar siempre la decisión en conjunto evitará que vuestro pequeño perciba las diferencias entre vosotros y las aproveche para convenceros y salirse con la suya.

Además, las pautas que establezcáis en casa han de ser extensivas a otros miembros de la familia que tengan un contacto estrecho con los niños, como los abuelos, los tíos o los cuidadores.

6. Coherencia y constancia

Una actitud coherente entre unas reglas y otras, así como en su aplicación, que debe mantenerse con constancia a lo largo del tiempo, hará que realmente terminen siendo eficaces.

7. Sobre las explicaciones

Aunque al principio, cuando son pequeños y escuchan un ‘no’, nos hacen caso por imposición (por ejemplo, al decirles “no toques el enchufe”), es aconsejable ir diciéndoles el porqué, aunque al principio no lo entiendan bien. Ellos irán aprendiendo con estas advertencias y el refuerzo positivo en las ocasiones en las que hagan las cosas bien.

A medida que crecen, las explicaciones podrán ser más complejas y ellos entenderán poco a poco la razón por la que les decimos que no a algo. No obstante, aunque el diálogo debe estar presente siempre en la familia, una vez que les hayas comunicado que no accedes a sus peticiones y sepan la razón básica, no te eternices argumentando, porque ellos harán lo mismo y seguirán insistiendo para conseguir lo que quieren. Con una vez basta.

8. No ser demasiado rígidos

Aunque las reglas básicas deben ser inamovibles, a la hora de decir ‘no’ a nuestros hijos conviene analizar la situación concreta, una a una, y dar una respuesta en consecuencia.

En definitiva, decirles que sí a todo por no discutir y para que estén contentos es hacerles un flaco favor. Si se acostumbran desde pequeños a recibir una negativa cuando piden algo no razonable, inoportuno o que no se ajusta a las normas familiares, contribuiréis a desarrollar su capacidad de autocontrol y su tolerancia a la frustración, herramientas esenciales para que se conviertan en adultos responsables y capaces de enfrentarse a los distintos retos que la vida les irá planteando. Merece la pena mantener el pulso.