Los 10 pueblos más bonitos de España para visitar en primavera

Vamos dejando el tiempo invernal para dar paso a la estación que invita a un nuevo renacer. Los paisajes se convierten en una fiesta en esta época y los pequeños núcleos urbanos del entorno rural o costero nos atraen con sus temperaturas más amables y su vitalidad. Es la hora del cambio. Suma a tu lista estos 10 destinos nacionales y descubre los pueblos más bonitos para visitar en primavera.

10 Pueblos que son más bonitos aún en primavera

1. Navaconcejo (Cáceres)

Si por algo destaca en estos meses del año este municipio extremeño es por la floración de los cerezos, que resplandecen a lo largo de todo el Valle del Jerte, del que forma parte.

Te proponemos una ruta lineal junto al río Jerte que tiene unos 30 kilómetros de recorrido. Pasa por los pueblos de Navaconcejo, Cabezuela del Valle, Jerte, Tornavacas y Puerto de Tornavacas. Un plan para conectar todos los sentidos.

Mapa ruta lineal

En Navaconcejo podrás caminar a gusto al tiempo que admiras su arquitectura tradicional, con sus edificios de balcones de madera y soportales que llaman la atención. Otros de sus grandes atractivos son las piscinas naturales del Pilar, del Cristo o del Chamizo o recorrer senderos como la garganta de las Nogaledas.

El senderismo, el ciclismo todoterreno y el barranquismo son tres maneras diferentes y estimulantes de adentrarse en el Valle del Jerte en esta estación.

2. Puerto de Mogán (Gran Canaria)

La primavera es más larga en Puerto de Mogán y es que el sur de Gran Canaria presenta las mejores temperaturas para disfrutar cada día de momentos inolvidables. Y este barrio marinero lleno de canales y buganvillas hará de nuestros paseos una cita entrañable.

Date un baño en sus tranquilas aguas, callejea por el casco antiguo, deléitate con las mejores vistas desde sus miradores (El Mulato, playa de Mogán, puerto Rico Alto), adquiere la mejor artesanía y productos típicos de la zona en los distintos mercadillos y libera adrenalina recorriendo el entorno natural de la isla.

Anota este destino familiar para tu próxima escapada, te encantará.

3. Cazalla de la Sierra (Sevilla)

El Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla te sorprenderá por su alto valor paisajístico. Encinas, alcornoques y robles melojos conviven en Cazalla de Sierra junto a una rica fauna en la que destacan aves carroñeras como el buitre negro y el leonado. El agua está presente en sus monumentos naturales, de los que son buenos ejemplos las cascadas del río Huéznar y la playa de San Nicolás del Puerto.

Cazalla de la Sierra posee esos rincones que a uno le gusta disfrutar en primavera. Porque lo cierto es que esta estación es una de las mejores en cuanto a climatología para recorrer tanto su casco urbano como los alrededores.

La plaza Mayor y la del Concejo, la iglesia de la Consolación, catalogada como Bien de Interés Cultural, el mercado de abastos, una visita guiada por las bodegas Miura o acercarte a contemplar el monasterio de la Cartuja son algunos de los planes que puedes programar en tu viaje.

4. Lanjarón (Granada)

Recordarás Lanjarón, en la Alpujarra granadina, tanto por su patrimonio cultural como por su riqueza natural. Un pueblo blanco sobre un cerro, el del Caballo, donde exprimir las últimas horas de un día de primavera.

Hay muchos planes apetecibles por aquí. Un paseo por sus estrechas calles y placetas en el barrio del Hondillo. Contemplar los paisajes del Parque Natural de Sierra Nevada desde miradores como el del Castillo o la Cañona. Conocer el significado del agua para Lanjarón en su Museo del agua. Hacer senderismo en el barranco de Poqueira y probar su gastronomía.

Si te gusta la historia, a 7 kilómetros está el puente nazarí de Tablate, un lugar de gran importancia cuyo pasado está vinculado a las luchas entre moros y cristianos.

