Valderrobres es un pequeño pueblo que se encuentra situado en la provincia de Teruel. Este está considerado como uno de los pueblos más bonitos de España debido a la enorme riqueza y valor de su patrimonio arquitectónico, histórico y cultural.
Sus calles componen un conjunto de preciosos edificios creando un núcleo urbano que transcurre desde la Iglesia de Santa María La Mayor y el gran Castillo del pueblo hasta la vertiente del río. El proceso de amurallamiento del pueblo y la fortificación de su casco antiguo comenzó en el año 1390, cuando se construyó también el puente de piedra que atraviesa el río, dando paso a la ciudad.
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Valderrobres
Valderrobres cuenta con seis ermitas de época medieval y moderna, además de numerosos restos de antiguas fábricas y elementos artesanales como la Cueva del Mas de Juanos.
La ruta comienza cruzando el gran puente medieval que custodia la ciudad junto al portal de San Roque. Una vez pasados, os encontraréis con uno de los elementos más emblemáticos de la ciudad, situado en la plaza principal.
Este es el ayuntamiento, que fue construido en el siglo XVI bajo las órdenes del maestro Antonio de Champanach y presenta un estilo manierista que le otorga a la plaza una distinción especial y única. En su fachada podréis contemplar un escudo que presenta las figuras de dos grifos macho y hembra.
Además, en esta plaza también se encuentra una de las tiendas más antiguas y populares de Valderrobres, donde podréis comprar todo tipo de productos artesanales y típicos de la zona.
La mejor forma de conocer la villa es perderse por las calles empedradas, dejándoos sorprender por cada uno de sus rincones, que os trasladarán a una época medieval.
Al subir las escaleras de piedra, daréis con la Iglesia de Santa María la Mayor, que es uno de los mejores ejemplos del gótico levantino que encontraremos en la provincia de Teruel.
La Iglesia de Santa María La Mayor ha sufrido innumerables ataques a lo largo de su historia a causa de las guerras. A pesar de esto, ha conseguido conservar su esencia y su estilo y, después de su restauración, ha quedado absolutamente espectacular.
Si proseguís con el recorrido, de forma inmediata llegaréis al Castillo de Valderrobres, cuyo origen es desconocido a pesar de que existan teorías que lo daten de finales del siglo XII.
Este es una de las paradas obligatorias si pasas por Valderrobres. El Castillo preside la parte alta de la ciudad desde finales del siglo XIV, cuando fue construido. Fue declarado Monumento Nacional en el año 1931 y desde él se pueden contemplar unas preciosas vistas del Valle del Matarraña. De entre sus salas destacan la Sala de Deliberaciones, el Salón de las Chimeneas, la Sala de Los Leones y la Cámara Dorada.
En lo referente a su gastronomía, destaca por la calidad de sus productos cárnicos, como son el ternasco al horno, el cabrito, los escabechados de perdiz o el conejo.
En definitiva, un paseo por la pequeña villa nos permite adentrarnos en una experiencia repleta de historia debido a la gran cantidad de arquitecturas medievales con las que cuenta.
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