El Arboretum de Masjoan, en Girona, está situado cerca del pueblo de Espinelves, en medio del Montseny-Guilleres, junto a una masía del siglo XII. Este maravilloso arboretum es obra de Marià Masferrer Rierola, naturalista y botánica que estudió en profundidad la flora y la fauna de las Guileries.
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Historia
La historia cuenta que en la década de los 60, el entonces dueño de la Masjoan, introdujo en el valle de Espinelves una gran variedad de árboles, entre ellos el abeto autóctono de Montseny y el abeto pinsapo.
Nicolás Masferrer y su hijo se dieron cuenta, entre los años 50-60, que se había producido una hibridación naturla entre las piñas de Abies pinsapo con el polen de Abies alba formando una nueva especie que había heredado las mejores cualidades de cada antecesor, se enviaron 500 ejemplares a Madrid para certificar su descubrimiento.
Este híbrido se conoce como Abies masjoanis y hay ejemplares que superan los 30 metros de altura y en muchas revistas especializadas se le conoce como el abeto más fuerte de Europa o el más bello árbol de navidad.
Actualmente en Masjoan se ha marcado un itinerario a pie por el Arboretum donde el visitante podrá observar las especies más destacadas, entre ellos este híbrido que cuenta con algunos ejemplares catalogados como monumentales en Cataluña.
Arboretum de Masjoan
En el Arboretum de Masjoan encontramos la mayor concentración de árboles monumentales de Cataluña, árboles de todo el mundo plantados hace más de 100 años mayoritariamente por Marià Masferrer.
Uno de los espacios más apreciados del arboreto de Masjoan es el bosque de secuoyas gigantes de California. En este bosque está la secuoya gigante más ancha de Cataluña y los abetos, cedros y pinos más altos. En ningún otro lugar se puede encontrar tanta variedad de árboles y todos de tanta altura.
Las visitas al Arboretum de Masjoan se pueden hacer en grupos o a nivel de particulares. La visita consiste en un recorrido de unos 45 minutos donde hay marcados una serie de árboles notables (los más altos de Cataluña) plantados entre los años 1860 y 1911, algunos de ellos declarados como patrimonio natural por la Generalidad de Cataluña. (La ruta es apta para todas las edades).
Más en Girona
Si hay una estampa que identifique a la ciudad de Girona, ésa es la vista de las casas de colores en las riberas del río Onyar con la catedral y la torre de la basílica de Sant Feliú asomándose al fondo. No lo son, porque están firmemente apoyadas en la roca, pero se conocen como las casas colgantes de Girona.
En la colina más alta de Girona se alza su preciosa catedral. Los bueno se hace esperar, porque su construcción duró del siglo XI al XVIII. Tiene una mezcla de estilos que van desde el románico del claustro y la torre de Carlomagno al barroco de la fachada.
El resultado es una nave espectacular de más de 20 metros de altura, sólo superada en tamaño en todo el mundo por la de San Pedro del Vaticano. Además, el claustro tiene una gran riqueza artística, ya que está lleno de esculturas.
Una de las cosas más curiosas que hacer en Girona es besar el culo a la estatua de la leona. La tradición dice que, si lo haces, volverás a la ciudad. Se trata de una pequeña estatua de piedra de una leona subida a una columna.
Las imponentes murallas de Girona son de la época romana, pero fueron ampliadas en dos ocasiones: en la época de Carlomagno y en en siglo XIV. Afortunadamente, están muy bien conservadas y las puedes ver por todo el casco antiguo. Incluso se conservan las torres de vigilancia, donde puedes subir para ver Girona desde las alturas.
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