En el Pirineo de Navarra tenéis la oportunidad de alojaros en la Cabaña del Roble, una casa en el árbol acondicionada para las familias más aventureras, perteneciente a Agroturismo Mari Cruz.

Cabaña del Roble

Agroturismo Mari Cruz os ofrece varios tipos de alojamientos rurales, entre los que encontramos una acogedora cabaña construida en un árbol de roble de aproximadamente 200 años. Esta casa, diseñada por el arquitecto bioclimático Iñaki Urkia, es una cabaña en el árbol para una familia con dos niños, independientemente de su edad.

La Cabaña del Roble está a dos metros de altura, y en su superficie de 18 metros cuadrados encontramos una habitación y un aseo. Este espacio cuenta con camas, mesa con 4 sillas, W.C. seco (con serrín) y agua para lavarse, ya que no cuenta con agua corriente, el agua tiene que estar en una palangana. Las zonas comunes del alojamiento disponen de un baño, sala de juegos, cocina-comedor, biblioteca y aseo.

Cabaña del Roble

Si queréis, podéis comer en vuestra casa del árbol. Tenéis la opción de traer nuestra propia comida o pedir una cesta para desayunar y/o cenar con productos de procedencia ecológica, además de algunos de su granja-huerta ecológica.

Actividades

Durante el día podéis realizar actividades que organiza este alojamiento específicamente pensada para familias con niños.

Entre toda la oferta podéis elegir una visita a la granja, donde ayudar en su cuidado durante una hora u hora y media. Se le da comida a los animales, se le recogen los huevos o se cepillan las burras. Si los niños van acompañados de un adulto, la visita es gratis.

cabaña en el árbol
Fuente: Casa rural en Navarra

Algunas tardes, en función de la época del año, se organizan talleres de pizzas, de pan, de plantas aromáticas, de jabones o de plantas medicinales. Una forma muy divertida de trabajar en la cocina y aprender muchas cosas nuevas.

En ocasiones, no es necesario hacer algo muy extraordinario para pasárselo bien. Los niños pueden correr, jugar, y experimentar con el entorno en un lugar tranquilo y seguro, con ausencia total de coches o de cualquier otro peligro. Pueden buscar palos, echar piedras a la regata, visitar a las gallinas o a las cabras, jugar en el arenero o columpiarse sin parar hasta el anochecer.