Situado al norte del Valle de Salazar, a 764 metros de altitud y en la confluencia de los ríos Anduña y Zatoia, Ochagavía (Otsagabia en euskera), es uno de los pueblos más típicos del Pirineo Navarro.

Su término municipal, de 11.504 hectáreas, flanqueado por los territorios de Roncal y Aezcoa, linda por el norte con Francia. Lo que sin duda caracteriza a este pueblo del Pirineo es su personalidad urbanística: sus callejuelas adoquinadas y la elegancia del noble caserío. Ochagavía se divide en cuatro barrios: Urrutia, Irigoyen, Iribarren y Labaria.

Etimología del pueblo

El nombre Ochagavía proviene del euskera “otso”, que significa “lobo”, y “kabia”, que significa “nido”; por lo tanto, se podría traducir como “nido de lobos”. Siendo una de las puertas de entrada a la Selva de Irati y rodeado de bosques y montañas, Ochagavía convivió, durante siglos, con el temor a los lobos que habitaban el valle. La última vez que se vio un lobo en Ochagavía fue a mediados del siglo pasado, aunque la estrecha relación entre este animal y la villa ya estaba sellada para siempre, tanto en su nombre como en el escudo.

Un poco de historia

Las primeras apariciones documentales se remontan al siglo XI, con las grafías “Osxagauia” y “Oxssagauia”. Cuando en el siglo XIV nacieron los tres quiñones o demarcaciones del Valle de Salazar, esta villa formó el tercero. En el año 1699 obtuvo autonomía jurisdiccional, aunque la disgregación administrativa definitiva se efectuó en 1864.

A finales del siglo XVIII, la villa sufrió una de sus mayores catástrofes. Los franceses invadieron territorio peninsular y en Ochagavía destruyeron completamente 182 casas y 52 bordas. Sin embargo, para mediados del siglo XIX la villa estaba ya reconstruida. Ochagavía se reconstruyó en el mismo emplazamiento y las tradicionales techumbres de madera se sustituyeron por otras de barro. Aún hoy en día se pueden ver las techumbres de tablilla de roble que conservan la torre de la iglesia y la ermita de Muskilda.

Ochagavía en Navarra
Selva de Irati en Ochagavía, Navarra

Qué ver en Ochagavía

Casa koleto

Aunque no está clara su fecha de construcción original, oscilando entre 1718 y 1786, Casa Koleto es uno de los pocos ejemplos de casas palaciegas del pueblo que permanece a día de hoy en su estado original; se trata de un modelo de antigua casa pirenaica, donde uno de los elementos más característicos es que conserva una cocina tradicional con chimenea.

A partir del mes de junio, Casa Koleto se abrirá al público para ser visitada. Constará de dos salas de exposiciones etnográficas para mostrar las costumbres de las antiguas generaciones del Salazar.

Santuario de Nuestra Señora de Muskilda

Se trata de una ermita románica del siglo XII que fue restaurada a mediados del XVII. Su planta es rectangular y su torre está cubierta por un tejado cónico. El Santuario de Muskilda se encuentra situado en la cima del monte del mismo nombre, a 1.025 m. Rodeado por una muralla, el recinto incluye la ermita y la casa del ermitaño y del capellán.

Iglesia de San Juan Evangelista

Esta iglesia medieval guarda tres retablos renacentistas de considerable valor, contratados por Miguel de Espinal en 1574. En el coro se conservan las catorce sillas contratadas por Espinal, con hermes y figuras desnudas en los apoyaderos de los brazos y respaldos lisos, a excepción del principal. La parroquia conserva un buen conjunto de piezas de orfebrería y algunos lienzos como el de la Magdalena.

Puente de piedra o medieval

Se encuentra sobre el río Anduña. Esta estructura histórica se mantiene en perfecto estado y es un testimonio de la ingeniería y la estética de épocas pasadas.

Arquitectura civil

La arquitectura civil de Ochagavía se caracteriza por su encanto tradicional y su conservación de elementos históricos. El caserío se extiende a ambos lados del río Anduña, con casas de piedra y tejados inclinados de teja plana. Algunas de las casas más destacadas presentan amplios portalones y escudos de armas.

Ochagavía en Navarra
Ochagavía en Navarra

Fiestas patronales

Las fiestas patronales se celebran el día 8 de septiembre en honor a la Virgen de Muskilda. Las fiestas tienen su inicio con el chupinazo desde el balcón de la Casa Consistorial y se prolongan durante cinco días, durante los cuales se desarrollan los diferentes actos festivos, siendo el acto principal la actuación de los Danzantes.

Las danzas de Ochagavía están formadas por cuatro sugerentes y expresivas danzas de palos, además de una pañuelo-danza y una jota. Los ocho danzantes, con el enmascarado personaje bifronte a la cabeza, el Bobo, celebran anualmente ante la ermita de la Virgen de Muskilda, una vieja liturgia llena de simbolismo. Ya la víspera, los componentes del grupo, vestidos con traje civil de salacenco, inician su función visitando la casa del Mayordomo del Patronato.

Hay que añadir el “pasacalles”, danza ritual empleada para los desplazamientos que se mantiene desde tiempo inmemorial. El primer documento escrito que hace referencia a la actuación de los ocho danzantes y el bobo en Muskilda, data de 1695. Por ese motivo, están consideradas como unas de las danzas más emblemáticas del folclore navarro.

Por otro lado, el 26 de julio se celebra la festividad de Santa Ana, día en que se sube en romería a Muskilda. En este día se celebra también la llegada del Olentzero a Ochagavía.