La Puerta de Toledo de Ciudad Real es la única que se conserva actualmente y que fue mandada construir en el antiguo Camino Real de Toledo a Sevilla en la zona norte de la ciudad.

Este recinto amurallado del siglo XIII tiene una clara inspiración musulmana y está compuesta por dos grandes torreones cuadrados de doce metros de altura a ambos lados que además están coronados por almenas y seis arcos, los exteriores ojivales sobre medias columnas, los intermedios de herradura y los interiores apuntados. Una vez dentro se puede ver una bóveda de arista y en extramuros un escudo de armas grabado con las armas castellanas de castillos y leones. Las proporciones de conjunto eran las de un cubo perfecto en altura y anchura.

Fue el rey Alfonso X el que ordenó construir una muralla ovalada que protegiera a la villa de Ciudad Real y que constaba de 130 torreones y ocho puertas la de Toledo, Calatrava, La Mata, Granada, Ciruela, Alarcos, Santa María y del Carmen. Hoy en día tan solo queda en pie la Puerta de Toledo, de ahí la importancia de visitar este lugar tan relevante históricamente hablando, y un trozo de muralla en el sector oeste de la ciudad.

La Puerta de Toledo de Ciudad Real fue declarada Monumento Nacional en 1915 y durante años se han realizado múltiples obras de restauración y mejora debido a problemas de humedad y ambientales. La última se llevó a cabo en 2013 y durante las obras se encontraron cuatro bustos esculpidos en las bóvedas del paso anterior a la Puerta, estos bustos se sabe que pertenecen a la construcción original lo que ha permitido datar el monumento con mayor exactitud.

El visitante podrá acercarse al monumento y pasar a su interior dejándose llevar por la historia y así imaginarse la relevancia de esta Puerta de Toledo.