Las cuencas de los ríos Pas, Pisueña y Miera responden de manera perfecta la imagen más difundida de Cantabria: valles enredados y praderas que se desvanecen en las montañas. Estos tres valles colindantes hasta hace poco estaban separados por la falta de comunicación por carretera y han mantenido una conexión histórica  a través de las montañas que los separan, gracias a la trashumancia practicada por sus habitantes, los pasiegos.

Las tierras pasiegas están pobladas desde hace siglos, y eso se refleja en el paisaje. Las cabañas pasiegas se encuentran repartidas por todo el paisaje de pastos. Las tres villas pasiegas de San Pedro del Romeral, Vega de Pas y San Roque de Riomiera son el mejor ejemplo de este estilo de vida que sus habitantes han sabido transmitir de generación en generación. Los cuidados prados, aunque creados por el hombre a lo largo de los siglos, son un ejemplo más de un entorno en el que la naturaleza y los modos de vida tradicionales están integrados. El valle del Miera, es el más cerrado de la región y en su encabezamiento se halla un circo glaciar. El bosque autóctono cuenta con avellano, fresnos, castaños y robles.

El patrimonio histórico artístico de esta zona se encuentra bastante disperso. Destacan los conjuntos arquitectónicos de Vega de Pas y Esles, que albergan características de la vivienda tradicional de estos valles, y el Palacio de Soñanes, en Villacarriedo. Si buscas un destino de naturaleza en el norte de España, los Valles Pasiegos son una opción ideal, además, están próximos a Santander y las playas de la costa cántabra.

Son imprescindibles las pinturas rupestres de más de 30.000 años de antigüedad de cuevas prehistóricas como la de El Castillo y Las Monedas, nombradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

El Parque de la Naturaleza de Cabárceno, cuenta con más de un centenar de especies animales y es parada obligatoria si viajas con niños.

Valles Pasiegos

Los Valles

Valle del Pas

Los primeros asentamientos pasiegos de esta comarca surgieron entre estos llamativos paisajes y un variado patrimonio cultural y etnográfico. Durante las primeras estaciones del año, los monteros habitaban las cabañas pasiegas que se encuentran repartidas por todo el paisaje de los pastos. Un asentamiento disperso en las laderas de los montes del río Miera y Pas. Destacan también las cuevas de Las Monedas y las Chimeneas, en Puente Viesgo.

Valle del Pisueña

Es una de las zonas de Cantabria donde comenzó el turismo termal. Durante el siglo XIX, comenzaron con su prestigio los Balnearios de Puente Viesgo y Alceda. Un reconocimiento que reciben hasta la actualidad. La ocupación de este valle inicia en la Edad de Bronce, época a la que pertenece el famoso Caldero de Cabárceno.

Valle del Miera

Este complejo relieve es resultado de un valle glaciar. La morfología rocosa invita a recorrer sus complejos laberintos a través de sus cuevas y enormes bloques calizos. Cuenta con pendientes de impresionantes altitudes. En este punto podrás conocer la Cueva de Sopeña, una recreación de la cercana Cueva del Salitre II.