5. Bagá, el Berguedà (Barcelona)

Si quieres vivir nuevas experiencias, el Parque Natural del Cadí-Moixeró es tu destino. Bagà, al norte de la comarca del Berguedà, tiene argumentos de sobra para estar en esta lista de los pueblos más bonitos para visitar en primavera. Por un lado, por el placer de pasear por su casco antiguo medieval, donde destacan la iglesia de San Esteve, el palacio de los Pinós y su puente románico. Por otro, porque te abre las puertas al paraíso con rutas y actividades para todos los amantes de la naturaleza.

En el centro de información e interpretación del Parque Natural del Cadí-Moixeró, a las afueras de Bagà, tendrás la posibilidad de planificar tu día en el segundo mayor parque de Cataluña.

6. Estella (Navarra)

Esta ciudad monumental es una maravilla. Llena de palacios, casas señoriales, iglesias y calles empedradas, por todo esto y por mucho más se la conoce como la ‘Toledo del Norte’.

La primavera magnifica el claustro de la iglesia de San Pedro de la Rúa, uno de los conjuntos de mayor riqueza del románico en Navarra. A la salida del templo, esta ciudad medieval te marcará el camino francés, ese que muchos peregrinos atraviesan en su paso hacia Santiago.

El Parque Natural de Urbasa y Andía te acogerá con calidez y, a tan solo quince minutos, la belleza incomparable del nacedero del río Urederra te mostrará su color.

7. Altea (Valencia)

El sol es a Valencia como Valencia al sol, por ello la mejor manera de disfrutar de una primavera asegurada es unir los puntos que te separan de ella. Y el pueblo de Altea reúne todos los requisitos para encontrar aquello que buscas en tu viaje.

Su casco antiguo, lleno de encanto, su mirador, los ‘camins d’Altea‘, su paseo marítimo, el mar. Y más allá, parajes como la Sierra de Bernia o el Parque Natural de la Sierra Helada te están esperando.

8. Villanueva de los Infantes (Ciudad Real)

Ve en busca de aventuras a Villanueva de los Infantes, el lugar de La Mancha del que Cervantes no quiso acordarse en El Quijote.

Y entre aventuras, acércate a los rincones más curiosos de este importante conjunto histórico del renacimiento y el barroco manchegos. Su plaza mayor, la alhóndiga, la cárcel de la Inquisición, la Casa de los estudios, la de la Pirra. Hay mucho que ver.

En los alrededores, Las Tablas de Daimiel, el Parque Natural Lagunas de Ruidera y el Nacimiento del Río Mundo harán que tu visita se convierta en tu mejor primavera.

9. Poza de la Sal (Burgos)

El páramo de masa es uno de los espacios mágicos que rodean esta villa medieval. El azote del viento en este inhóspito paraje es algo que debes sentir. Y los almendros en flor te deslumbrarán en el pueblo que vio nacer a Félix Rodríguez de la Fuente.

Si acompañas tu recorrido por el casco urbano de Poza de la Sal, declarado conjunto histórico-artístico en 1982, y las pedanías que lo componen, como Lences de Bureba o Castil de Lences, sumarás experiencias a tu viaje.

10. Agüero (Huesca)

Agüero es un escondite bajo los mallos, las imponentes formaciones geológicas en vertical, en forma de aguja, que lo hacen tan especial. Este pequeño pueblo, de apenas cien habitantes, se extiende al abrigo de estas maravillosas rocas. Están a tan solo 300 metros del municipio, llegan a los 200 metros de altura y, sin duda, son su sello de identidad.

Además del espectáculo que nos regala a la vista y de las atractivas rutas de senderismo que ofrece, Agüero alberga en sus calles auténticos tesoros artísticos, como la iglesia románica de El Salvador y la de Santiago.

La paz de este sorprendente lugar y los sonidos, tanto los de las campanas como los de la naturaleza que lo rodea, son los que te llevarás de vuelta a casa.

María José Muñoz
Los viajes de Pepa