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Consejos para seguir comiendo sano también fuera de casa en vacaciones

Aunque habitualmente los padres cuidamos mucho la dieta de los niños, por lo general nos relajamos bastante, tanto en los horarios como en los platos, cuando salimos de casa en vacaciones o cuando hacemos una escapada de fin de semana o en un puente. La prioridad esos días es pasarlo bien, por supuesto. Pero, aun así, lo ideal es comer sano también en esas ocasiones. Los consejos que os proponemos a continuación os ayudarán a cumplir con vuestro objetivo.

Si el viaje es de más de tres o cuatro días, es importante mantener el equilibro entre los buenos hábitos y las ganas de pasarlo bien. En caso de que la estancia sea de una o dos semanas, más todavía, porque comer de cualquier manera puede producir algunos trastornos en nuestros hijos e hijas, tales como digestiones pesadas, estreñimiento, insomnio o cansancio.

Otro aspecto importante es el relativo a los horarios. Aunque es normal que en las vacaciones de verano se alteren un poco, conviene respetarlos en lo posible, particularmente con los niños pequeños, para los que ya sabemos lo importantes que son las rutinas.

Llevar siempre un tentempié saludable

Un primer consejo útil y sencillo es llevar siempre encima una mochila que contenga todas aquellas cosas que el niño pueda solicitar en cualquier momento, incluido un tentempié saludable: una botella de agua, unas toallitas higiénicas y alguna pieza de fruta de temporada, incluso la pulpa ya troceada (melón o sandía son dos buenas opciones) y guardada en un recipiente hermético. Incluso un pequeño bocadillo de queso, por ejemplo.

 

Si alquiláis una casa

Lo mejor para aseguraros de que los niños sigan con una dieta sana durante las vacaciones (y también vosotros), cuando son algo más largas de un fin de semana, es alquilar un apartamento o una casa donde podáis cocinar vosotros mismos. De esta manera, podréis continuar preparando buena parte de las comidas a vuestro gusto y a la manera de siempre. Así, los niños no notarán ninguna diferencia con su día a día habitual y no tendréis problemas con sus “¡no me gusta!”.

La manera de cocinar los alimentos es también un aspecto esencial para mantener los patrones de una dieta saludable: elegiremos la cocción al vapor, las elaboraciones a la plancha o los asados por encima de los fritos, los guisos muy pesados o los precocinados. Incluso una barbacoa, si no se eligen productos muy grasos, es una buena elección. Siempre es recomendable hacer comidas ligeras y nutritivas que se digieran bien, pero en verano esto es aún más importante.

Comer sano: barbacoa vegetal
Unas brochetas de verdura, en barbacoa o a la plancha, una buena opción para comer sano | Fuente: Canva

Y, hablando del calor, otra premisa básica es mantener una buena hidratación. Los niños, sobre todo los más pequeños, son especialmente sensibles a la pérdida de líquidos, por lo que tomar abundantes bebidas (agua fundamentalmente) e incluir frutas y verduras en las principales comidas resulta prioritario. Los sorbetes y los zumos elaborados con frutas frescas de temporada constituyen un gran recurso y una propuesta con la que nuestros hijos, sin duda, siempre estarán de acuerdo. Esto no está reñido, por supuesto, con salir a tomar un helado por ahí de vez en cuando.

Si vais a comer fuera

A la hora de salir a restaurantes a comer es normal que sea el niño quien elija lo que más le guste. Si el restaurante tiene oferta de menús infantiles, lo mejor es darle a escoger entre esos platos y no entre toda la carta. Esos menús ya tienen en cuenta las necesidades alimenticias de los más pequeños, así como las cantidades adecuadas para ellos. No obstante, hay opciones que suelen gustar a todos por igual, mayores y niños, como una buena paella, por ejemplo.

Algunos padres se sienten más cómodos cuando ellos mismos deciden qué platos van a comer sus hijos. No hay que ser muy estrictos; estáis de vacaciones. Lo perfecto es lograr un equilibrio entre ambas cosas: que la comida la elijan ellos y la cena, vosotros. Pequeños trucos para llegar a un acuerdo sin conflictos.

Comer sano fuera de casa, en restaurante
Una paella de pescado y marisco, una gran idea si coméis fuera | Fuente: Canva

 

Llevar la comida de casa

Muchas veces, las escapadas son excursiones en las que no tendréis más remedio que llevaros la comida desde casa. Esto no tiene por qué dificultar las cosas. Por ejemplo, podemos preparar bocadillos saludables, por ejemplo, de filetes de pollo empanados con lechuga y tomate; de atún con rodajas de tomate y aguacate, o de tortilla francesa con pavo y queso, por poner solo dos ejemplos.

En esta misma línea, la propuesta clásica de llevar unas tarteras con filetes de pollo o tortilla de patata siguen siendo un gran recurso. O una buena ensalada de pasta, que admite todo tipo de ingredientes y que siempre es un acierto.

Un alimento necesario para el crecimiento es el calcio, por lo que no deben faltar productos lácteos como el queso o los yogures. Los zumos individuales también son muy cómodos de llevar.

Eso sí, conviene transportar todos los alimentos en bolsas isotérmicas o neveritas portátiles refrigeradas con bloques de hielo de gel, para mantenerlos en buen estado y evitar posibles intoxicaciones.

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